Vida después de la vida: muerte, momificación y entierros en el Antiguo Egipto

Dra. Aixa Müller de Soyano *

Resumen

La creencia en una vida permanente a continuación de la temporal o terrenal llevó a los antiguos egipcios a desarrollar la momificación para preservar la integridad del individuo para esa vida futura. El inframundo donde transcurrría esa nueva vida estaba dominado por el dios Osiris; la transición a ese mundo dependía del juicio de Anubis, encargado de pesar y evaluar el corazón del difunto. La momificación era un proceso largo, complejo y costoso, realizado en varias etapas por sacerdotes especializados: 1. Extracción del cerebro. 2. Evisceración de abdomen y tórax, lavado con vino de palma y llenado de las cavidades con mirra, canela y perfumes. 3. Aplicación de natrón para deshidratar. 4. Cubrimiento del cuerpo con vendas de lino mojadas en aceite y esencias aromáticas, colocación de amuletos y máscara mortuoria. El proceso -en su forma más elaborada- duraba 70 días; luego, la momia era llevada a su tumba, donde se realizaba la ceremonia de abrir la boca. Finalmente era colocada en su ataúd y este introducido en un sarcófago de piedra. En la tumba se colocaban objetos del difunto y se abastecía con alimentos (carnes, frutas, pan, vino, etc.) necesarios para su existencia futura.

Palabras clave: Antiguo Egipto. Momificación. Inhumación. Libro de los muertos.


Review Article

Life after life: death, mummification and burials in Ancient Egypt

Abstract

Belief in a permanent life following the temporal or earthly life led the ancient Egyptians to develop mummification to preserve the integrity of the individual for that future life. The underworld for this new life was dominated by the god Osiris; the transition to that world depended on the judgment of Anubis, after weighing and evaluating the heart of the deceased. Mummification was a long, complex and expensive process, performed in several stages by specialized priests: 1. Brain extraction. 2. Evisceration of the abdomen and thorax, washing with palm wine, and filling the cavities with myrrh, cinnamon and perfumes. 3. Application of natron to dehydrate. 4. Covering the body with linen bands dipped in oil and aromatic essences, placing amulets and a mortuary mask. The process, in its most elaborate form, lasted 70 days; then the mummy was taken to its grave, where the Open Mouth Ceremony was held. It was finally placed in its coffin and introduced in a stone sarcophagus. Objects of the deceased were placed in the tomb, which was also supplied with food (meats, fruits, bread, wine, etc.) necessary for the existence in the new life.

Keys words Ancient Egypt.Mummification. Burial. Book of the Dead


* Médico Cirujano. Doctor en Medicina. Trabajo de Incorpotración como Miembro Correspondiente SVHM, Puesto Nº 10. Correo asoyano@gmail.com Recibido abril 23, 2016

1. Introducción

El Antiguo Egipto fue una civilización que nació a lo largo del río Nilo, en el África nororiental y teniendo como vecinos el mar Rojo y el mar Mediterráneo. La historia del Antiguo Egipto ha sido dividida por los historiadores en Dinastías y Reinados, tomando en cuenta el trabajo del sacerdote Manetón, historiador y sacerdote que vivió hacia el año 280 a.C. y escribió la historia de Egipto comisionado por los primeros reyes Ptolemaicos. Hacia el 3050 a.C. Egipto no era un país unificado, estando dividido en ciudades-estados con gobernantes locales. Esta era se denomina Período Predinástico, seguido por la aparición de las Dinastías del Egipto unificado que gobernarán por 3000 años, aunque la región del norte (Bajo Egipto) y la del sur (Alto Egipto) mantenían diferencias culturales (1) (Fig. 1).

Fig 1. Ubicación geográfica del Antiguo Egipto
Fig 1. Ubicación geográfica del Antiguo Egipto

Para escribir la historia del Egipto Antiguo, Manetón usó fuentes encontradas en los templos y otros recaudos y dividió la historia del Egipto Antiguo en treinta Dinastías, la última de las cuales terminó el 332 a.C. con la conquista de Egipto por Alejandro El Grande (1).

  1. Cronología del antiguo egipto
  2. * Era de las Pirámides ** Dinastías sin autoridad central, con guerras dentro de las ciudades estados
    * Era de las Pirámides
    ** Dinastías sin autoridad central, con guerras dentro de las ciudades estados

    El último gobernante de la II Dinastía unió Egipto después de un periodo turbulento y sentó las bases del Imperio Antiguo o Era de las Pirámides que comenzó con su hijo Zoser (2-6).

    Periodo del Imperio Antiguo: 2686 a 2181 aC. Era de las Pirámides

    Dinastías III, IV, V y VI. De los cinco faraones de la III Dinastía solo se conoce a Zoser (también conocido como Necherjet o Dyeser) quien estableció en Menfis, capital del Antiguo Egipto, al sur del Nilo, una necrópolis como el sitio de entierro de los nobles y construyó los escalones de la pirámide de Saqqara, la primera gran construcción de piedra. La erección de las pirámides fue posible por la excelente organización burocrática del Estado y por el crecimiento económico estimulado por la producción agrícola. Fue un período estable y extremadamente próspero (Fig. 2).

    Fig 2. Pirámide de Zoser.
    Fig 2. Pirámide de Zoser.
    Primera gran construcción funeraria que se conserva del Antiguo Egipto (2700 aC) emplazada en Saqqara, necrópolis de los faraones de las primeras dinastías.

    El poder estuvo concentrado en manos del Faraón, considerado manifestación del Dios Horus sobre la tierra. Horus era un Dios de la mitología egipcia, iniciador de su civilización y representado con cabeza de halcón y doble corona (Fig. 3) Durante este período Egipto no solo creció dentro del valle del Nilo, sino que también controló los oasis, el comercio y fomentó guerras con sus vecinos de Libia, Nubia y el Cercano Oriente. La pirámide escalonada de Zoser fue diseñada por Imhotep, médico, astrónomo, primer ingeniero y arquitecto conocido en la historia (aprox. 2690-2610 a. C.).

