Juicio crítico y discurso de contestación al trabajo de incorporación del Dr. Aldo González Serva, como individuo de número a la sociedad venezolana de historia de la medicina

Dra. Consuelo Ramos de Francisco

Dr. Juan José Puigbó, Presidente, y demás integrantes de la Junta Directiva de la SVHM

Dra. Nora Bustamante, Miembro Emérito de esta corporación

Estimados Doctores, Profesores, Miembros Eméritos, Individuos de Número y Miembros Correspondientes de esta Sociedad.

Dr. Aldo González Serva, recipiendario de hoy y su distinguida familia.

Señoras y señores:

Es para mí un honor corresponder a esta Sociedad y a su Junta Directiva por la confianza depositada en mi persona para realizar el juicio crítico y contestación al trabajo presentado por el Dr. Aldo González Serva, quien hoy se incorpora como Individuo de Número para ocupar el Sillón N° VI el cual ha sido ocupado por los distinguidos galenos venezolanos, doctores Jesús Sanabria Bruzual, Jesús Yerena y Fermín Velez Boza.

Antes de leer una síntesis del juicio crítico sobre el trabajo de incorporación del Dr. Aldo González Serva como Individuo de Número, Sillón VI, de esta Sociedad, haremos algunas consideraciones biográficas del Dr. González Serva.

El doctor Aldo González Serva, quien se incorpora hoy como Individuo de Número de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina (SVHM), ingresó en esta organización en 1982, como Miembro Correspondiente por el Distrito Federal, con la presentación del trabajo titulado “El otro médico del Libertador, en sus últimos días”, el cual fue motivo de comentarios y elogios por los asistentes debido al aporte que significó en la historia de Simón Bolívar. En él comentaba la actuación del médico norteamericano George McKnight, médico naval de la goleta norteamericana Grampus, al participar junto con el Dr. Próspero Reverend en las decisiones terapéuticas indicadas al padre de la patria en los últimos y tristes días de su vida.

Nuestro recipiendario de hoy nació en San Felipe, Estado Yaracuy, en julio de 1949, estudió en el Colegio La Salle de Caracas, luego en la Universidad Central de Venezuela (UCV), de la cual egresó como Médico-Cirujano en 1971.

En el lapso 1972-1976 realizó estudios de Posgrado en Anatomía Patológica en Venezuela (UCV) y en la Universidad de Yale, New Haven, Connecticut, EE.UU de Norteamérica.

Su vida profesional se ha desarrollado en Venezuela y en EE.UU en forma alterna y sucesiva. Ha sido médico visitante en el Hospital Monte Sinaí de New York y en la Universidad de Yale en New Haven. Realizó un posgrado en virología en este último hospital.

La docencia y la historia, junto con la fotografía y la condición de bibliógrafo amateur, han sido sus actividades paralelas a la medicina, desde muy joven. Siendo estudiante de medicina ganó el Premio Dr. José Gregorio Hernández, creado por el Dr. Fermín Vélez Boza quien, como una coincidencia quien ocupaba el Sillón que ocupará, de hoy en adelante, nuestro recipiendario de hoy.

En 1977 ganó el cargo de Instructor por Concurso de Oposición en la Cátedra de Anatomía Patológica en el Instituto del mismo nombre en la UCV.

Trabajó en Venezuela, en forma continua, en el lapso 1971- 1984. Se desempeñó como médico patólogo en el Centro Médico de Caracas y en el de Histología y de Anatomía Patológica en el lapso 1986-1984. Es Miembro de la Sociedad Venezolana de Dermatología (1978), de la cual fue designado Miembro Honorario. Ha sido Profesor Asistente en Patología y en Dermatología en varias universidades: Universidad Central de Venezuela (1976-1984), posteriormente en New Haven, Boston, Nueva York, entre otras, en algunas de ellas hasta la fecha.

Por otra parte, es Miembro de la Sociedad Venezolana de Anatomía Patológica, de la cual fue Presidente en el período 1981-1983.

Además es Miembro de varias asociaciones internacionales de anatomía patológica y dermatología.

Ha publicado alrededor de 130 trabajos científicos como autor y/o coautor y participado en innumerables congresos de la especialidad, en diversos países del mundo.

En 1995 fue galardonado con el Premio Xavier Vilanova, que se otorga cada 4 años, al Mejor Trabajo Científico por el trabajo “Patogénesis del Acné”, tema dermatológico en el cual ha realizado aportes de repercusión internacional.

