Se presenta una referencia biográfica del notable cirujano venezolano Dr. Ricardo Baquero González (1911-1979), quien ingresa a estudiar medicina en la Universidad Central de Venezuela en 1929, con grado en 1935. Se hacen referencias a su labor tanto en el Instituto de Cirugía Experimental como en la Cruz Roja de Venezuela y su excepcional labor como docente de cirugía por más de cuarenta años. Se hace mención de su papel en la fundación del importante Centro Médico de Caracas y en su acción pionera en muchas técnicas quirúrgicas que introdujo en el país. Destaca asimismo su capacidad para lograr estructurar un verdadero trabajo en equipo y su legado de más de treinta filmaciones para las explicaciones quirúrgicas.
A biographic reference of the outstanding Venezuelan surgeon Dr. Ricardo Baquero Gonzalez (1911-1979), who made his medical studies in the Central University of Venezuela from 1929, graduating in 1935. His work in the Institute of Experimental Surgery and in the Venezuelan Red Cross is described, as his exceptional work as Professor on Surgery during more than forty years is done. His role as a Founder of the Medical Center of Caracas and his pioneer performance in surgical techniques introduced in this country by this important surgeon is highlighted. His capability as a team leader and his legacy of more than thirty surgical lecture films are emphasized.
Médico cirujano, nació en Caracas el 15 de noviembre de 1911. Hijo de Ricardo Baquero Villanueva y Consuelo González Lugo, la cual era hija del ilustre historiador venezolano Francisco González Guinan. Curso sus estudios de primaria y secundaria en el Colegio San Ignacio de Caracas donde obtuvo el grado de bachiller de filosofía y letras.
A partir de 1927 comenzó a trabajar como ayudante y en la limpieza y esterilización de material e instrumental quirúrgico en la clínica “González Lugo”, fundada en 1914 por su tío el Dr. Virgilio González Lugo. La misma se encontraba ubicada en Caracas, de Salvador de León a Socarrás, N˚ 81, y fue la primera clínica construida previa planificación para ello y de carácter libre, es decir, que podían operar todos los cirujanos de la ciudad.
En 1929 ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela, donde obtuvo el título de Doctor en Ciencias Médicas en el año 1935 con la tesis doctoral “El tratamiento de la cervicitis crónica por Diathermo-Coagulación”. Los profesores designados por la Universidad en calidad de jurados examinadores fueron P. D. Rodríguez Rivero, Domingo Lucían y Elías Toro. El procedimiento indicado en su tesis, que contribuiría a disminuir el gran porcentaje de histerectomías y el uso del cáustico de Filos, era poco usado entonces por los cirujanos.
Recién graduado, ingresa como Residente de cirugía en el Hospital Vargas de Caracas, cargo que en 1937 ratificara en un concurso de oposición, iniciándose en ese momento su trayectoria como docente, llegando a ser el Jefe del Servicio de cirugía siendo aún muy joven, apenas 26 años. Desde luego, dicho nombramiento no se debió al hecho de ser un joven, sino más bien a su consagración al estudio y el trabajo disciplinado, permaneciendo en dicho hospital como Jefe del Servicio de Cirugía 6 hasta 1956 cuando se traslada al Hospital Clínico Universitario. En mayo de 1937 llega a Venezuela el Maestro de la Cirugía Española, Profesor Dr. Manuel Corachán García, quien funda a finales de ese mismo año el Instituto de Cirugía Experimental de la Universidad Central de Venezuela; el Dr. Baquero fue discípulo del Maestro Corachán, iniciándose como Ayudante Adjunto del Instituto, en unión de los profesores Pablo Izaguírre y Pablo Ruben, llegando a ser Subdirector de dicho instituto.
Inicia su labor asistencial en la Cruz Roja Venezolana a partir de 1939 y, junto con el destacado gastroenterólogo y entrañable amigo, doctor Joel Valencia Parparcén, inician la reestructuración de la institución. Baquero se desempeñó como Inspector General de la misma durante de la transformación y gana la Jefatura del Servicio de Cirugía por concurso de oposición.
