Duelo de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina

La muerte del Dr. J. M Romero Sierra ha constituido una gran pérdida para el mundo médico venezolano. La Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina, que lo contaba entre el grupo distinguido de sus miembros fundadores, se honra en reproducir a continuación el discurso pronunciado por el doctor L. Briceño Iragorry en la sesión-homenaje que con motivo de su desaparición le tributara la Academia Nacional de Medicina.

Discurso (*)

Pronunciado por el Dr. L. Briceño Iragorry en la sesión-homenaje al Dr. J. M. Romero Sierra.

Señor Presidente de la Academia Nacional de Medicina.
Distinguidos Académicos
Señores:

El 20 de agosto de 1953, en silencio, acompañado de sus familiares y amigos, después de larga y penosa enfermedad, dejó de existir en Caracas el Dr. Romero Sierra, y con él, una vida dedicada al estudio, a la investigación, a la docencia y a su profesión, actividades a las que se dedicó con espíritu inquieto a la vez que reposado. Fruto de su labor callada y meritoria, que sirve de ejemplo a las generaciones presentes, es la suya, que pueden ver a través de su obra los que se asomen a la ventana retrospectiva de la historia, para poder comprender la razón del desarrollo alcanzado por nuestra medicina nacional en los últimos años.

Nacido en Caracas, el 15 de julio de 1883, hace sus primeros estudios en el Colegio San Vicente de Paul. Ingresa en la Universidad Central y adquiere el Diploma de Agrimensor en 1899, el de Bachiller en Ciencias Filosóficas en 19090 y el de Doctor en Ciencias Médicas, después de presentar su Tesis, famosa en los Anales de la Parasitología venezolana, sobre “Contribucion al estudio de los mosquitos de Caracas”, en 1907.

Externo e Interno por Concurso de los Hospitales Civiles del Distrito Federal en los años de 1903 y 1904, Romero Sierra se dedica integro al desempeño de las nuevas funciones contraídas con la Sociedad y su Profesión, y así lo vemos que en el año de 1910 figura como Médico Oficial de Sanidad; en 1911 es Relator del 1er Congreso Venezolano de Medicina y desarrolla la Ponencia: “Los Mosquitos de Venezuela”, y escribe sucesivamente sobre Profilaxia antipalúdica en 1908, sobre Extrofia de la vejiga en 1911, sobre Hepato-esplenomegalia de origen bilharziano en 1917, sobre Parasitología y Clasificación del Dístoma hepático en Venezuela, describiendo en esta comunicación por primera vez en el país al citado vermes y sobre Ectopia cardiaca extratorácica en 1918, sobre Áscaris en 1920, sobre larvas de braquíceros en 1921; sobre estudios histológicos de neoplasmas en los años de 1923-24 y 25; su estudio sobre la sangre humana en Caracas, trabajo de Incorporación a la Academia Nacional de Medicina en 1926, revela su espíritu de observación y debería ser consultado para apreciar en su justa medida el valor de sus investigaciones, ya que contiene gran número de nociones que por primera vez su anotaban entre nosotros,

A partir de 1934 escribe sobre temas quirúrgicos y así anotamos sus publicaciones sobre Choque obstétrico y Placenta marginata de ese año; su Tabla sinóptica para el examen ginecológico del año 43, donde trasluce su espíritu metódico y de observación; Cuidado pre y post-operatorios del año 36; Ginecología y Endocrinología de los años 38 y 39 y otros más, que sería largo enumerar, pues el número de sus publicaciones alcanza a más de medio centenar.

Romero Sierra publicó un libro, “Historia de la Medicina”, comprendiendo la historia de la Medicina en Venezuela, que lo presenta como un aventajado historiador, y trasluce su vasta y variada ilustración, uniendo en el citado libro, al caudal de conocimientos allí expuestos, su don didáctico. Dejó otro inédito sobre Deontología y en preparación uno sobre Ginecología del practico.

Su labor docente se inicia en 1914 como Profesor de Física y Quimica en la Escuela Normal de Hombres; en 1817 es Jefe de Trabajos Prácticos de Anatomía Patológica de la Facultad de Medicina y sucesivamente desempeña como Profesor, unas veces interinamente y otras en propiedad las Asignaturas de Anatomía Patológica en 1920, de Bacteriología y Parasitología en 1921, de Medicina Legal en la Escuela de Ciencias Políticas en 1925 y en la de Medicina en 1929, de la Cátedra de Clínicas Ginecológica, de la que fuera fundador en 1929, de Patología Quirúrgica en el mismo año, de Anatomía Descriptica en 1920, y, por ultimo, de Historia de la Medicina en 1940. Fue igualmente Secretario de la Escuela de Medicina en 1920, Miembro de la Comisión Nacional de Instrucción Secundaria en 1922 y Miembro del consejo de la Facultad de Medicina.

¿Qué llevó a Romero Sierra a abandonar el campo de la experimentación e investigación en el interesante terreno de la Parasitología y Anatomía Patológica, para dedicarse a las tares de cirujano? Diversos comentarios se han hecho, pero para traficar por los nuevos caminos se perfeccionó siguiendo cursos de Cirugía, Ginecología y Obstetricia en Paris con los Profesores Braine, Faure, Couvelaire, Siredey y otros, en 1927. Tal cambio en sus actividades privó a la Parasitología y a la Anatomía Patológica, que mucho deben a sus primeros trabajos, sus ultimas actividades, es quizás la única deuda que dejara a la ciencia nacional, explicable solo por su espíritu inquieto, ya que en las disciplinas citadas se mostró como investigador consumado y técnico esmerado.

Dedicó parte de sus últimos años a la vida hospitalaria, desempeñando con acierto los cargos de Cirujano del Hospital Vargas en 1931, Jefe del Servicio de Cirugía y Ginecología de la Cruz Roja en 1932, Cirujano del Hospital Obrero de Caracas, en 1937, del que fuera su Director y fundador, Cirujano del Hospital Bolivariano en 1939 y Director del mismo en 1942.

Sus actividades lo llevaron a ocupar puesto destacado en nuestras sociedades científicas, así como en las extranjeras; fue miembro fundador de la Sociedad Médica de Caracas, Miembro de la Association for the Study of Internal Scretion (Estados Unidos), Socio benemérito correspondiente del Museo Internazionales di Apicultura e di Bachicultura (Italia), Miembro de la Asociación Médica Pan-Americana (Habana), Presidente en 1942 de la Sociedad Médico-Quirúrgica del Hospital Bolivariano, Miembro de Honor del Ateneo de Historia Venezolana de Historia de la Medicina.

Individuo de Número de la Academia Nacional de Medicina desde su elección el 24 de septiembre de 1925, ocupó el Sillón V, sucediendo al Miembro Fundador Dr. R. Medina Jiménez. En la Academia dejó oír su voz entusiasta y orientadora, ocupando los cargos de Sub-Secretario y Tesorero de la Corporación, desempeñando con éxito varias Comisiones científicas.

La Academia de Medicina se enluta con la muerte de uno de sus distinguidos miembros y la Medicina nacional agrega un nombre más a la lista de sus grandes figuras desaparecidas que han contribuido a enaltecerla.