Miembro Emérito de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina
Señor Presidente de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina y demás miembros de la Directiva de la misma y compañeros de nuestra institución
Señores miembros de la Academia Nacional de Medicina
Distinguidos hijos del Dr. Francisco Plaza Izquierdo: Francisco, Alberto, Jorge, Luis Javier, Mariflor, Marisela y Carmen Eugenia, hijos políticos y otros familiares, en especial sus nietos;
Amigos y colegas de otras instituciones, señoras y señores:
No pueden imaginar cuan difícil se hace para mí hablar del Dr. Francisco Plaza Izquierdo en su definitiva ausencia. Hace tan poco tiempo que se nos fue Pancho, el fiel y consecuente esposo, antes y después de la desaparición de su adorada Flor; de Pancho el padre amoroso y preocupado por todos y cada uno de sus hijos, que al perder al primero de ellos cambió su ánimo, se entristeció su corazón y desde entonces todas sus conversaciones terminaban recordando a Ambrosio; Pancho, el amigo entrañable, que sabía compartir con quienes gozábamos del privilegio de su amistad, en los días alegres y en las horas difíciles, siempre con la palabra adecuada para acompañarnos en nuestra dicha o animarnos a que dejáramos la tristeza atrás; al Dr. Plaza Izquierdo, Miembro Emérito de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina, por la cual luchó desde todos los cargos que desempeñó en la misma, con afecto sincero, con generosidad sin límites, con entrega total de su tiempo, de su esfuerzo, de sus consejos y con preocupación constante porque superáramos los escollos que se nos presentaban y siguiéramos adelante en pos de una sociedad cada día más brillante, cada día más próspera, cada día más involucrada en lo que fuera modernización y adelanto de las ciencias de la salud. Y por hacer conocer estos en nuestra revista, de la cual fue Editor.
Siento que la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina, de la cual llegó a ser Presidente, de 1983 a 1985 y también Presidente del VI Congreso de Historia de la Medicina, celebrado en Caracas, del 9 al 12 de octubre de 1994 y escaló distintas posiciones, hasta alcanzar la máxima que existe en nuestra sociedad, cuando en 1998 fue elegido Miembro Emérito. Siento —repito— que esta sociedad ha perdido uno de sus pilares fundamentales y se inclina hacia un lado, perdiendo mucho de su fortaleza, con la ausencia de ese ser eminente que se llamó Francisco Plaza Izquierdo.
Pasará mucho tiempo y tendremos que luchar heroicamente, para llenar el vacío que dejó nuestro inigualable Pancho en esta institución, a la cual sirvió hasta el día de su desaparición física. El Dr. Francisco Plaza Izquierdo nació en Caracas el día 1º de febrero de 1916. Fueron sus padres Alberto Plaza Orea y Carmen Izquierdo Esteva. En su ciudad natal hizo su bachillerato, en el colegio La Salle. En 1944 se casó con Flor Rivas Larrazábal. Tuvieron ocho hijos, ya nombrados, de los cuales sólo Ambrosio murió antes que su padre. Tuvo además veinte nietos y siete biznietos.
Retomando el tema universitario, el Dr. Plaza Izquierdo ganó tres concursos en el Hospital Vargas: de Externo e Interno, de Preparador de Anatomía y de Jefe de Trabajos prácticos de Técnica Quirúrgica (1945 – 1953). En la Cátedra de Clínica y Terapéutica Quirúrgica fue Profesor Agregado en 1953 y llegó a Profesor Titular en 1998. Fue Director del Instituto de Cirugía Experimental en 1947 y entre 1963 a 1965. Becado por la Universidad Central, viajó a Europa y Estados Unidos, donde visitó varios hospitales en Londres, París, Madrid, Barcelona, Roma, Hamburgo, Chicago y Nueva York.
En la Academia Nacional de Medicina fue elegido el 18 de febrero de 1988, para el Puesto Nº 39, como Miembro Correspondiente Nacional por el Distrito Federal. El 14 de marzo de 1991 fue electo Individuo de Número, ocupando el Sillón V, en el cual sucedió al Dr. Oscar Beaujón Graterol. Se incorporó a la Academia el 14 de noviembre de 1991, con su trabajo sobre “Cirugía Experimental en Venezuela. Contribución a su desarrollo” El Juicio Crítico le correspondió al Dr. Pedro Manrique Lander, quien —por una de esas coincidencia imprevisibles, que ocurren en la vida de los hombres notables— hoy está de nuevo junto a Pancho, en este acto de reconocimiento a sus trayectorias como médicos y a sus personalidades como seres humanos. Se recibió el 21 de noviembre del mismo año 91 y le dio la bienvenida el Dr. Abel Mejías. En la Directiva 1994-1996 fue elegido como Tesorero. Fue fundador y Director del Museo de la Facultad de Medicina, cuyo estado actual fue una de las preocupaciones que compartió con nosotros, mientras vivió.
Desde 1938, hasta 1982, publicó 48 trabajos científicos en diversas revistas médicas. Entre sus libros figuran: “Cirugía privada en Caracas”; “Medicina y poesía”; “Hospital Universitario de Caracas: Recuento histórico en su Trigésimo Aniversario” (2 tomos): “Doctores venezolanos de la Academia de la Historia”; “José Izquierdo: vida y obra”. Recibió ocho de las condecoraciones más importantes que se otorgan en nuestro país.
Asimismo recibió una placa con el sello de la Facultad Médica de Caracas, en el Aula Magna de la UCV, en homenaje que se le tributó el 16 de junio de 1982. Fue objeto de un reconocimiento de la Federación Médica, por sus ejecutorias humanísticas y literarias, el 10 de marzo de 1984. Finalmente, desde 1935, hasta 1984, se le otorgaron 38 diplomas, por actuaciones profesionales y literarias, de asociaciones tanto nacionales, como extranjeras.
El Dr. Francisco Plaza Izquierdo se nos fue físicamente, faltando 38 días para cumplir 92 años. Precisamente con esa intuición, otra virtud que lo caracterizaba; el último libro que dejó impreso lo tituló: “Médicos Nonagenarios en Venezuela”. Pero se trataba sólo de los que habían muerto. Ahora bien, esos casi 92 años de Pancho, los vivió intensamente, con una curiosidad intelectual, avidez de conocimientos, eficiencia y productividad en el trabajo; que ya desearían para sí algunos de nuestros jóvenes modernos, de ideas avanzadas, que quieren cambiarlo todo, para que todo siga igual, o peor. Me refiero a esos políticos que hoy son jóvenes, con poder y corruptos. Para ellos y para todos los que tuvimos el honor de trabajar a su lado, Dr. Francisco Plaza Izquierdo fue maestro de maestros, trabajador incansable, leal y confiable amigo, cirujano heredero de los grandes en la historia de nuestra cirugía; de su destreza y facultades para intervenir oportunamente y hacerlo con éxito. Pancho ha sido el único de nuestra sociedad en recibir el título de Miembro Benefactor de la misma. Y que solos nos ha dejado, con su partida a la eternidad. Es sólo vacío lo que sentimos en nuestro alrededor. Vacío que será muy difícil de llenar.