    Fig 3. Dios Horus
    Fig 3. Dios Horus

    La IV Dinastía, que comenzó con Seneferu (también conocido como Esnefru, Snofru o Sneferut; 2613-2589 a.C.) Vió el poder de los Faraones alcanzar su clímax. Esto se reflejó en el tamaño de los monumentos. Seneferu construyó tres pirámides en Meidum y Dashur y su hijo y sucesor Keops (conocido también con el nombre de Jufu (2589-2566 a.C.) construyó la Gran Pirámide de Giza, con más de 2 millones de bloques de piedra de caliza de 2,5 toneladas, cuya construcción tardó alrededor de 23 años. Existen documentos que relatan la expedicion de Seneferu al Líbano, de donde trajo madera de cedro para la construcción de barcos y palacios, y la campaña de Nubia que le produjo grandes cantidades de esclavos. No se conoce con exactitud el método de construcción de las pirámides de Giza. Los especialistas estiman que aproximadamente 100.000 hombres trabajaron durante 3 a 4 meses. El material utilizado fue piedra caliza, extraída de regiones cercanas y transportado por acción de palanca.

    Para que las estructuras fuesen visibles en el inmenso desierto del Sahara tenían que ser construidas a gran escala. Las pirámides eran producto de la voluntad del Faraón para alcanzar la inmortalidad y fueron levantadas con monumentalidad, porque sería su vivienda para la eternidad. Keops fue considerado en Egipto un gran sabio y un buen Rey; fortificó el Imperio fundado por sus predecedores y aumentó el poder del Estado que había sido establecido cuidadosamente. Una administración organizada aseguró que las órdenes reales fueran cumplidas y que los recursos del Estado fueran bien utilizados. Países vecinos contribuyeron a la prosperidad de Egipto. La madera para la construcción provenía del Líbano, el cobre y las turquesas del Sinaí y el oro de Nubia. Khefrén (también conocido como Jafra en egipcio o Jefrén en griego, 2547-2521 a,C.) construyó en Giza la tercera pirámide y la Gran Esfinge.

    Menkaura o Micerino (2532-2503 a. C.) construyó la tercera pirámide en Giza por construcciones de pirámides pequeñas y templos del sol por la influencia creciente del culto al Dios Sol conocido con el nombre de Ra. En la pirámide del último gobernante de la Dinastía VII Unas (2375-2345 a. C.) aparecen los primeros textos en las pirámides.

    La VI Dinastía fue un reinado largo, estable, de crecimiento económico y expansión colonial pero esta edad de prosperidad fue el último florecimiento el Imperio Antiguo. Las pirámides y tumbas de la VI Dinastía fueron fundadas por Teti (2345-2323 a.C), el fundador de la VI Dinastía que construyó muchas edificaciones. Teti murió en 2323 a.C. y Egipto fue gobernado por mas de un año por Userkara, un regente o usurpador.

    Pepy I (2321-2287 a. C.) fue un gobernante activo que envió expediciones militares y de negocios a Nubia y al Oriente Medio y promovió la construcción de muchos monumentos, incluyendo templos en Abydos, Bubastis, Dendera, y Elephantine. La economía del país comenzó a crecer como resultado del florecimiento de los negocios con Biblos (Líbano moderno) en el norte y Punt en el sur. El cobre y la turquesa fueron traídos del Sinaí, el oro de Nubia, y la calcita de las canteras de Atnub y Wadi Hammamat. Pepy I se casó con dos hermanas hijas de Keops, un gobernador importante de un Centro en Abydos. A pesar de este florecimiento de Egipto, Pepy I tuvo problemas políticos internos y conspiraciones que llevaron a atentar contra su vida, posiblemente instigados por su primera esposa, lo cual fue evidentemente una perdida de la autoridad de Pepy I. A el lo sucedieron los hijos que tuvo con las hijas de Keops, primero Merenra (2278-2184 a.C.) que gobernó por unos pocos años y luego Pepy II (2278 -2184 a.C.) que gobernó por mas de 90 años y presidió el colapso y el fin del Imperio Antiguo.

    El conocimiento de la historia de este periodo se amplía más que con los reyes anteriores, por las numerosas inscripciones biográficas encontradas en las tumbas de los nobles. Estas inscripciones son un ejemplo del poder, cada vez mayor de estos, que más adelante se enfrentaron al poder absoluto del rey. Se cree que a la muerte del longevo Pepy II sus vasallos eran ya bastante fuertes para resistirse a la autoridad de sus sucesores, provocando el rápido final del absolutista Imperio Antiguo. Posteriormente surgieron dos poderes principales, en el norte Heraklópolis y Tebas en el sur, los cuales se enfrentaron en guerra ganando los gobernantes de Tebas que unificaron el país.

    El Periodo de las Pirámides terminó en su mayor parte con la muerte del rey Menkaura. Nuevas pirámides fueron construidas por subsiguientes Faraones, pero eran más pequeñas y menos complejas, posiblemente porque no podían permitirse el enorme costo de una construcción monumental (7 – 17) (Fig. 4) Más preocupante aún, los ladrones de tumbas aprendieron rápidamente cómo introducirse en las pirámides y robar los bienes enterrados con los Faraones. El final del Imperio Antiguo, por tanto, marcó el final de la gran era de la construcción de las pirámides (9-13).

    Fig 4. Cronología de construcción de las pirámides de mayor tamaño
  3. Creencia en la vida después de la muerte:
  4. La creencia en la inmortalidad de los faraones, posteriormente extendida al resto de los egipcios, contribuyó a que se practicara la momificación, para preservar la integridad del individuo en la vida futura, según los textos de la mitología egipcia. Los egipcios antiguos creían que la muerte era simplemente una interrupción y no el fin de la vida y que existía otra vida que consistía de lo mejor que era disponible y agradable en la existencia de la vida terrenal. Los egipcios concebían el Más Allá como un reino situado al Este de Egipto, gobernado por el dios Osiris. Se trataba de una región paradisíaca a la que llamaban Aaru, con campos eternamente fértiles, abundante comida e ideal para diversas recreaciones de las que gustaban los egipcios como la caza y la pesca.