El Dr. González Serva nos presenta hoy, como trabajo de incorporación para la categoría Individuo de Número, el producto de su laborioso aporte a esta Sociedad: “El mapa bibliográfico de la Revista de la SVHM”. Índice electrónico de materias y autores”, lo cual constituye un tema complejo y fascinante para un profesional de la Bibliotecología y de las ciencias de la información, como es mi caso.

Las publicaciones científicas y los índices constituyen un corpus bibliográfico de suma importancia y de un largo e interesante desarrollo histórico, iniciado en 1494, cuando Joharines Johann Trithein (1463–1516), llamado “padre de la bibliografía”, publicó la primera bibliografía con carácter eclesiástico, y en 1506, Symphorien Champier, publica la primera bibliografía de libros profanos titulado “De Medicine Claris Scriptoribus y, en el siglo XVI se publicó la primera bibliografía universal llamada “Biblioteca Universales” compilada en Alemania, considerada como la primera bibliografía médica en la historia.

En 1850, Friederich Ludwig Meissner (1796-1866), publicó la primera bibliografía pediátrica conocida. En tal sentido, ha sido preocupación de todas las civilizaciones, la recuperación de la memoria impresa o escrita a través de la bibliografía, disciplina que permite localizar y organizar de manera sistemática la literatura publicada en una determinada literatura o en cualquier ámbito de los saberes. Ellas, las bibliografías pueden ser generales o especializadas, cronológicas, retrospectivas y actualizadas, entre muchas otras clasificaciones. Las bibliografías se asocian a otros instrumentos bibliográficos o documentales como son los catálogos, directorios e índices, los cuales hoy día se presentan de manera automatizada.

Así, los catálogos, índices, directorios y repertorios constituyen mecanismos para recuperar la documentación y preservar, organizar, rescatar, sistematizar y difundir el quehacer científico y humanístico de la Sociedad.

Los índices y sus parientes documentales más cercanos: los catálogos, directorios, diccionarios, glosarios y tesauros, constituyen la base lógica y científica de la recuperación documental y de la organización del conocimiento explícito, plasmado en las publicaciones (documentos), sea cualquiera su formato.

Hoy, el Dr. González-Serva nos presenta una propuesta en desarrollo, de un índice digitalizado y automatizado para nuestra Revista, publicación que como bien señaló el Dr. González Serva es el órgano de difusión del quehacer académico de esta Sociedad, fundada en 1944, por el ilustre maestro Joaquín Díaz González. Esta publicación llega a los 65 años de su fundación, con los altibajos comunes a casi todas las revistas médicas venezolanas y de América Latina.

El Dr. González Serva en el trabajo desarrollado y en el proyecto en evolución, permitirá organizar de manera sistemática los contenidos publicados en esta revista. Este mapa bibliográfico (índices) e indización de la RVSHM constituye un valioso aporte, susceptible de desarrollar, actualizar y hasta migrar en un futuro a otros formatos y normas que nos impone el desarrollo de las Ciencias de la información garantizando el acceso y el mejor uso de los contenidos, asimismo permitirá elaborar estudios bibliométricos.

Las publicaciones en todas sus tipologías y formatos, representan la evidencia más tangible de la investigación y de la historia de las disciplinas; constituyen (generales o especializados) la literatura o bibliografía de las ciencias en el conocimiento acumulado, ellas sistematizan, recogen y sustentan los procesos históricos, dan aval científico y respaldan la autoría de las investigaciones.

Las compilaciones bibliográficas, como bien sabemos, constituyen la etapa previa a cualquier investigación, permite al investigador conocer a ciencia cierta que los documentos primarios u originales se han escrito sobre determinada temática de su interés y que las fuentes secundarias las reseñan, así con el estado del arte en cualquier disciplina.

La documentación como disciplina científica permite el acceso y descripción de cualquier documento y estudia y ordena el documento en cualquiera de sus formatos y en todas las tipologías de documentos e identifica cuatro tipos de documentos: Primarios o fuentes originales (artículos, libros, otros); secundarios como los que recogen o sistematizan las fuentes primarias (bibliografías, diccionarios, catálogos, otros); terciarias como las bibliografías de bibliografías e índices automatizados.

Hoy se habla de fuentes cuaternarias, constituidas por las grandes bases de datos, producto del gran desarrollo tecnológico de softwares desarrollados para este fin, que permiten a través de motores de búsqueda (Google, Yahoo, Altavista, entre otros) hoy se dispone de aproximadamente 600 motores de búsqueda y a través de ellos se puede tener acceso a un gran volumen de publicaciones recientes y en muchos casos retrospectiva, de modo global y universal a través de los “links” (interconexiones múltiples).

