Santos Aníbal Domínici (1869-1954)

Andrés Soyano López

Centro de Medicina Experimental, Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas, Individuo de Número de la SVHM. Correo: soyanolop@gmail.com

Recibido Junio 9, 2015

RESUMEN

Santos Aníbal Domínici nació en Carúpano (Estado Cumaná; actual Estado Sucre) el 16 de junio de 1869. Obtuvo título de Doctor en Medicina en la Universidad Central de Venezuela (UCV) en 1890 y título similar, en la Universidad de París, en 1894. Regresó a Caracas en 1895, incorporándose como titular de la recién creada Cátedra de Clínica Médica y Anatomía Patológica. Ese mismo año fundó el Instituto Pasteur de Caracas; allí demostró la existencia en Venezuela del agente causal del paludismo. En 1899 fue nombrado rector de la UCV, cargo del cual fue destituido en 1901 por el dictador Cipriano Castro. Se incorporó a la Revolución Libertadora (1901-1903); al fracasar ese movimiento, se radicó en París, dedicándose al ejercicio de su profesión. Entre 1910 y 1922 desempeñó cargos diplomáticos en Europa y Estados Unidos. Tras renunciar al servicio diplomático, se radicó nuevamente en París. Participó activamente en organizar la fracasada expedición del "Falke" (1929), la cual pretendía derrocar la dictadura de Juan Vicente Gómez. Tras la muerte de éste, regresó a Venezuela, siendo designado Ministro de Sanidad y Asistencia Social (1936-1937). Posteriormente, recuperó por concurso la Cátedra de Clínica Médica (1938) y se incorporó como Individuo de Número a la Academia Nacional de Medicina (1943) y a la Academia Venezolana de la Lengua (1949); Participó en la fundación del Colegio de Médicos del Distrito Federal (1941) y de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina (1944). Murió en Caracas el 29 de septiembre de 1954, a los 85 años, tras una notable trayectoria como médico, investigador, diplomático, político y escritor.

Palabras clave: Santos Aníbal Domínici. Sociedad de Historia de la Medicina. Fundadores

ABSTRACT

Santos Aníbal Domínici was born in Carúpano (former Cumaná State; now Sucre State) on June 16th., 1869. He graduated as medical doctor at the Central University of Venezuela (UCV) in 1890 and also at the Paris University in 1894. He returned to Caracas in 1895, being appointed as chairman of the Department of Clinical Medicine and Pathology. That same year he founded the Pasteur Institute of Caracas, where he demontrasted the presence in Venezuela of the causal germ of malaria. In 1899 he was designated as Rector of the UCV, position from which he was ousted in 1901 by the dictator Cipriano Castro. Later on, he joined the Liberator Revolution (1901-1903); following its defeat, Domínici went to París, working as a medical doctor. Between 1910 and 1922 he worked in the Venezuelan Diplomatic Service in Europe and the United States. After renouncing his diplomatic position, he moved again to Paris. By this time, he participated actively in the organization of the failed "FALKE" expedition (1929) against the dictatorship of Juan V. Gómez. In 1936, Domínici returned to Venezuela, being appointed Minister of Health (1936-1937). Later, Domínici was designated for the second time chairman of the Department of Clinical Medicine (1938) and was admitted as member of the National Academy of Medicine (1943) and the Venezuelan Academy of the Language (1949); he also took part in the foundation of the College of Medicine of the Federal District (1941) and the Venezuelan Society of Medical History (1944). He died in Caracas on September 29th., 1954, being 85 years-old, after a distinguished life as physician, researcher, diplomat, politician and writer.


Santos Aníbal Domínici procedía de un linaje que por vía paterna tenía sus raíces enclavadas en la isla mediterránea de Córcega; por vía materna sus ancestros eran de procedencia peninsular, pero de larga permanencia en tierras venezolanas. Nacido en la ciudad de Carúpano, el 29 de junio de 1869, fue el fruto primogénito del matrimonio del famoso jurisconsulto Aníbal Domínici y de Elina Otero (1). Una vez terminados sus estudios primarios, la familia decidió enviarlo a cursar estudios secundarios en la cercana isla de Trinidad. Terminada la secundaria en el Colegio Bolívar de Puerto España, Santos regresó a Venezuela en 1884. Luego de presentar los exámenes exigidos como reválida para optar al título de Bachiller en Filosofía de la Universidad Central de Venezuela, Santos obtuvo el mencionado título en 1884, inscribiéndose luego en la carrera de medicina la cual culminará en 1890. De su época de estudiante de medicina data su larga y estrecha amistad con José Gregorio Hernández, quien se encontraba dos años más adelantado.