    Los egipcios veían a su país como la tierra mas perfecta del mundo y el centro del universo; el ambiente y el orden natural y social habían sido establecidos por los dioses. Creían que ellos eran la mejor gente, y vivir y morir en Egipto era su aspiración. Si un egipcio moría fuera de Egipto, se hacía todo el esfuerzo necesario para traerlo, ya que en esa situación la vida después de la vida no estaba garantizada. Se creía que después de la vida terrenal transitoria, la persona se movía a otra mas permanente, en un lugar mejor, una región subterránea llamado Campo de Larus o Campo Reds, regido por Osiris.

    Aquí el difunto vivía eternamente junto a los dioses, pero el cuerpo físico era indispensable para pasar a esa vida. El deseo de proteger y preservar el cuerpo es lo que probablemente dio lugar a la momificación. En el Antiguo Egipto el cuerpo fue preservado en tal forma que era una imagen de si mismo, pero en periodos posteriores fue colocado en urnas para producir el mismo efecto, de tal modo que el cuerpo viviente fue llamado KHET mientras que el cuerpo difunto fue llamado KHAT y la momia fue llamada SAH.

    Ceremonia de pesar el corazón del fallecido: Los antiguos egipcios esperaban renacer en la otra vida, y ser admitido al reino de Osiris; pero antes de que esto ocurriera el difunto debía aparecer ante un Tribunal Divino, el cual examinaría su conducta terrenal. El fallecido era escoltado por el dios Anubis, con cabeza de chacal, quien conducía al difunto hasta el Tribunal, donde tenía lugar la ceremonia de pesar el corazón. El fallecido era ubicado frente a Osiris y a un jurado de 42 dioses. En el centro del cuarto estaba la balanza donde el corazón sería pesado. El fallecido tenía que asegurar que no había cometido actos reprobables, ni actos o pensamientos maléficos, o haber desafiado a Maat, diosa de la Verdad y la Justicia. Esta confesión debía repetirse ante cada miembro del Tribunal (Fig. 5).

    Fig 5. Juicio del fallecido ante Osiris.
    Fig 5. Juicio del fallecido ante Osiris.

    El corazón, identificación de la esencia del individuo, era pesado en una balanza contra una pluma de Maat, símbolo de la Verdad, la Justicia y la Armonía cósmica, también representada como diosa. El dios Tot o Thoth, Dios de la Sabiduría, la Escritura, la Música, los Conjuros, Hechizos mágicos y Símbolo de la Luna, con cabeza de Ibis, anotaba los resultados del acto. Si el corazón y la pluma estaban balanceados, significaba que la persona tuvo una vida buena y justa, y podía comenzar su vida en la eternidad. Pero si era más pesado que la pluma, entonces el difunto sería consumido por Ammyt, el Devorador de los muertos.

    El juicio de Osiris fue representado en el papiro de Hunefer, un oficial de alto rango (ca. 1275 a. C.), donde se observa como Anubis o Dios de la Muerte, con cabeza de chacal, pesa el corazón del escriba Hunefer contra la pluma de la verdad en la balanza de Maat. Tot anota el resultado. Si su corazón es más ligero que la pluma, Hunefer pasará a la otra vida. Si no es así, será devorado por la expectante criatura quimérica Ammyt, compuesta por partes de cocodrilo, león e hipopótamo. Viñetas como esta eran comunes en libros de los muertos. El corazón de la persona era considerado la parte mas importante de su cuerpo físico; allí residía el espíritu, la personalidad y la esencia del individuo, de tal modo que el corazón permanecía en el cuerpo, después de la momificación protegido por amuletos importantes como el escarabajo de corazón.

    Importancia del nombre del individuo: el nombre era la parte mas importante de la persona en la vida terrenal y en la siguiente; las tumbas tenían los nombres y títulos del difunto inscritos en varios lugares. Los que visitaban la capilla mortuoria debían leer en voz alta el nombre inscrito, para que así fuera recordado y floreciera en la otra vida.

    Los objetos que le pertenecían al muerto eran inscritos con su nombre. También en las tumbas había estatuas y pinturas del difunto con inscripciones de su nombre para preservarlos en la eternidad. Borrar el nombre del individuo significaba que no había existido. De hecho, borrando el nombre de todos los monumentos y negando su existencia fue una práctica juzgada como efectiva para remover para siempre la existencia de cualquier individuo indeseable.

    En los períodos tempranos del antiguo Egipto, en la otra vida los reyes tenían una vida diferente a la del resto de los mortales. Por su divinidad, los reyes se unían a otros dioses y viajaban al cielo y otros lugares con Ra, dios del Sol. En el periodo Greco-Romano se realizaban con frecuencia los entierros en tumbas comunitarias y las momias se marcaban con el nombre y el título y así mismo se identificaban el perro del muerto; si el nombre era mutilado o se desvanecía entonces peligraba la existencia eterna del individuo, por lo cual se ponía gran atención a que el nombre estuviese bien asegurado al cadáver (18-23).

  5. Dioses en Egipto: en el Egipto Antiguo existían un gran número de dioses que jugaban diferentes papeles o funciones. Sus dioses principales eran:
  6. Raera el dios del Sol y se representaba frecuentemente como un halcón coronado con un disco solar y sobre este una serpiente; es el más importante de los dioses del panteón egipcio, que daba la vida, y era el garante de la resurrección.

    Osiris preside el tribunal que juzga a las personas tras su defunción; es el dios de la Resurrección, del Nilo y la fertilidad.

    Isis, esposa y hermana de Osiris y diosa de la Magia, era representada con figura humana coronada por un trono.

    Horus, hijo de Isis y Osiris, representada como halcón. Su manifestación terrena era el Faraón.

    Seth era el dios de los pastores nómadas. Se representaba con cabeza de galgo; personificaba el mal y el desierto.

    Anubis era responsable de conducir a los muertos hasta el Tribunal Divino. Era el Dios del embalsamamiento y se le representaba con cabeza de chacal o perro.

    Tot era el Dios de la Escritura, la Música y el Conocimiento y se le representaba con cabeza de ibis o como babuino.