Sin embargo, la organización de esta documentación exige cada vez más una mayor rigurosidad, arbitraje y organización y es allí donde la indización constituye un reto cada vez más exigente para los especialistas en información, debido al gran volumen de publicaciones que se genera, conocido como “explosión bibliográfica”; esto garantiza una selección cada vez más rigurosa de la literatura publicada.

La indización como un proceso metodológico e intelectual y sus productos los índices de publicaciones constituyen herramientas documentales que deben ser vistas bajo dos aspectos o etapas:

  1. La indización interna de un documento (índice de un libro, revista, etc., como es el caso que hoy analizamos
  2. La indización externa: esta última es un enfoque con visión más global, que responde al proceso de mundialización de la información, que permite dar acceso a un documento a través de su referencia (resumen de contenido y palabras clave) en la Internet, desde cualquier lugar del planeta. Visibilidad que se respalda en el desarrollo de grandes bases de datos como Medline, Scientific Information Service (SIS), Lilacs, (Literatura Latinoamericana y del Caribe en ciencias de la salud) PERIODICA (UNAM/México), Latindex entre muchos otros índices. Ambas etapas están relacionadas.

Los procesos de indización como el aquí presentado hoy por el Dr. González Serva constituyen cada vez más una necesidad que plantean las revistas científicas para poder tener acceso a sus contenidos, en especial las revistas venezolanas, situación que presenta aun serias dificultades en nuestro país, no obstante el área biomédica exhibe los mejores índices bibliográficos nacionales con participación latinoamericana a través de índices especializados como LILACS (Literatura Latinoamericana de Ciencias de la Salud y LIVECS (Literatura Venezolana en ciencias de la Salud) y SciElo (Bases de datos de Bireme).

En el ámbito de las Ciencias Médicas: Medline, antiguamente conocido como Index Medicus (1879 - ) compilado por la National Library of Medicine de EE.UU, así como Excerpta Medica (en todas sus categorías /Holanda), LILACS (Literatura Latinoamericana y del Caribe en ciencias de la Salud), y SciELO compiladas por Bireme (Brasil- Sao Pablo), LIVECS (Literatura Médica Venezolana en Ciencias de la Salud), compiladas por el Sistema Nacional de Documentación e Información biomédica (SINADIB), así como otros índices internacionales en el área de las ciencias de la salud que recuperan o indizan la literatura biomédica a través de normas documentales y tesauros (lenguajes documentales) desarrollados para este fin como el MeSH (Medical Subject Heading Alphabetic List de la NLM ) y el DeCS, (descriptores en ciencias de la salud) elaborado por Bireme; instrumentos normalizados que permiten jerarquizar y desarrollar los lenguajes documentales con el fin de normalizar el uso de determinados términos, ver su afinidad, sinonimia, jerarquías, traducciones, etc., llamados lenguajes de búsqueda informativa (LBI) con el fin de ubicar el mayor número de documentos relativos a un mismo tema (indización de documentos) y para garantizar estrategias de búsqueda a los investigadores. Estos tesauros han evolucionado de manera tal, que su mayor desarrollo permite hablar hoy de “Indización automatizada” (listas alfabéticas, jerárquicas y permutadas) disponibles en línea, permitiendo revisar sinónimos, antónimos afines, otros y, desarrollar toda una teoría lingüísticas que nos permite hablar de palabras clave, descriptores, o términos relacionados descriptores normalizados, reemplazados, sinónimos adicionales, estructuras jerárquicas del término, glosarios en desarrollo en relación con el uso y manejo del lenguaje especializado y técnico en cualquier disciplina o ciencia.

Asimismo, dada su complejidad, se han creado comités de indización, asociaciones y grupos de trabajos multilingües, en países como EE.UU, Brasil, Australia, Canadá, México, entre otros, compuestos por especialistas en los temas, documentales, de indización, lingüistas, bibliotecarios e informáticos, para tal fin se han venido desarrollando softwares y metodologías específicas para diferentes tipos de literatura.

Por otra parte, al haber un aumento exponencial de la literatura, (más de 25 000 artículos por mes por especialidad y más de un millón quinientas mil revistas científicas inscritas en el registro mundial ISSN (Internacional Serial Standard Number) (Número Internacional Normatizado de Publicaciones Seriadas) se hace necesario mejores controles bibliográficos y un mejor acceso a literatura.

Los grandes índices, como los señalados y otros como el Scientific Information Index (ISI) Philadelphia, se nutren de los índices acumulados de las revistas, de los resúmenes de cada artículo presentados por los autores sobre sus investigaciones y de las palabras clave, todo esto permite una mejor organización de la información. Hoy como bien lo ha expuesto el Dr. González Serva, podremos disponer de un índice acumulado de la RSVHM y por tanto este índice le permitirá entrar a los grandes índices nacionales e internacionales y garantizar su visibilidad (indización externa).