La Cruz Roja se ubicaba en un edificio cedido a la institución durante el gobierno del General Eleazar López Contreras, existían varias secciones que prestaban asistencia social en forma de dispensarios y, adjunto, estaba una Escuela de Enfermería y una casa cuna. En 1941, el Dr. Baquero, formando parte del equipo reestructurador de la institución, redacta el Reglamento y los Estatutos del ahora Hospital Dr. Carlos J. Bello, haciendo así honor al hombre que se entregó por entero al servicio de Caracas cuando la gripe española azotó la ciudad. Al mismo tiempo, funda la Sociedad Médica de dicho Hospital. Durante el gobierno del General Isaías Medina Angarita, el Dr. Baquero, junto con los integrantes de la junta reestructuradora de la Cruz Roja, hacen las gestiones para que el edificio y terreno donde funcionaba el ahora Hospital Dr. Carlos J Bello le fueran donados legalmente, porque allí se quería instalar a la fuerza y por asuntos políticos una dependencia del Seguro Social. El Ministro de Sanidad de la época, Dr. Félix Lairet, por orden del Presidente, redacta el proyecto a fin de presentarlo al Congreso Nacional para llevar a efecto la donación, y en 1946 el entonces Procurador General de la nación, Dr. Rafael Caldera hace entrega formal al Dr. Valencia Parparcén de la edificación. El Dr. Baquero además se encargó de la organización del nuevo centro en servicios: Cirugía, Medicina y Maternidad, los cuales antes no existían.
En octubre de 1940 contrae matrimonio con Linda Aristiguieta, noble mujer y de personalidad dominante, nacida a orillas del río Orinoco, con quien formó una familia ejemplar de seis hijos: Ricardo, Víctor, Gustavo, Eduardo, Adalinda y Federico (+). Durante su viaje de luna de miel por Estados Unidos en 1941, visita la sede de la Cruz Roja en la ciudad de Washington, trajo consigo la idea y material usado allá para la realización de campañas benéficas que se organizaban desde hacía muchos años con el fin que todos los habitantes de Washington colaboraran con el sostenimiento de la institución para beneficio de todos sus usuarios.
El Dr. Baquero, junto al Dr. Valencia y su eficiente secretaria Lulu Martínez, organizaron en Caracas el primer evento de este tipo denominado “Campaña de Enrolamiento”, que dio una dimensión distinta a las recolectas poco organizadas que se venían llevando a cabo en años anteriores. A partir de allí, dicha campaña se realizó cada año durante el mes de marzo o mayo, creando así conciencia de colaborador en el caraqueño para el sostenimiento de la única organización internacional neutral que ayuda sin distingo de credos, ideologías, razas o nacionalidad, y eliminar la concepción de ver dicha ayuda como la limosna que se daba a la Cruz Roja. La semana de la Cruz Roja en 1940 produjo 40 000 bolívares, y para la campaña de 1955 se recaudó un millón.
En el curso del mismo 1941, un 12 de diciembre el Dr. Baquero, junto con hombres talentosos y visionarios, de la talla de Rafael Ernesto López, Pedro Gutiérrez Alfaro, Félix Lairet hijo, Fernando Díaz, Leopoldo López y Franz Conde Jahn, dieron vida y forma a un proyecto que hoy es nuestro Centro Médico de Caracas, el cual fue oficialmente inaugurado el domingo 28 de septiembre de 1947, acto que contó con la presencia del entonces Presidente de la República, Sr. Rómulo Betancourt. El Dr. Baquero se desempeñó como primer secretario y tesorero de la primera junta directiva, ya que era considerado por su grupo como “el hombre de los negocios”. Asimismo se desempeñó como vicepresidente y presidente de la junta directiva y de la Sociedad Médica de dicha institución.