Domínici recibió el título de Bachiller en Ciencias Médicas de la Universidad Central el 8 de febrero de 1890, tras lo cual se fijó para mediados de febrero el examen de doctorado; siendo éste aprobado de manera sobresaliente, se le otorgó el título de Doctor en Medicina. Poco después, en los primeros meses de 1890, se incorporó como docente de la Facultad de Medicina con el nombramiento de profesor interino de la cátedra de Patología Externa (2). A mediados de ese año, Domínici decidió continuar sus estudios en Francia; a su llegada a París, se puso de inmediato en contacto con su amigo José Gregorio Hernández – quien se encontraba allí desde finales de 1889 – y le expuso sus proyectos de perfecciona-miento profesional. En ese momento José Gregorio realizaba una pasantía en el laboratorio del famoso embriólogo Mathias Duval quien, al enterarse de los planes de Domínici, lo condujo de inmediato a las oficinas del Profesor Georges Hayem, jefe de servicio en el Hospital de San Antonio, y además, Profesor de Terapéutica y Materia Médica en La Sorbona (2). Hayem le ofreció a Domínici un puesto de trabajo en su servicio y lo puso bajo la dirección de su jefe de laboratorio, Nicholas Agustin Gilbert, profesor agregado de la Facultad de Medicina, y cuyo interés profesional giraba alrededor de las enfermedades hepáticas y biliares.

Para poder ingresar a la Facultad de Medicina de la Universidad de París, Domínici tuvo que presentar los exámenes para optar al título de Bachiller en Ciencias y Artes de La Sorbona (2,3). Obtenido éste en 1890, Domínici ingresó como alumno de la Facultad de Medicina y cursó éxitosamente los cuatro años de estudios reglamentarios. Durante esos años, bajo la supervisión directa de Gilbert, realizó su tesis de grado, la cual se tituló “Angiocolitis y colecistitis supuradas” [Des angiocholites et cholécystites suppurées] (4), lo que le permitió obtener el preciado título de Doctor en Ciencias Médicas de la Universidad de París (2,3). Además de los estudios conducentes a su tesis doctoral, Domínici realizó otros trabajos de investigación que fueron presentados ante la Sociedad de Biología de París y publicados en la revista de esa asociación, los Comptes Rendus de la Societé de Biologie de Paris, y en forma de extractos en la Gaceta Médica de Caracas (2).

De su larga pasantía en el departamento de Gilbert, Domínici aprendió, no solo el estudio del paciente desde el punto de vista clínico, sino también la aplicación del método científico en la investigación de las dolencias humanas tanto en el ámbito clínico como en el experimental. Domínici regresó a Venezuela en junio de 1894. De inmediato se incorporó a la Sociedad de Médicos y Cirujanos de Caracas, fundada el año anterior. En 1895 fue elegido para presidir la Sociedad en el periodo 1895-96. Su excelente formación profesional y su destacada labor determinaron que poco tiempo después fuera nombrado Profesor Titular de la recién creada Cátedra de Clínica Médica y Anatomía Patológica, siendo el primero en ocupar esa posición en

la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela. La inauguración de la Cátedra se efectuó el 6 de marzo de 1895 con una lección inaugural dictada en el Anfiteatro del Hospital Vargas.

Además de su función como Catedrático de Clínica Médica, Domínici también ejercía el cargo de Jefe de uno de los Servicios de Medicina del Hospital Vargas, el cual constaba de dos salas de hospitalización (1). En esas salas se hospitalizaban, estudiaban y trataban pacientes con casi todos los tipos de enfermedades médicas que aquejaban a nuestra población. De particular interés eran las enfermedades febriles y las anemias nutricionales. Además de la atención clínica de los pacientes, en el Servicio de Domínici, los estudios se complementaban, en los casos fatales y cada vez que era posible, con la realización de la autopsia correspondiente. Además, se colaboraba con los colegas de otros servicios, estudiando las piezas anatómicas de casos dudosos, controversiales o interesantes que pudieran aclarar el diagnóstico y arrojar luz sobre el proceso patológico subyacent