    Maat era diosa de la justicia, representada coronada por una pluma de avestruz (24- 27)

    El mito del dios Osiris: en la mitología egipcia se relata que en la Edad de Oro del imperio, los dioses gobernaban la tierra. El gobernante era Osiris, junto a Isis su esposa y hermana. Osiris fue un rey bueno y justo, que despertó los celos de su hermano Seth. Este logró obtener las medidas del cuerpo de su hermano e hizo una armadura, en la cual con artimañas logró que Osiris se la probara, tras lo cual la selló con Osiris dentro y la lanzó al mar. Isis, esposa de Osiris, recuperó la armadura con el cadáver y se mantuvo de luto en Biblos. Seth, establecido como gobernante, abrió la caja, tomó el cadáver y lo cortó en piezas que esparció por todo Egipto. Isis junto con su hermana Nephis, esposa de Seth, recuperaron los pedazos y los juntaron nuevamente. Isis y Nephis se transformaron en papagayos negros, actuando como protectores de los muertos. Isis tuvo un hijo que llamó Horus, que al crecer estuvo en varias batallas contra su tío Seth. Horus resultó victorioso y se coronó Rey de Egipto, mientras que Osiris, su padre, se transformó en dios de los Muertos, en el inframundo. A Seth se le dio el control de los desiertos y las tormentas de lluvia y estuvo asociado al caos y al desorden. Osiris, en el inframundo era el responsable de juzgar a la persona muerta, y determinar su destino. Anubis era responsable de la momificación y de conducir al cadáver debajo de la tierra para ser juzgado por Osiris (28, 29).

  7. Textos funerarios del Antiguo Egipto
  8. La bibliografía que conforma los Textos funerarios es una recopilación de documentos religiosos que se utilizaron en el Antiguo Egipto; en general, se consideraba que su uso contribuía a preservar el espíritu del fallecido en el más allá.

    Estos textos evolucionaron a lo largo del tiempo, comenzando con los Textos de las Pirámides de los entierros reales en el Imperio Antiguo, hasta los Textos de los Sarcófagos del Imperio Medio, los diversos libros del Imperio Nuevo y de épocas posteriores. Con el paso del tiempo, su uso se extendió a las clases nobles y posteriormente a la población general (al menos a aquellos que podían costear los rituales de enterramiento). En un principio, los textos funerarios del Imperio Antiguo se reservaban exclusivamente para el rey, pero hacia el final del período se comenzaron a utilizar en las tumbas de las esposas reales.

    Varios libros funerarios del Egipto Antiguo se han preservados. Ellos eran guías para que el muerto entrara salvo en la otra vida; proveían conjuros que contrarrestaban las amenazas y ayudaban a superar los obstáculos en la ruta a la otra vida. Los primeros textos fueron usados exclusivamente por la realeza y por primera vez fueron encontrados inscritos en la cámara funeraria de la pirámide de Unas (2350 a. C.), el último rey de la V Dinastía. Han sido denominados Textos de las Pirámides, porqué aparecen en las pirámides de reyes y reinas. Los textos de las pirámides eran inscritos en columnas verticales; eran pintados en verde o verde azulado, aludiendo al color de Osiris, del renacer, así como a los cielos a los cuales ascendían los reyes, quienes entraban al reino eterno y se identificaban con Osiris. Los conjuros ayudaban al rey en su ascenso al cielo y a su recepción dentro del reino divino; algunos conjuros protegían de los escorpiones, culebras y otras criaturas peligrosas, y había frases que el difunto podía usar en diferentes situaciones. Los textos de las pirámides fueron una prerrogativa de la realeza pero más tarde fueron usados por miembros menores de la corte en el Periodo Tardío del Egipto Antiguo, así como por oficiales de los Periodos del Imperio Medio e Imperio Nuevo.

    Los textos de los sarcófagos fueron escritos dentro de entierros que no pertenecían a miembros de la realeza, durante el Primer Periodo Intermedio y el Período del Imperio Medio. Esto es una manifestación de las muchas usurpaciones de privilegios reales. Los textos ofrecían una garantía de la vida después de la vida asociado con Osiris para cada uno que podía pagarlo, y representan una recopilación de conjuros a partir del Primer Periodo Intermedio. En parte, los textos derivan de los textos de las pirámides, pero incorporan una gran cantidad de elementos relacionados con deseos cotidianos, lo cual refleja su uso popular en esta época. Los faraones perdieron el derecho exclusivo de la vida en el más allá cuando los egipcios que no pertenecían a la realeza pudieron costear la adquisición de un sarcófago y acceder a los conjuros funerarios. Estaban también en las máscaras de las momias, en las paredes de las tumbas, y algunas veces en papiros, teniendo el mismo objetivo de facilitar el paso de las pruebas y obstáculos que marcan el sendero de la vida después de la vida. Estos textos, que consistían de unos 1185 conjuros estaban escritos en lengua hierática, una forma cursiva de la escritura jeroglífica, y al contrario del de las pirámides podían ser ilustrados con viñetas. Cuando se comparan con los textos de las pirámides contienen otras novedades tales como el deseo de reunirse con los amados en la otra vida. Los egipcios creían que las imágenes también vivían y eran poderosas por ellas mismas, por lo cual los jeroglíficos con animales peligrosos se presentaban mutilados para que no fueran a molestar al difunto. Así las serpientes las cortaban en mitad, los pájaros eran deprivados de piernas o picos, los leones solo parcialmente dibujados (30-32).

    El Libro de los Muertos era una serie de 190 fórmulas mágicas, adaptadas a las circunstancias particulares de cada individuo. Este texto consistía en una serie de sortilegios para ayudar a los difuntos a superar el juicio de Osiris, asistirlos en su viaje a través de la Duat, el inframundo, y viajar al Aaru, en la otra vida. Los textos, que eran depositados junto al difunto, o grabados en los muros de la tumba, también contenían las palabras adecuadas para utilizar en el juicio.

    El libro más famoso fue encontrado en el sarcófago de la Reina Mentuhotep de la Dinastía XVII. El libro no tiene una composición canónica, sino que abarca un amplio repertorio de oraciones y “hechizos” de los que cada papiro presenta una propia selección. Esos consejos se reprodujeron primero en los sarcófagos de las momias y luego en el muro de las tumbas, pero entre 1600 a. C. y 100 d. C. se compilaron en papiros, con escenas brillantemente ilustradas. De ellos, algunos de los más conocidos, como los de Ani, Anhai y Hunefer, están en posesión del Museo Británico, en Londres. El papiro de Greenfield tiene una secuencia de segmentos que miden 37 metros de longitud.

