Editorial

La partida de la Profesora Doctora Marisa Vannini de Gerulewicz

Luis E. Herrera García, Director

En la fase final de edición de este número, una triste noticia nos ha ensombrecido: el deceso de la muy apreciada Marisa Vannini, viuda de Gerulewicz, el pasado 1 de marzo. Ya no veríamos más su menuda figura, ágil y llena de entusiasmo, ni su rostro siempre risueño. No podremos disfrutar la gracia y el talento de su verbo, que tantas veces solazó nuestros espíritus y sorprendió nuestras mentes, con su profundo saber humanístico.

Había nacido en Italia, tierra que tanto amó y a la que volvía, cada vez que sus obligaciones se lo permitían. Alli obtuvo –entre otros muchos lauros- su Doctorado en Filología moderna de la Universidad de Bologna. Llegó a nuestro país en 1948. Fue docente de Francés, de Latín y de Literatura hispana, en planteles de educación secundaria, como el Colegio San José de Tarbes y el liceo Pedro Emilio Coll. Luego centró su acción pedagógica –tan efectiva y elocuente- en la Facultad de Humanidades y Educación de nuestra querida Alma Mater, la Universidad Central de Venezuela. Alternó funciones con otros destacados profesores como los Drs. Juan David García Bacca (1901-1992), Federico Reyes Baena, Edoardo Crema, Mariano Picón Salas, Eugenio Imaz, Yon Aizpúrua y Consuelo Ramos. Alcanzó rango de Profesora Titular y en 1985, optó por la Jubilación

Disfrutaba con pasión sus tareas de docencia y de investigación. Gracias a su talento y tesón, llevó adelante audaces, serios y vigorosos estudios en archivos históricos de Venezuela, España, Italia, Francias y otros países. Uno de sus aportes más notables fue el descubrimiento de la identidad exacta de Francisco Isnardy (1775-1820), brillante Secretario del Primer Congreso Constituyente de Venezuela en 1811, co redactor de documentos de gran trascendencia para la patria naciente, como el Acta de Declaración de nuestra Independencia y la primera Constitución. Su libro: El misterio de Francisco Isnardy (Fundavag Ediciones, 2014) le hizo acreedora de varios reconocimientos y de premios como el de la Asociación para el progreso de la investigación Universitaria (APIU-UCV)

Hacia 1973 comienza a relacionarse con la Sociedad de Historia de la Medicina, en cuyas sesiones mensuales participaba con interés y realizaba sabias intervenciones. Pronto es incorporada como Miembro Correspondiente Nacional por Caracas (1983) y en 1990, como Individuo de Número, en el Sillón XII. Grata y tristemente –a la vez- recordamos su Trabajo Libre presentado en el X Congreso de nuestra corporación, en noviembre del año 2014. Nos complace especialmente ofrecerlo en este número. Magnífica fue también la atención que captó en el congreso del año 2008, con sus ponencias sobre Médicos y medicina en los clásicon infantiles y El cuerpo humano en la ópera lírica (Rev Venez Hist Medic 2009; 58: 134-152). Reiteramos nuestra condolencia a sus hijos Leonardo, Gerardo y Donatella. A la Dra. Vannini -conmovidos aún- le decimos: “Arrivederci Marisa. Siempre la recordaremos por su simpatía, sus talentos y su cálido trato”