Dr. Santos Anibal Dominici
Dr. Santos Anibal Dominici

Una preocupación constante en la actividad médica clínica y de investigación de Domínici fue la de caracterizar o individualizar los diferentes síndromes febriles que observaba en su ejercicio profesional y que representaban una porción importante de las enfermedades que afectaban a la población venezolana. No solo en Venezuela, sino también en otras partes del mundo, la dilucidación de ese tema representaba una meta importante, puesto que llegar al correcto diagnóstico de un síndrome febril era una condición sine qua non para establecer una conducta terapéutica apropiada y emitir el pronóstico correspondiente. Precisamente, a ese respecto, resalta la importancia de la identificación microscópica del agente causal del paludismo o malaria por primera vez en Venezuela –el hematozoario de Laveran, posteriormente identificado como Plasmodium malariae– y la aplicación de la reacción de Widal en casos sospechosos de fiebre tifoidea (5, 6)

Los nuevos conocimientos introducidos por Laveran y otros investigadores europeos sobre la patogenia del paludismo eran familiares para Domínici, por haberlos conocido durante sus estudios médicos en la Facultad de Medicina de París. De manera que, al regresar a Venezuela en junio de 1894, equipado con un microscopio de su propiedad y el material necesario para estudios microscópicos, los primeros pacientes que estudió fueron aquellos que sufrían de fiebres prolongadas sospechosas de ser palúdicas. En junio de 1894, en la sangre de uno de esos pacientes febricitantes, observó Domínici por primera vez en Venezuela los mismos tipos de parásitos que había observado en los impaludados de París. En poco tiempo, Domínici estudió otros pacientes para completar una serie de 16 impaludados. Los resultados de la serie completa fueron publicados en 1896 en la revista El Cojo Ilustrado con el título “Contribución al estudio del hematozoario de Laverán en Venezuela”, un trabajo considerado clásico en la bibliografía médica venezolana (5,6).

Entre 1895 y 1896, Domínici fue el primero en aplicar en Venezuela la tuberculina o linfa de Koch (inicialmente importada de Alemania) en el tratamiento de la tuberculosis pulmonar; así como el suero antidiftérico de Roux para el tratamiento de la difteria (2). Domínici se encargó también de aplicar el suero antiofídico de Calmette en los casos graves de picaduras o mordeduras de serpientes. Igualmente utilizó el llamado suero antileproso de Carrasquilla en 12 leprosos del Asilo de Catia. Hacia finales de 1894, Domínici, en asociación con Pablo Acosta Ortiz, Elías Rodríguez, Enrique Meier Flégel y Nicanor Guardia (hijo), fundó un laboratorio clínico donde se realizaban exámenes bacteriológicos, histológicos y químicos que servían de ayuda para un diagnóstico más preciso de diversas enfermedades que afectaban a los pobladores de Caracas. Este grupo de médicos también albergó la idea de ampliar los objetivos del laboratorio original y convertirlo en un verdadero instituto o centro donde pudiera producirse, además de una variedad de sueros antitóxicos tales como el suero antidiftérico y el suero antituberculoso, vacunas y otros productos biológicos, y también realizar investigaciones médicas sobre todo en relación con aquellas enfermedades que atacaban con mayor frecuencia en nuestro país, y especialmente las de naturaleza infecciosa, bacterianas y parasitarias. En este sentido el proyectado instituto caraqueño se inspiraba en los ideales del Instituto Pasteur de París fundado en 1888. No está clara la fecha exacta en la cual comenzó a funcionar el Instituto como tal, aunque todo parece indicar que hubo una transición gradual del Laboratorio Clínico que ofrecía sus servicios al público en abril de 1895 y la constitución formal del Instituto. En cualquier caso, en el primer semestre de ese año el grupo de médicos registró en el Tribunal de Comercio del Distrito Federal una sociedad civil, de capital privado, con el nombre de Instituto Pasteur de Caracas (7,8).

Las actividades del instituto comenzaron poco tiempo después de constituida legalmente la sociedad civil, de manera que hacia finales de 1895 ya se tenían resultados concretos y tangibles. En cada uno de los campos de acción planteados por los fundadores, el Instituto logró resultados reales, a pesar de los avatares económicos por los que tuvo que pasar y del corto tiempo de sus actividades (8) El 19 de diciembre de 1899, Domínici, quien ya era un reconocido y afamado médico, además de profesor universitario de su especialidad, fue nombrado Rector de la Universidad Central por el nuevo presidente de la República Cipriano Castro. Mientras ocupaba el cargo de rector de la Universidad Central, Domínici fue también nombrado miembro de la Junta Administradora de los Hospitales Civiles del Distrito Federal, entre cuyas funciones de esta Junta se encontraba la de “ejercer la autoridad administrativa de todos los hospitales” y “dictar los Reglamentos” correspondientes (1). Como dato curioso vale mencionar que mientras fue rector, Domínici presentó los exámenes requeridos para optar al título de Farmacéutico, el cual le fue concedido el 20 de septiembre de 1900 por el Consejo de Médicos (2).