    Era parte de una tradición de textos funerarios que comenzó en los textos de las pirámides y de los sarcófagos más antiguos, que se inscribían principalmente sobre los muros de tumbas o en los ataúdes. Algunos de los sortilegios del Libro de los Muertos fueron extraídos de estos textos antiguos y datan del III milenio a. C., mientras que otras fórmulas mágicas fueron compuestas más tarde en la historia egipcia y datan del III Período Intermedio (Dinastías XIVII). Algunos de los capítulos que componían el libro se siguieron inscribiendo en paredes de tumbas y sarcófagos, tal y como habían sido los sortilegios desde su origen. El Libro de los Muertos se introducía en el sarcófago o en la cámara sepulcral del fallecido. Aquí se enfatiza el juicio del difunto, de tal forma que pueda ser regenerado (33-35)

    El Ka, el Ba y el Akh. Para los egipcios una persona estaba compuesta de 5 partes que incluían dos características físicas, su nombre y su sombra y tres elementos invisibles, el Ka (la fuerza de la vida), el Ba (la personalidad) y el Akh (el espíritu). El Ka existía desde el preciso momento en que el humano nacía y continuaba como un doble del individuo, a través de la vida. Después de la muerte el Ka continuaba viviendo y por tanto requería alimentos y bebidas. Los alimentos ofrecidos o pintados en viñetas, en las paredes de la tumba, sostenían al Ka y aunque realmente no los ingiriera, absorbía las fuerzas de la vida. Las estatuas funerarias eran imágenes del Ka del fallecido y algunas veces se usó el signo de Ka como un par de brazos elevados

    El Ba, representando la personalidad, hacía al individuo único, pero también representaba el poder y podía ser extendido a dioses y objetos inanimados; en consecuencia fue la forma física de ciertos dioses, por ejemplo, el toro de Apis fue el Ba de Osiris. Para que el cuerpo del difunto sobreviviera en la otra vida el Ka tenía que reunirse con el Ba cada noche; como el cuerpo físico era incapaz de hacer esto, era tarea del Ba hacer este viaje.

    El AKh era la forma como el muerto vivió en el inframundo y fue la unión del Ka y el Ba. Una vez que el Akh ha sido creado por esta unión el sobrevive como un espíritu de luz que no cambiaba en la eternidad (36).

  9. La momificación
  10. Una momia es el cuerpo preservado, por lo general artificialmente, de un humano o animal. Fueron producidas en el Antiguo Egipto desde la antigüedad hasta la era cristiana, en un esfuerzo de preservar el cuerpo para usarlo en la otra vida (Fig. 6) La palabra egipcia para momia era Sah; la palabra moderna momia proviene de las palabras persas y arábicas “muum” y “mumia”, que significan cera o bitumen, una sustancia negra oleosa que se encuentra en forma natural en Persia y en el área del Mar Muerto y el Mar Rojo. La momificación fue practicada por diferentes civilizaciones, pero su mayor difusión y perfeccionamiento ocurrió en Egipto. Fue una necesidad de tipo religioso, porque los egipcios creían en la existencia de otra vida después del tránsito terrenal. La primera evidencia de momificación artificial data del 3500 aC.
    Fig 6. Momias egipcias
    Fig 6. Momias egipcias

    En la época predinástica, hace unos 6000 años, los cuerpos eran enterrados, envueltos en pieles de animales o esteras, en fosas cavadas en el desierto, de tal manera que la arena seca y caliente absorbía el agua de los tejidos corporales, produciendo una buena conservación del cuerpo por desecación natural o espontánea. Los egipcios idearon el método de momificación con el objeto de preservar el cadáver en su tumba; muchas tumbas eran violadas por ladrones para obtener los objetos valiosos inhumados junto con el cadáver. Existen papiros que describen juicios por robo y violación de tumbas reales, cuyo castigo era la muerte. Esta tradición de robar tumbas ha continuado hasta la actualidad, principalmente para obtener amuletos y otros objetos de valor, para la venta en el comercio turístico y para exhibición en Museos.

    En el siglo XII en Persia se considereba que el bitumen de las momias mezclado con agua producía un aroma que curaba ciertas enfermedades. Esta creencia se mantuvo en el siglo XIX, de tal forma que el Rey de Persia envió a la Reina Victoria pequeñas cantidades de bitumen para su salud. En el año 5 d. C. se menciona el polvo de momias en las listas médicas usadas en prescripciones de oriente y occidente. Polvo de momia se usó para tratar todo tipo de dolencias incluyendo abcesos, erupciones, fracturas, parálisis, epilepsia, vértigo, hemoptisis, dolores de garganta, tos, náusea, úlceras, envenenamientos, hepatopatías, etc. Esos usos contribuyeron a la destrucción sistemáticas de las momias.

    ORIGEN: Los egiptólogos tradicionales piensan que la idea de la momificación se originó en el período Predinástico cuando los cadáveres eran enterrados en las arenas del desierto, lo que facilitaba su desecación y conservación. El descubrimiento accidental de estos cuerpos preservados, posiblemente estimuló la idea de preservar artificialmente los cadáveres para que pudieran ser usados en la otra vida. Durante el Período del Antiguo Imperio el Faraón vivía en Menfis; a su muerte era enterrado en la necrópolis de Saqqara. Las primeras tumbas estaban construídas con materiales locales no costosos, especialmente madera y ladrillos de barro, de duración limitada. Posteriormente, para preservar el sitio del enterramiento, se construyó encima una estructura tipo banco, creándose así la llamada mastaba; este término deriva del nombre de los podios que se encontraban en el frente de las casas tradicionales egipcias. La mastaba se parece a un gran banco de ladrillos, de unos 10 metros de altura, con techo plano y paredes inclinadas. Las primeras mastabas fueron decoradas con motivos pintados en colores brillantes. Su estructura se componía de tres espacios: una cámara funeraria subterránea y una planta por encima con la recámara de serdad o casa de la estatua, y capilla.