El Centro Médico de Caracas ha tenido desde su fundación una importante proyección en la salud y asistencia en el país y esto se puede respaldar en hechos como que allí comenzó la anestesia organizada en el verdadero sentido de departamento y servicio. Fue la primera institución hospitalaria con una sala de recuperación que a posteriori se transformó en una pequeña Unidad de Cuidados Intensivos y, más tarde, se crea y funda la auténtica y más moderna Unidad de Cuidados Intensivos de Caracas. Allí igualmente se inició la cirugía plástica y estética, se maduró y llegó a alto grado de tecnicismo la cirugía de cráneo y neurocirugía general, se desarrollaron niveles avanzados de cirugía de vías biliares, fue matriz de los bancos de sangre que nutren actualmente tanto hospitales como clínicas. Esta institución nació para hacer historia en la medicina nacional, y no puede negarse que en sus 57 años de servicio ininterrumpido es puntero de la asistencia médica privada en Venezuela. El lema de dar cada vez una medicina mejor ha sido cumplido por quienes como el Dr. Baquero González han desempeñado cargos en la conducción de su destino.
En 1948 viajó por invitación de su colega y amigo, Dr. Valencia Parparcén, a una reunión convocada por el gastroenterólogo internacional Dr. Carlos Bonorino en Buenos Aires, Argentina, donde se planeaba integrar a los gastroenterólogos de América Latina para fundar una organización internacional. El Dr. Baquero visitó clínicas, viendo operar a Finocheto, Resano, observando al famoso Mirizzi realizar la colangiografía operatoria y al ilustre Bengolea haciendo cirugías impecables de colédoco. Este tipo de exploraciones no se hacían en Venezuela, ni los mismos argentinos en ese año las toman en cuenta. Más aún, los mejores cirujanos de Estados Unidos la ignoraban. A su regreso al país, el Dr. Baquero inmediatamente inició la práctica de la colangiografía que se hacía en los quirófanos en pleno acto operatorio. Desde entonces, fue rutina en el Hospital Carlos J. Bello, el Vargas, la Clínica Santa Ana y, posteriormente, el Clínico Universitario. Es más, la primera colangiografía operatoria del país fue practicada por este insigne cirujano en el Centro Médico de Caracas en noviembre de dicho año.
El Dr. Baquero, junto con su grupo de colegas del Hospital Carlos J. Bello, aceptó y practicó el concepto de trabajo en equipo, que no era la norma entre médicos y cirujanos venezolanos, los cuales trabajaban cada uno de manera individual. Siempre señaló que “la responsabilidad en todo acto médicoquirúrgico, y lo más importante en un hospital, es el enfermo al cual nos debemos”. Esta nueva visión, junto con las nuevas técnicas quirúrgicas aprendidas y empleadas por el Dr. Baquero y su sincronización con los servicios de gastroenterología, permitieron el enfoque integral del paciente e hicieron posible que la cirugía abdominal en Venezuela fuera brillante a partir de 1945, y por ello ningún venezolano tuvo la necesidad de viajar al exterior para hacerse intervenciones que no pudieran realizarse en su país. Fue cirujano de la Escuela de Enfermeras Profesionales Francisco Antonio Rísquez fundada en 1949. Su contribución a la enfermería en el país, su progreso y jerarquización es una de las más destacadas del pasado siglo.
Conjuntamente con el Dr. Valencia Parparcén, investigó y descubrió ciertas enfermedades que aparecían como no existentes en el país, tales como la rectocolitis ulcerosa que para 1941 se denominaba Enfermedad de Nicolas Favre, y la Enfermedad de Crohn en 1950. Inició el desarrollo de la cirugía de la hipertensión portal (anastomosis venosas, esplenectomías y puentes vasculares en pacientes con bilharziosis). Asimismo realizó, entre 1954 y 1956, la primera investigación de diagnóstico precoz de cáncer gástrico llevada a cabo en el país, basado en la interacción de ramas como la radiología, endoscopia y citología; de hecho, con ello comienza el desarrollo de la oncología de abdomen en el país. La mortalidad quirúrgica en esta época en el Hospital Carlos J Bello con relación a colecistectomías llegó a descender a 1 %, y la de gastrectomías a 3,5 %.