A comienzos de 1901, por defender sin tapujos a un grupo de estudiantes expulsados de la Universidad por ridiculizar al presidente durante los actos de carnaval de 1901 –episodio conocido como La Sacrada -, Domínici es destituido de su cargo de rector de la Universidad Central y encerrado en la cárcel de La Rotunda (9). Al salir de prisión, alrededor de diciembre de 1901, transformado ahora en adversario del gobierno del presidente Castro, Domínici entró en contacto con líderes de la oposición anticastrista y poco tiempo después se incorporó a las filas de la “Revolución Libertadora”, liderada y financiada por el banquero y general Manuel Antonio Matos. En el ejército de la Libertadora, Domínici sirvió como médico cirujano mayor y secretario del Estado Mayor, durante aproximadamente año y medio. Tras el fracaso de este movimiento insurreccional, Domínici se exilió en Francia (1,2,10)

En 1909, poco tiempo después de que Juan Vicente Gómez se apoderara sorpresivamente del poder tras desconocer la autoridad del Presidente Castro, Domínici, entró a formar parte del servicio exterior del nuevo régimen. Se encontraba en París cuando recibió el nombramiento como Encargado de Negocios de Venezuela en el Imperio Alemán. En los primeros días de 1910 se encontraba ya en Berlín, y el 17 de julio de ese mismo año fue ascendido a Ministro Residente; posteriormente, de 1911 a 1915, desde Berlín, se encargará también de las relaciones diplomáticas con el Reino Unido de Inglaterra e Irlanda (2,10) En el ambiente crítico y complicado que precedió a la Primera Guerra Mundial, Domínici inició su aprendizaje diplomático. Hacia finales de 1910 recibió una comunicación de la cancillería venezolana (el ministro de Relaciones Exteriores era su antiguo jefe en la Revolución Libertadora, Manuel Antonio Matos) en la cual se le solicitaba reunir la mayor cantidad de información posible sobre la peste bubónica, particularmente en lo relacionado a su prevención y tratamiento. Esta enfermedad seguía siendo un problema en la región central de Venezuela, remanente desde la aparición de los primeros casos en la epidemia de La Guaira en abril de 1908. En noviembre de 1910 y en enero de 1911, Domínici respondió con sendos informes que fueron reproducidos en la revista médica Vargas. (2)

El 26 de junio de 1914, estando Europa inmersa en una de sus peores crisis políticas, la cual desembocaría poco tiempo después en una conflagración mundial, murió el embajador de Venezuela en los Estados Unidos, Pedro Ezequiel Rojas. Domínici fue escogido para ocupar este importante cargo, de manera que el 1º de julio de 1914 se le expidió el nombramiento como Embajador Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en los Estados Unidos de América, los Estados Unidos Mexicanos y la República de Cuba (2)

Domínici ejerció este nuvo cargo de una manera disciplinada, metódica y eficiente, de la misma forma como lo había hecho en Europa, mostrándose como un fiel servidor y defensor del régimen gomecista. La experiencia que había ganado en los primeros años de su carrera diplomática le permitió afrontar los diversos problemas que se le presentaron al servicio exterior venezolano en los críticos años de la Primera Guerra Mundial, particularmente en las relaciones con los Estados Unidos. Durante este conflicto, oficialmente Venezuela mantuvo una posición de neutralidad, pero en los EE.UU. existía preocupación por el creciente acercamiento entre Venezuela y Alemania, país este que pretendía de alguna manera sentar bases militares en la región caribeña. En ese momento Domínici realizó numerosas gestiones ante la Secretaría de Estado en Washington para convencer al gobierno y al pueblo estadounidense de que Venezuela nunca cedería su soberanía y dominio sobre los territorios insulares venezolanos, abortando así una posible intervención norteamericana en Venezuela (2).