    La cámara funeraria se encontraba en el nivel inferior y era el lugar indicado para colocar el sarcófago; a ese plano se accedía a través de largos pozos verticales, que se cerraban después de depositar la momia. En el nivel superior estaba la capilla, y una imitación de la casa del difunto, donde se depositaban las ofrendas. Este nivel tenía una o varias "falsas puertas" decoradas con relieves, situadas en la parte oriental, que servían para indicar al espíritu (al doble del difunto llamado Ba), el lugar por donde debía salir o entrar al edificio. Las más suntuosas disponían de varias salas ricamente decoradas y el serdab, es decir, un cuarto donde se conservaba la estatua del difunto (Ka). Esta actuaba como un sustituto para el cuerpo en caso de su destrucción y era también el foco de adoración para los familiares.

    Con el paso del tiempo, esta construcción se fue haciendo más compleja y se añadieron más salas, escaleras, trampas antisaqueadores, etc., llegando algunas a medir 50 metros de largo y 6 ó 7 de altura. Las más monumentales sirvieron de sepultura para la nobleza, clase dirigente y personas de alta posición social, incluso de algunos faraones. Había mastabas rodeadas de vallas de seguridad o muros, y algunas incluso tenían cámaras para el entierro de los servicios sacrificados o los animales domésticos del fallecido. La mastaba fue el embrión arquitectónico de las pirámides. La momificación posiblemente comenzó en el período dinástico, aunque tumbas del período Naqada II (cultura del período predinástico egipcio que se desarrollo del 3500-3200 a.C) han mostrado señales de preservación artificial con el uso de resinas y vendajes. Estas tumbas han sido descubiertas en excavaciones recientes en los sitios de Hierakónpolis y Adaimaen al sur de Egipto. También es posible que la evisceración se practicara en algunos cuerpos. En estas tumbas se han encontrado cuerpos con vendas y la cabeza separada deliberadamente y colocada en el tórax y sostenida por las manos levantadas. Marcas de cortes sobre las vértebras de varias momias refuerzan la idea de cuerpos mutilados deliberadamente en lugar de preservarlos intactos. Es posible que esta práctica tuvo su origen en rituales religiosos ya que se han encontrado descripciones de esto en los textos de pirámides. Se ha encontrado descarnación en las primeras momias en Giza, Meidum y Deshashech y en algunos cementerios predinásticos. Aquí se han encontrado momias con los vendajes arriba de los huesos y en algunos casos el esqueleto no fue propiamente articulado. La desarticulación del esqueleto y la ausencia de carne han conducido a los excavadores a pensar en un ritual de descarnación.

    Etapas: la momificación se realizaba cerca del Nilo en una casa destinada para ese fin, donde se entregaba el cadáver, despues del periodo de duelo, al sacerdote responsable del proceso, previa negociación de las tarifas del servicio. Herodoto de Halicarnaso, historiador y bibliógrafo griego que vivió entre el 484 y el 425 aC. escribió: “Después del duelo, llevan el muerto a embalsamar. Hay gentes establecidas a este efecto y ejercen estas artes como propiedad transmisible por herencia... Los embalsamadores muestran los modelos de cadáveres en madera, imitados mediante pintura, y aconsejan el más digno de atención, que fue el dios, cuyo nombre no puedo decir aquí. Enseñan un segundo, con precio más bajo y finalmente, un tercero, más barato”.

    Se colocaba el cuerpo del difunto sobre una mesa de piedra, madera o alabastro, cuyas patas y decoración tenían forma de león. Se empleaban también otras más pequeñas para depositar los órganos extraídos. Uno de los sacerdotes se colocaba una máscara de chacal, representando a Anubis, dios protector de la momificación y los embalsamadores. La momificación se efectuaba en todas las capas de la sociedad, pues cada egipcio debía ser capaz de alcanzar la vida después de la vida terrenal, aunque el grado de técnica, minuciosidad y ritual, fuese altamente variable. Durante todo el proceso estaba presente un Sacerdote Lector, de alto rango que recitaba constantemente oraciones y conjuros.

    La momificación se realizaba en las siguientes etapas:

    1. Limpieza y aromatización externa del cadáver.
    2. Extracción del cerebro y evisceración. En una primera etapase extraía parte del cerebro por los orificios de la nariz, mediante unos ganchos de bronce, y la cavidad craneal se llenaba con un líquido, formado por resina de coníferas, cera de abejas y aceites vegetales perfumados; posteriormente, el material cerebral remanente mezclado con la resina se extraía y en la cavidad se vertía natrón.En una segunda etapa, un escriba marcaba en el lado izquierdo del abdomen el lugar donde se debía abrir la cavidad abdominal para extraer los órganos. Sólo el corazón, asiento del alma y los riñones quedaban dentro del cadáver o eran puestos en su lugar después de la momificación. La cavidad abdominal era lavada con vino de palma y esencias arómaticas y llenada con mirra y otras sustancias antes de cerrar la incisión en el flanco izquierdo. En ocasiones, el corazón era sustituido por un escarabeo, equivalente de un corazón mágico de repuesto. El escarabeo fue un amuleto de vida y poder, con forma de escarabajo (Scarabaeus sacer), que representaba al Sol naciente, y era símbolo de resurrección. En vida proporcionaba protección contra el mal, dando diariamente fuerza y poder. En la muerte, quien lo portaba adquiría la posibilidad de resucitar y alcanzar la vida eterna.
    3. Jarras canópicas. Los órganos extraídos se limpiaban, se secaban y se untaban con aceites aromáticos y se colocaban por separado y envueltos en paño de lino en los cuatro vasos o jarras canópicas. Las jarras eran colocadas bajo la protección de cuatro dioses menores llamados Hijos de Horus. La jarra con cabeza humana Imsety contenía el hígado, la de cabeza de chacal Duarmutef contenía el estómago, la de cabeza de mono Hapy contenía los pulmones y la de cabeza de halcón Qebehsenuef contenía los intestinos. Las jarras se colocaban detrás del sarcófago en el funeral. Se creía que todas las partes del cuerpo serían reunidas mágicamente en la otra vida y que el cuerpo sería de nuevo un todo como pasó con el cuerpo de Osiris. Las jarras canópicas eran colocadas dentro de cofres de madera decoradas con jeroglíficos. El cuerpo eviscerado se secaba al sol y se cubría con varias capas de aceites vegetales (resina de coníferas, aceites aromáticos y ungüentos) y animales, especialmente cera de abejas, con propiedades hidrofóbicas y antibacterianas.

