Al dar a luz esta Revista, la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina inicia sus publicaciones al mismo tiempo que cumple uno de los fines establecidos en su Reglamentos.
No ignoramos la importancia de la tarea que nos proponemos realizar como Miembros de una Corporación fundada precisamente para ocuparse en el estudio de la Historia de la Medicina en general y especialmente en la investigación y el estudio de la de Venezuela, así como en la divulgación de los conocimientos adquiridos o que se adquieren en dichas materias.
Las Universidades de América, en un anhelo de mejoramiento educativo, van adoptando y desarrollando más y más el estudio y la enseñanza de la Historia de la Medicina en Cátedras oficiales creadas de propósito; paralelamente y en relación con la expresada materia, en este mismo continente se fundan Sociedades y Ateneos y se publican Revistas. Pues las personas de claro entendimiento que se interesan con cariño por la cultura, convencidas de que la enseñanza superior no debe tener por único fin informar al alumno para que ejerza luego una profesión y gane dinero, procuran dar a la formación cultural de los jóvenes la importancia que merece en todo momento y circunstancia. De esta manera en Venezuela nació la Ley de Educación de 1940 la Cátedra de Historia de la Medicina, destinada a desempeñar un alto cometido.
La Historia de la Medicina tiene más importancia de la que comúnmente se le otorga. Todavía está vigente el espíritu de Hipócrates, para llegar hasta la medicina moderna es preciso tener presente la lenta gestación al través de las edades, sin olvidar las relaciones estrechas que ha mantenido con las religiones, las filosofías, la economía y los demás factores importantes que acompañan el desenvolvimiento de las artes y las ciencias. Y dentro del cuadro general, el desarrollo de la medicina en Venezuela adquiere por supuesto un interés especial para nosotros. La Historia en este campo no ha recorrido mucho camino.
Sea propia esta oportunidad para expresar nuestro agradecimiento al señor Ministro de Educación por haberse convertido en el Mecenas de este primer número de nuestra Revista
Caracas, julio de 1945.J.D.G.