En 1922 Domínici dio un paso crucial en su historia política: en una carta fechada “simbólicamente” el 5 de julio de 1922 rompió abruptamente sus estrechas relaciones con el régimen de Juan Vicente Gómez (10,11). En su renuncia Domínici manifestó su inconformidad con la errónea fórmula “constitucional” escogida por el presidente, señalando que tal condición representaba el establecimiento de un régimen dinástico, incompatible con el manejo de un estado moderno republicano y un retroceso enorme en nuestro devenir histórico. Por estas razones, fundamentalmente de índole moral, señaló la imposibilidad de seguir en el cargo que ejercía (10) Reinstalado en París desde finales de 1922, Domínici volvió al ejercicio de su profesión que había prácticamente abandonado en su mayor parte durante los últimos doce años de funciones diplomáticas. El 27 de diciembre de 1927 contrajo nupcias con la joven y hermosa caraqueña María Machado Machado, quien se encontraba en París de visita en casa de unos parientes. María Machado contaba entre sus ascendientes a Miguel Vargas, el muy querido hermano de José María Vargas; por esta circunstancia, llegaron a manos de Domínici una serie de manuscritos médicos que pertenecieron a aquell ilustre médico.

Fruto de la unión matrimonial Domínici-Machado nacieron en París dos niñas: Inés María y Elina (2,10,11) En este nuevo periodo de su vida, además del ejercicio de su profesión original, Domínici debió haberse mantenido informado de las actividades de los grupos antigomecistas en el exterior, particularmente los muy nutridos grupos existentes en Francia y Estados Unidos, algunos de cuyos líderes eran viejos conocidos suyos. Un notorio antigomecista fue Román Delgado Chalbaud, también antiguo colaborador del régimen, pero quien había sido encarcelado en 1913 al ser develada su conspiración para deponer al presidente de la república. Después de 14 años en prisión, Delgado fue liberado en 1927 e inmediatamente viajó a Francia donde gestionó y obtuvo ayuda de diversas empresas para organizar una expedición armada y deponer a Gómez. En París, Delgado Chalbaud entró en contacto con numerosos exiliados dispuestos a participar en una expedición "libertadora". Entre ellos una de las figuras prominentes fue precisamente Santos A. Domínici en cuya casa, marcada con el número 30 de la rue Miromesnil, se realizaban muchas de las reuniones conspirativas (2,10). El grupo constituyó una organización a la cual se denominó Junta de Liberación Nacional, en cuyo seno, se constituyó una junta directiva cuya presidencia recayó en Domínici, mientras que el General Delgado Chalbaud quedaba como director de Guerra (2)

La Junta de Liberación Nacional organizó una invasión armada a las costas de Venezuela conocida históricamente como "La expedición del Falke", ya que éste era el nombre del barco o vapor utilizado para transportar las armas y expedicionarios desde Europa hasta las costas venezolanas (2). En julio de 1929 se definió el plan operativo que consistiría en la captura y ocupación de Cumaná, mediante un ataque por mar a cargo de Delgado Chalbaud y sus expedicionarios del Falke y un simultáneo ataque por tierra por otras fuerzas involucradas. El asalto a Cumaná fracasó, pues las fuerzas del gobierno habían sido alertadas por los servicios de espionaje gomecista. En el enfrentamiento perecieron numerosos combatientes, entre los cuales se encontraban el propio Delgado Chalbaud, el comandante de las fuerzas gubernamentales General Edmundo Fernández y el joven estudiante Armando Zuloaga Blanco (2). Después de este fracaso, la Junta de Liberación Nacional redujo notablemente sus actividades y finalmente se disolvió. No quedaba más que esperar un momento más favorable para continuar la lucha contra Gómez. Tras la muerte de éste en diciembre de 1935, asumió el poder el General Eleazar López Contreras.