    4. El cuerpo era tratado con natrón, un mineral formado por carbonato y bicarbonato de sodio y sulfato y cloruro de sodio que actuaba como deshidratante y desgrasante. El natrón se encuentra en forma natural en Egipto, mas comúnmente en Wadi Natrum a 64 Km al noroeste de El Cairo. El interior del cadáver se llenaba con telas y sal de natrón y sustancias aromáticas. El natrón tenía que ser cambiado regularmente, ya que una vez que se saturaba cesaba su acción. Los cadáveres eran colocados en tablas de madera inclinadas que permitían el drenaje de los fluídos, y luego el cuerpo cubierto con natrón se dejaba secar varias semanas. Durante este tiempo la piel se encogía, se arrugaba y se ponía parecida a un cuero. El cadáver era también expuesto al sol. Este tratamiento duraba unos 70 días.
    5. Después de sacar las telas del cadáver, se lavaba con vino de palma y agua y se untaba con aceites y resinas, para lograr que la piel se volviese suave y flexible. Esta cuarta etapa tenía por objeto preservar la carne y evitar la desintegración del cuerpo. Se colocaban piedras preciosas pequeñas bajo los párpados para restablecer la apariencia que tuvo en vida. Muchas momias tenían los brazos cruzados sobre el pecho para imitar la postura de Osiris, dios de la muerte. Hecho esto, se cubría con lazos en el cuello, anillos y brazaletes de oro y piedras preciosas. También se colocaban papiros en el cuerpo del difunto, después de haber llenado las cavidades abdominales y la caja torácica con telas de lino impregnadas con resina, aserrín y líquenes aromáticos. Una placa con una lámina de oro con jeroglíficos era colocada en la incisión abdominal para sanar la herida en la otra vida y alejar la mala suerte.
    6. La cabeza y el cuerpo se cubrían con hierbas y aserríny luego se envolvían con vendas de lino mojadas en aceites para que el cuerpo ganara otra vez su tamaño. El vendaje era un trabajo complicado que tomaba casi una semana y requería unos 900 metros de lino de 5 a 20 cm de ancho. Se realizaban patrones intrincados con el vendaje sobre todo en la cara y el cráneo. Los familiares solían traer sus propios paños y vendas de lino, recuperados normalmente de ropas viejas o vestidos, cortados en tiras, con las que se confeccionaban los indispensables vendajes para embalsamar. Los dedos, manos y pies eran vendados en primer lugar, luego el resto del cuerpo. Los vendajes eran sellados con jeroglíficos e imágenes de dioses (Fig. 7).
    7. Fig 7. Vendaje de la momia
      Fig 7. Vendaje de la momia

    A medida que la momia era envuelta se colocaban pequeños amuletos entre las capas de lino para proteger con sus mágicos poderes al espíritu, en su camino hacia la otra vida y facilitar la resurección. Uno de los amuletos más comunes fue el ojo de Horus. Cada capa añadida se cubría con resina para mantener la envoltura como un sello a prueba de agua.

    La máscara mortuoria. Terminado el vendaje, la cabeza era cubierta con una máscara con el retrato del difunto, para asegurar que el Ka pudiera reconocer el cuerpo en la otra vida.

    La máscara era de cartón, con finas capas de lino, moldeadas con yeso y decoradas con pintura dorada. En el caso de los faraones, se hacía la máscara en oro, para reflejar su aspecto idealizado. Muchas momias eran cubiertas con escudos que tenían cabezas de halcón (Fig. 8) La de Tuthankamón fue hecha de oro, lapislázuli, turquesa y pasta vítrea. En la momificación se usó mirra, otras resinas, especias y aceites. Muchas de estas resinas eran importadas del Líbano, Siria, Sur de Arabia y este de África. Las resinas, por sus propiedades antiputrefactivas y desodorizantes se usaron para llenar el cráneo y las cavidades del cadáver y para cubrir las urnas. También se usaron aceites de varias fuentes incluyendo aceites importados como enebro y cedro, y también locales tales como aceite de lechuga y de castor. Mucho de estos materiales de momificación han sido encontrados en envases en cementerios a lo largo de Egipto.

    Fig 8. Máscara mortuoria de Tutankhamón
    Fig 8. Máscara mortuoria de Tutankhamón

    Para las clases menos afluentes, el proceso de momificación era diferente, en función de abaratar el costo; no abrían las cavidades, sino que los aceites eran inyectados por el ano que luego era tapado para que no se escapara el aceite y se permitiera que las visceras se licuaran, material que luego era retirado. El cuerpo era cubierto con natrón por unos cuantos días y al final, del cuerpo solo quedaba piel y huesos. Otro método económico de embalsamar era simplemente lavar los intestinos y dejar el cuerpo 70 días cubierto de natrón (37-49).

Terminado el proceso, la momia con su máscara era colocada en ataúdes dorados de madera, los cuales eran colocados en sarcófagos de piedra, una práctica que data desde finales del Período del Imperio Medio. Los primeros ataúdes fueron simplemente construidos como un tablón, pero con el tiempo fueron más elaborados y para el Período de la Dinastia XII (1985 a 1785 a. C.) fueron construidos con forma humana y decorados por dentro y por fuera con una variedad de dibujos e inscripciones. Las momias de los Faraones solían estar protegidas por siete ataúdes anidados uno dentro del otro como las muñecas rusas, estando el interior hecho de oro. Finalmente, los ataúdes eran colocados en sarcófagos de piedra, diseñados para proteger la momia no solo de los elementos, sino también de ladrones (50-52).