Es interesante señalar que la investigación que viene desarrollando el Dr. González Serva nos permitirá:

  1. Disponer de una digitalización de nuestra revista, dándole mayor visibilidad y acceso desde cualquier parte, pero además podremos preservar la colección en formato digital.
  2. Ubicar en sus números publicados, sus contenidos, sus autores (revisión del documento).
  3. Conocer rápidamente el contenido de cada volumen y el resumen de cada artículo, así como la diversidad de temas publicados.
  4. Ser indizada en Índices internacionales (LILACS, INFOMED, REVENCYT, LATINDEX, CLASE, LIVECS, MEDLINE, entre otros, a través de los hiper enlaces (hiperlinks).
  5. Mayor visibilidad y esto indudablemente nos relaciona con el mundo (transferencia de información) señalado y conocido como la cyberlocalización de la revista.
  6. Conocer la producción, productividad, línea y temas de trabajo de cada autor, las veces que ha sido citado por otro autor (programa de referencias bibliográficas bajo el Software End Note) y el desarrollo de trabajos bibliométricos y cienciométricos dentro de nuestro ámbito de estudios.
  7. Disponer de la colección de nuestra revista digitalizada e indizada para su puesta en INTERNET y en las bibliotecas virtuales como la de BIREME (BVS /BIREME) en la de la Academia de Medicina entre otras.

Con este trabajo de indización la RSVHM y la Sociedad misma se harán más visibles en la red, frente al reto que nos demanda la investigación y la transferencia del conocimiento.

Es importante señalar que ya en 1994 el profesor Aldo González Serva y la Dra. Alejandra Pro-Rísquez, compilaron un primer índice bilingüe de nuestra Revista el cual comprende los volúmenes 36 al 63 (1987-1993) , trabajo presentado en el VI Congreso Venezolano de Historia de la Medicina realizado en Caracas.

EXPERIENCIAS QUE NOS HAN PRECEDIDO

Es oportuno reconocer el invalorable trabajo de los Índices y Bibliografías, trabajo minucioso y poco valorado, quizá es el investigador quien más lo aprecia, ya que ellos nos abren las puertas del pensamiento y de los estudios que nos ha precedido.

Es propicia la ocasión para recordar el invalorable trabajo del Dr. Ricardo Archila, al recuperar la “Bibliografía Médica Venezolana, en sucesivas ediciones, dicho material está publicado en varios volúmenes, y rescata la literatura venezolana biomédica desde el siglo XIX hasta la década de los 70 aproximadamente, trabajo que lamentablemente no ha sido continuado de manera exhaustiva, a pesar de los esfuerzos de SINADIB a través del desarrollo de la base de datos LIVECS (Literatura Venezolana en Ciencias de la Salud).

Además debemos recordar los aportes bibliográficos de los doctores Plácido Rodríguez Rivero, Eudoro González, (Primer Índice de la Gaceta Médica de Caracas) 1943, Tulio Arends, Marcel Roche, Miguel Zúñiga Cisneros, Tulio Briceño Maaz, Francisco Kerdel Vegas, Fermín Vélez Boza, Alecia de Acosta, Herbert Stegemann y Jesús González Vegas, entre otros. Aspecto que nos muestra que sin memoria documental e historiográfica no hay ciencia.

En este mismo sentido cabe destacar la publicación uno de los antecedentes más importantes de la RVSHM: Archivos de Historia Médica de Venezuela, germen de nuestra Revista, creada por Plácido Rodríguez Rivero, material al cual el Dr. González Serva realiza una copia facsimilar por scanner

LAS PRIMERAS REVISTAS VENEZOLANAS

En el campo científico aparecieron en 1857, cuando nacen “Eco Científico de Venezuela (1857–1858 )” y “El Naturalista (1857 – 1858)”, ambas con un año de circulación; a pesar de ser dedicadas al periodismo científico en general (difusión y divulgación científica), gran parte de sus páginas estaban cargadas de materia médica, dirigida por el eminente galeno venezolano Dr. Manuel Porras, y era órgano oficial de la Academia de Ciencias Físicas y Naturales de Caracas. En ellas podemos revisar con gran satisfacción los índices de contenido de cada número. Posteriormente aparecieron Vargasia (1868– 1870) y Escuela Médica (1874 – 1879), ésta última fue la primera revista de corte editorial eminentemente médico; Ilustres galenos dejaron huellas indelebles en sus páginas que hoy constituyen parte del legado historiográfico de la medicina venezolana. Posteriormente se suman Gaceta Científica de Venezuela (1877–1881), Boletín de la Facultad Médica de Caracas (1880 – 1881), la Unión Médica (1881 – 1888), Ensayo Médico (1883–1885), Clínica de Niños Pobres (1889–1908), Revista Científica Mensual de la UCV (1887–1889), entre otros títulos. Por último hacia finales del siglo XIX la Sociedad de Médicos y Cirujanos de Caracas funda Gaceta Médica de Caracas (1893) bajo la dirección del ilustre maestro Luís Razetti, esta prestigiosa revista se continúa publicando hasta la fecha y constituye la mejor evidencia de nuestra historia médica; recordemos que recientemente fue presentado su último índice de manera digital (CD ROM). Cabe recordar que todas estas revistas dispusieron de índices dentro de la publicación de manera muy sencilla, pero en estos acumulados podía tenerse conocimiento de los publicados por cada título.