Los trabajos llevados a cabo por su grupo fueron sorpresa en congresos nacionales e internacionales, donde el prestigio de la medicina venezolana se puso de manifiesto. Fue uno de los primeros cirujanos del país que aprendió la llamada “limitación de responsabilidades” y, siguiendo el consejo del conocido médico norteamericano Mayo, aprendió a hacer una cosa y siguió haciéndola todos los días por igual para hacerla cada día mejor. Su habilidad quirúrgica era excepcional, la que no se aprende, un don que la naturaleza le dio, no era un gran cirujano porque tuviera un tío médico que lo enseñara a ser buen empleado y ayudante de quirófano, ni porque el maestro Corachán lo puso al lado suyo a manejar tijeras y bisturí. Como el pintor o el músico, hay factores innatos que quizá se hereden, pero lo que sí es seguro, es que, constituyen un don.
A partir de 1957, inaugurado el Hospital Universitario de Caracas, continuó en este su labor docente en la Cátedra Clínica y Terapéutica Quirúrgica de la Facultad de Medicina de la cual fue Profesor Titular y Jefe de Servicio. En total fueron 41 años de docencia al servicio de la Facultad de Medicina de la UCV, donde este extraordinario hombre desarrolló en su cátedra una función de máxima calidad y dedicación a los jóvenes en formación, sintiéndose siempre como uno de ellos, con la modestia orgullosa del Maestro.
Además de la ya muy bien señalada labor docente, fue parte de varias Sociedades Científicas: Fundador, Secretario General y Presidente de la Sociedad Venezolana de Cirugía a la que dedicó su personalidad científica, Miembro Emérito Correspondiente Nacional de la Universidad del Zulia, Fellow del Colegio Americano de Cirujanos, Titular y Presidente del Capítulo Venezolano de la Sociedad Internacional de Cirugía Cardiovascular, Miembro Correspondiente de la Sociedad Francesa de Ginecología, Sociedad Médica del Hospital Clínico Universitario y Centro Médico de Caracas. Autor y coautor de más de 200 trabajos científicos, entre los que destacan “Tratamiento de las varices de miembros inferiores”, “Maniobra de Kocher en la cirugía biliar”, “La colangiografía operatoria”, “Colostomía izquierda definitiva”, “Punción del saco de Douglas como método diagnóstico en la ruptura tubárica de un embarazo éctopico”, “Uso del drenaje mixto en apendicitis aguda”, “Infiltración del simpático con solución de novocaína”, “Estado de la cirugía biliar venezolana”, “Movilización precoz en cirugía”, “Shock quirúrgico y hemorrágico”, “Peritonitis difusa por absceso primitivo colibacilar de hígado abierto a cavidad abdominal”.
Pionero en el desarrollo del sistema audiovisual en Venezuela, filmó y presentó más de 30 películas de cine sobre diferentes aspectos de la cirugía. Designado Individuo de Número de la Academia Nacional de Medicina en 1966 para ocupar el Sillón III, en sustitución del Dr. Pedro Blanco Gásperi, pero no llegó a incorporarse. El Hospital Periférico del Oeste de la ciudad de Caracas lleva su nombre. Entre las condecoraciones recibidas figuran la Orden del Libertador Simón Bolívar, Andrés Bello, Dr. José María Vargas y Dr. Augusto Pinaud, y la Orden de la Cruz Roja Venezolana.
De sus actividades fuera del campo de la Medicina destaca su afición a deportes como el tenis y el golf, amante de la buena gastronomía, además de tocar muy bien el piano dando recitales privados a compañeros, amigos y de filiación política demócrata.
Cirujano nato, hombre honesto, se destaca y sobresale por su autoridad, austeridad y destreza en el ejercicio profesional, por su espíritu organizativo y futurista, mentalidad científica; a él, al Dr. Ricardo Baquero González, forjador de Cirujanos del siglo XX, Venezuela debe buena parte de las conquistas logradas en el campo de su pasión, la Cirugía. Fallece en Caracas el cuatro de enero de 1979.