Entre las primeras medidas que tomó el nuevo mandatario estuvo la de hacer un llamado a los numerosos exiliados venezolanos para que se reintegraran a la patria. Domínici de inmediato comenzó a hacer los preparativos para retornar, y para marzo o abril de 1936 se encontraba en Caracas. En esta nueva etapa tendrá una destacada actuación en los campos académico, docente y gremial. El 8 de julio de 1936 el presidente López Contreras, frente a las fuertes críticas opositoras, se vio obligado a nombrar un nuevo gabinete ministerial, dentro del cual Domínici ocupó el cargo de ministro de Sanidad y Asistencia Social. A pesar de su corta estadía en el Ministerio (7 meses y medio), Domínici realizó una labor fructífera y encomiable, continuando con el proceso organizativo iniciado por su predecesor Enrique Tejera, lo cual llevaría más tarde a la consolidación de tan importante ministerio (1,2,12) Poco tiempo después de haber dejado el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, Domínici decidió en 1938 presentarse al concurso de oposición anunciado por la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela para seleccionar al Jefe de la Cátedra de Clínica Médica, el mismo cargo para el cual él había sido elegido en 1895, siendo para aquel entonces su profesor fundador; contaba entonces 26 años de edad (1,3,11). Ahora, 43 años más tarde, cuando decidió concursar por la jefatura de la cátedra cuenta con 69. Terminado el proceso académico y administrativo del concurso, el Jurado examinador declaró ganador al Dr. Santos A. Domínici, y en consecuencia, el 23 de marzo de 1938 el ministro de educación le extendió el correspondiente nombramiento (11)

El largo documento presentado por Domínici para el concurso contiene una exposición detallada de sus contribuciones científicas a lo largo de su carrera, entrelazadas con recuerdos de esas diversas épocas, por lo que constituye un verdadero relato autobiográfico (13). En él describe su periodo de formación en París, sus frecuentes encuentros con el numeroso grupo de venezolanos allí instalados, pero particularmente con Luis Razetti y José Gregorio Hernández. Continúa con su regreso a Venezuela en 1894 y luego llama la atención sobre la fundación de la Cátedra de Clínica Médica en 1895. Naturalmente, no puede dejar de recordar el episodio de La Sacrada que torció el rumbo de su carrera, convirtiéndolo en soldado de una revolución violenta ajena a su bagaje cultural científico y humanístico y cuya lucha, al final, no dio los resultados que él esperaba (13)

El 28 de julio de 1938 Domínici fue electo para ocupar el sillón número XXX de la Academia Nacional de Medicina. Su admisión formal como Individuo de Número ocurrió en 1943, una vez presentado su trabajo de incorporación titulado “De la Esquistosomiosis hominalis y en especial de la Bilharziosis mansoni” (14). El relativamente largo periodo entre la elección y la incorporación se debió a que en 1938, Domínici fue nombrado Enviado Extraordinario ante la Santa Sede, por lo que tuvo que ausentarse del país. Se mantuvo oficialmente en este nuevo cargo diplomático hasta 1942, aunque ya a mediados de 1941 había regresado a Venezuela debido al recrudecimiento de la Segunda Guerra Mundial en Europa.

En el decurso de su vida académica Domínici fue electo para presidir la corporación en el período 1944-1946 (1,2) En 1941 se fundó el Colegio de Médicos del Distrito Federal. Una vez aprobados los Estatutos que regirían los destinos del Colegio, el 7 de noviembre de 1941 se realizó una asamblea donde se eligió la primera Junta Directiva, la cual estuvo presidida por Santos A. Domínici. Terminado su periodo de dos años, Domínici entregó las riendas del Colegio al recién electo nuevo presidente, el Dr. José Izquierdo (3)

La idea primigenia para la creación de una sociedad que se dedicara al estudio de la historia de la medicina se consolidó en 1944. Ese año, el grupo de médicos conformado por Santos A. Domínici, Diego Carbonell, José Trinidad Rojas Contreras, Joaquín Díaz González, Jesús María Romero Sierra, Jesús Sanabria Bruzual, Jesús Rafael Rísquez, Juan Manuel Iturbe, Vicente Dávila, Ambrosio Perera, Santiago Rodríguez, y el farmacéutico Víctor Manuel Ovalles, decidió llevar adelante la fundación de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina, proyecto que se concretó el 28 de julio de 1944 en Caracas (15) La primera Junta Directiva estuvo presidida por Domínici, y la integraban además Diego Carbonell (Subdirector), Joaquín Díaz González (Secretario de Actas), José Rojas Contreras (Secretario de Correspondencia) y Ambrosio Perera (Tesorero). Esta junta se encargó de elaborar el estatuto de la naciente sociedad que se dio a conocer en la reunión ordinaria del 10 de octubre de 1944. También se decidió crear un órgano periódico de difusión que llevaría el nombre de Revista de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina, cuyo primer número apareció en agosto de 1945. Domínici ejerció la dirección de la Sociedad hasta 1952, cuando renunció (el 30 de julio) en forma irrevocable por razones de salud. Aceptada su renuncia, la nueva Junta Directiva presidida por Salvador Córdova lo designó Director Honorario (15)