Los egipcios acostumbraban a rodear a los muertos con ofrendas de alimentos y bebidas que lo ayudarían a mantenerse en la otra vida. Los libros funerarios del Egipto Antiguo reseñan la importancia fundamental de la nutrición del difunto, donde se manifiesta gran temor de morir una segunda vez por falta de alimentos. Esta costumbre data de la era prefaraónica cuando enterraban vasijas llenas de grano cerca del ataúd para la manutención del difunto. Las tumbas reales del Antiguo Egipto (2686-2181 a.C.) tenían varios cuartos para almacén de alimentos. El difunto solía dejar instrucciones a su hijo mayor o empleaba un sacerdote para que tomara la responsabilidad de esta tarea. La parte importante del culto era llevar diariamente ofrendas de alimentos y bebidas a la capilla. Esto proveía un sustento para el Ka (el espíritu doble del muerto), que absorbía la fuerza vital de las ofrendas.

La pata izquierda delantera del buey, considerada como carne mágica, fue una parte importante de la ofrenda de alimentos. Cortes de carne reales y simbólicos eran ofrecidos en los ritos a los dioses en sus templos y a los muertos en las capillas funerarias. El panfue el alimento básico de los egipcios y así mismo formó parte importante de las ofrendas. Al Rey le solían ofrecer miles de rodajas de pan, hecho de trigo en una gran variedad de formas. Mas de 30 formas distintas han sido reconocidas en relieves y jeroglíficos y recobradas de tumbas de 3000 a 4000 años después que fueron enterradas con el difunto. Tablas con el nombre del difunto a los lados tenían alimentos esculpidos como pata de buey, pan, etc. Vasos altos con picos estaban llenos de agua para verterla en los rituales de ofrendas. El difunto sentado era dibujado en la tabla de ofrendas,en losas y puertas falsas de las tumbas. Diferentes tipos de bebidas tales como vino, cerveza y leche eran ofrecidas en contenedores como jarras y ánforas. Estas vasijas fueron muy elaboradas. Se usaron vasijas de oro y plata en el culto a los dioses y en ofrendas para el Rey. Al comienzo las tablas de ofrendas de alimentos eran colocadas fuera de la tumba pero posteriormente se ubicaban entre la recámara y la capilla (53, 54).

Cortejo funerario: los funerales egipcios eran ceremonias que ayudaban al difunto en su viaje a la otra vida. Las procesiones de los funerales fueron con frecuencia dibujadas en las paredes de las tumbas particularmente en el Imperio Nuevo (1550-1069 a. C.) Una vez terminado el embalsamamiento, la momia era colocada en una tabla santuario y transportada a la orilla oeste del Nilo en un barco con forma de ataúd con un dibujo de un trineo de bueyes. Personal de servicio, sacerdotes y familiares acompañaban el cortejo. De particular importancia fueron las dolientes profesionales, mujeres vestidas de azul pálido con el cabello suelto, que tiraban de él, alzaban y agitaban los brazos, se lamentaban y golpeaban sus pechos y cabezas contra el suelo como muestra de pesar (una tradición que persiste aun hoy en África del norte). Los nobles y cortesanos usaban en el cortejo bandas blancas atadas en la frente y sandalias blancas como signo de duelo. Los hombres mostraban su pesar absteniéndose de cortarse el cabello o la barba durante cierto período.

Fig 9. Funeral en el Antiguo Egipto

La separación final. Ceremonia de abrir la boca del difunto: una vez que la momia era colocada en su ataúd, era llevada a la cámara funeraria. Luego era llevada a su tumba, donde sacerdotes de Osiris realizaban la ceremonia de abrirle la boca, que comprendía una serie de actos elaborados y encantamientos que reanimaban las facultades del muerto y aseguraban su sobrevida en el otro mundo (Fig. 9) La ceremonia de abrir la boca fue uno de los aspectos mas importantes de las costumbres funerarias del antiguo Egipto, un ritual que le permitía al muerto ver, oir, respirar y recibir nutrientes en la otra vida. El sacerdote que dirigía la ceremonia usaba un vestido tradicional de piel de leopardo. Vertía agua y ungüentos sobre el cuerpo y simbólicamente el dios Anubis realizaba el ritual de abrir la boca tocando los ojos, la nariz y la boca de la momia con una herramienta sagrada llamada adze.

Este ritual reactivaba los sentidos en la otra vida. En un papiro de la tumba de Hunefer (Dinastía XIX: 1295-1186 a. C.) se encontró una viñeta que muestra cuerpo momificado parado y sostenido por Anubis mientras que mujeres de la familia lamentan su muerte y los sacerdotes queman incienso y realizan el ritual correspondiente. El ataúd era colocado en el sarcófago y las jarras canópicas, los alimentos y muebles del difunto depositados en dicha cámara antes de ser sellada. Después de la inhumación la familia y sus invitados disfutaban de un festín en honor del difunto, que se efectuaba fuera de la tumba. El sarcófago era colocado en una recámara diseñada especialmente para ello, cuya entrada era también sellada. Previamente los familiares depositaban alimentos, ropas, muebles, platos y otros objetos que el difunto necesitaría en la otra vida. Los antiguos egipcios vieron las viviendas terrenales como temporales, por lo que dieron poco énfasis a su construcción. En cambio, un tremendo esfuerzo se ejerció en la construcción de tumbas. Esto se deriva de la creencia de que la tumba sería su morada permanente, ya que sería utilizado en la totalidad de la vida futura (55, 56).

La momificación en el Antiguo Egipto no sólo se realizó en seres humanos, sino que también se llevó a cabo en animales, aunque por diferentes motivos. Cuando la mascota de una persona moría, podía ser momificada, y también se les podía confeccionar un sarcófago o estela funeraria especial. Se conoce el caso del perro Abutiu, que por orden del Faraón tuvo un entierro ceremonial como si fuese un dignatario real. En otros casos, en animales específicos, los egipcios veían la encarnación de una deidad, por lo que en los templos se les proporcionaba alimentación, cubriéndolos a veces de joyas y cuando morían, se les daba un funeral especialmente elaborado, como en el caso de los babuinos. Cabe destacar al toro Apis, que fue momificado y enterrado en una tumba, en Saqqara. (Fig 10). Durante el periodo greco romano de Egipto, no sólo algunos animales fueron considerados divinidades, sino que se consideraba sagrada toda su especie, por lo que se procedió a la momificación masiva de gatos, cocodrilos, perros, ibis, halcones, carneros y toros (57-59).

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