Para finales del Siglo XIX, Europa disponía de más de 300 revistas médicas y desde 1879, grandes índices y las bibliografías médicas estaban presentes en la literatura del gremio médico venezolano. Para 1913 se publicaban en el mundo cerca de 1 600 revistas médicas y en 1910 Venezuela disponía de 14 periódicos médico científicos.

Hoy la Asociación de Editores de Revistas Biomédicas Venezolanas (ASEREME), identifica cerca de 72 títulos de revistas biomédicas activas en Venezuela, de ellas muchas se encuentran acreditadas en el programa venezolano de Revistas Científicas y Tecnológicas de FONACIT (Acreditación y financiamiento) ASEREME ha contribuido grandemente a la calidad de forma (formato) y contenido de nuestras revistas médicas, así como a la formación de nuestros editores.

Asistimos al desarrollo de profundos cambios tecnológicos, las Tecnologías de Información y de la Comunicación, (TIC), aceleran y universalizan el conocimiento y nos han conducido a la sociedad del conocimiento: bibliotecas virtuales, bibliotecas sin paredes, Internet, motores de búsqueda, lenguajes universales, globalización (tecnología para aprender), red de redes, acceso remoto, libre acceso y grandes índices de búsqueda y acceso de la literatura

En tal sentido para su desarrollo se necesita:

  1. Información bibliográfica (compilaciones, índices, bases de datos, retrospectivas y actuales), es aquí donde tiene su mayor justificación el trabajo presentado hoy por nuestro recipendiario.
  2. Disponibilidad de excelentes colecciones (retrospectivas y actuales) para preservar la memoria documental y desarrollar bibliotecas virtuales.
  3. Organización técnica de los documentos.
  4. Acceso al documento original.
  5. Relaciones de ese documento con otros (enlaces).
  6. Disponer de información en el menor tiempo posible.

Con estos elementos hoy hablamos de “gestión documental” o “gestión electrónica de información”, es decir, dar el mejor manejo y el mejor uso al documento original, además que la información se difunda, que esté disponible, cuyo mecanismo técnico de recuperación es la indización, actividad intelectual que permite identificar al documento y su contenido a través de palabras” que expresan su mayor carga de contenido conocidas como palabras clave, descriptores y el resumen, todo lo cual va a identificar al documento original desde cualquier base de datos o índice. Este proceso se concibe a través de la Ingeniería Documental (Relación de bases de datos a través de enlaces, métodos y herramientas para el diseño y construcción de mecanismos de localización y afinidad de los documentos y de la información (indización asociativa); esto no es más que una ingeniería de Software reforzada por la Word Wide Web (www) dada la complejidad de la documentación disponible en Internet (González H. y Martínez S. J., 1999).

A MANERA DE COLOFÓN :
METAMORFOSIS DEL LIBRO Y LAS BIBLIOTECA

La automatización de la información, las publicaciones digitales y en línea, la navegación en el ciberespacio, el uso de sistemas expertos, bibliotecas virtuales, libros sin papel, bibliotecas sin paredes, índices automatizados, motores de búsqueda entre otros, evidencian que asistimos a cambios profundos en el manejo y el uso de la información. ¡La metamorfosis del libro, del documento y de las bibliotecas ha llegado!

Frente a estas perspectivas es obvio el valor y la importancia de este trabajo que viene desarrollando el Dr. Aldo González Serva, el cual dota a la SVHM y a su revista de un instrumento bibliográfico que le permitirá no solo recuperar la literatura ubicada en la Revista de la SVHM sino también entrar al mundo del cyberespacio.

Doctor Aldo González Serva, en nombre de la SVHM, sea bienvenido a la condición de Individuo de Número (Sillón VI) de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina y reciba en nombre de esta Corporación la más cordial bienvenida.

¡Felicitaciones!