En 1946 Domínici terminó su periodo como presidente de la Academia Nacional de Medicina en un momento en que Venezuela estaba nuevamente en las garras de un gobierno de facto que había usurpado el poder en octubre de 1945 al derrocar al presidente Isaías Medina Angarita. Detentaba el poder una Junta Revolucionaria de Gobierno formada por 7 miembros y presidida por Rómulo Betancourt. La Junta gobernaría la nación durante los siguientes dos años y medio. En la siguiente elección presidencial, realizada en diciembre de 1947, resultó electo el escritor Rómulo Gallegos. En los meses antes de su ascensión al poder y durante los 9 meses de su gobierno, la situación política del país era de agitación constante. Toda esta situación crítica desembocaría en noviembre de 1948 en un nuevo golpe de estado y la formación de una Junta Militar de Gobierno presidida por el teniente coronel Carlos Delgado Chalbaud (2) En este ambiente políticamente enrarecido, y ya virtualmente retirado del ejercicio profesional, de la docencia y de la política, Domínici ingresó a la Academia Venezolana de la Lengua. Su incorporación se efectuó el 31 de enero de 1949, cuando contaba 79 años de edad. Su discurso de incorporación se tituló “Vocabulario médico y la creación del hombre dentro de su longevidad” (2,16) Santos Aníbal Domínici murió en Caracas el 29 de septiembre de 1954.

El cadáver se mantuvo en capilla ardiente en el Paraninfo de la Universidad Central, en lo que es hoy el Palacio de las Academias, y la inhumación se efectuó en el Cementerio General del Sur. Concluyó así la vida terrenal de un hombre para quien Venezuela fue siempre uno de los motivos principales de sus desvelos, sacrificando gran parte de su bienestar personal por irradiar y propagar suficiente luz para que otros siguieran alumbrando.

Referencias

  1. ARCHILA R. Venezolanos ilustres. Santos A. Dominici, una vida excepcional. Cultura Universitaria, 1954; 45: 18-27.
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  3. TRAVIESO C. Discurso pronunciado por el Dr. Carlos R. Travieso en la Academia Nacional de Medicina al cumplirse el primer mes de la muerte del Dr. Santos A. Dominici. Gaceta Médica de Caracas, 1954; 61 (11-12): 615-623.
  4. DOMINICI SA. Des angiocholytes et cholécystites supurées. These pour le doctorat. París: G. Steinheil, Editeur, 1894, 206 pp.
  5. DOMINICI SA. Contribución al estudio del hematozoario de Laverán en Venezuela. El Cojo Ilustrado, 1896; 5 (113): 674 – 677.
  6. DOMINICI SA. Estudio sobre las fiebres palúdicas (Observadas en Caracas). Comunicación al II Congreso Médico Panamericano. Gaceta Médica de Caracas, 1897; 5 (2): 9 - 11.
  7. BRICEÑO IRAGORRY L. Instituto Pasteur de Caracas. Gaceta Médica de Caracas, 1980; 88: 331-335.
  8. RODRÍGUEZ LEMOINE V. Los inicios de la investigación biomédica en Venezuela. El Instituto Pasteur de Caracas (1895-1902). En: Frechilla M, Texera Y. Modelos para desarmar. Caracas: Consejo de Desarrollo Científico y Humanístico, UCV, 1999; pp. 219 – 255.
  9. VELÁSQUEZ RJ. La Sacrada. Boletín del Archivo Histórico de Miraflores, 1962; 4 (16): 70-72.
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  13. DOMINICI SA. Facultad de Medicina de Caracas. Concurso de oposición para la cátedra de Clínica Médica. Presentación de credenciales. Anales de la Universidad Central de Venezuela, 1945; 21: 305-336.
  14. DOMINICI SA. De las esquistosomosis hominales y en especial de la bilharziosis Americana (Trabajo de incorporación a la Academia Nacional de Medicina). Caracas: Escuela Técnica Industrial, Talleres de Artes Gráficas, 1943, 219 pp.
  15. FEBRES CORDERO F. Contribución a la historia de la “Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina”. Caracas: Tipografía de Miguel Ángel García e hijos; 1991, 426 pp.
  16. VILLALOBOS CAPRILES T. Santos Domínici, a mas de médico, humanista. Revista de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina, 1975; 23 (37): 15-19.