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Discurso de toma de posesión de la Junta Directiva de la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina (SVHM.) para el periodo 2017 – 2019

“El depositario de la confianza ajena, no debe defraudarla nunca”

Rómulo Gallegos

Respetables Individuos de Número, Miembros Eméritos, Correspondientes e Invitados de Cortesía. Presidente y demás Miembros de la Academia Nacional de Medicina, Doctor Antonio Machado Allison, Presidente de la Fundación Palacio de las Academias.

Apreciados Invitados especiales. Amigos todos:

Sean mis primeras palabras, en este acto tan solemne y tan pleno de emociones en lo personal, para compartir con ustedes la profunda complacencia de este momento. El pasado 10 de octubre –aniversario 254 de la Clase Inaugural del Curso de Medicina en nuestra querida Alma Mater, por el benemérito Doctor Lorenzo Campins y Ballester– se realizó la elección de los directivos para el bienio 2017–2019, con 84% de asistencia del electorado. Permítanme expresar mi sincero agradecimiento por la confianza que me han brindado, en unión de los ocho Miembros que me acompañan en la gestión de nuestra muy querida corporación. Y mi voluntad de empeñar mis limitadas capacidades para dar cumplimiento a la lección que nos impone la hermosa frase de Rómulo Gallegos, que he colocado como epígrafe de mi discurso. Estoy consciente de las difíciles circunstancias que nos toca enfrentar, del reto plural que debemos vencer, apoyado cada uno en el recíproco aliento, mismo que aparece en la estrofa segunda de nuestro Himno Nacional. Confío sin titubeos en la asistencia del Altísimo y también en la contribución de cada uno de ustedes, cualitativa y cuantitativamente inestimable. La SVHM nos requiere a todos y alcanzaremos un destino más pleno, en la medida en que seamos capaces de involucrarnos franca y lealmente en el logro de ese noble ideal. Negarnos a ello es negarnos a nosotros mismos. Aunque fuimos los primeros en llegar a nuestra sede (1953), somos relativamente la más pequeña de las instituciones que hacen vida en este Palacio. Nuestra opción lógica es la integración, siguiendo aquella sabia analogía que propuso Simón Rodríguez al Libertador, en la Europa de 1804 y que luego cantó un poeta:

“Reúne a los pueblos sudamericanos
en un haz de hermanos,
Y darás a todos patria y libertad”

Deseo reconocer sin escarceos, el esfuerzo y los logros que ha tenido la directiva encabezada por el Dr. Cutberto Guarapo Rodríguez. Sin contradecirme pienso que han existido a la vez desaciertos, como en toda obra humana. Pero no soy yo la persona para realizar ese juicio, ni es tampoco éste el momento adecuado. El proyecto que estamos construyendo se apoya en promover el talento y la voluntad de quienes hacemos vida en la institución y de los muchos que podamos incorporar en un vigoroso proceso de renovación, entre otras razones, para llenar las once vacantes que existen en el elenco de Individuos de Número y el de Miembros Correspondientes. Espero entusiasmarles para asumir un compromiso decidido con los objetivos y la misión que hemos recibido como obligante albaceazgo de nuestros ilustres fundadores.

Nuestra primera acción es ratificar la Misión y los Objetivos de la SVHM, dando cumplimiento al espíritu y al texto de su Estatuto y sus Reglamentos. Necesario es valorar nuestra pertenencia a la SVHM, para que entendamos cuanto significa y cuanto compromete a cada uno de sus miembros. Excepción hecha de los Miembros Honorarios, que no tienen obligaciones señaladas en el Estatuto, todos los demás –aún los insignes Miembros Eméritos– debemos sentir el compromiso de dicha membresía, con mayor entusiasmo. A tal fin, promoveremos la mayor participación de todos. En pocos días recibirán los miembros –vía correo electrónico– una encuesta para que nos expresen de manera concreta y breve, su punto de vista sobre aspectos esenciales de nuestro diario quehacer. Promoveremos un mayor acercamiento con la Academia Nacional de la Historia, las Escuelas de Medicina y otras Ciencias de la Salud, de Caracas, Zulia, Mérida y Bolívar, entre otras, por nuestra condición académica y para detectar en esos semilleros nuevos miembros.

Verificamos que un alto porcentaje de miembros está al día con el pago de la Anualidad, pensamos realizar una Campaña de Solvencia entre aquellos Miembros Numerarios o Correspondientes que han descuidado ese compromiso, en mi criterio, el mínimo aporte que corresponde a quienes integran una corporación académica o gremial. Otra tarea pendiente es completar y promocionar el Catálogo de textos de nuestra Biblioteca, un valiosísimo y poco conocido patrimonio institucional. Para ello contaremos con el apoyo del Dr. Miguel Angel De Lima, Profesor de Historia de la Medicina en la Escuela “Luis Razetti”. Conviene también desarrollar un plan para la donación de libros no pertinentes y de más de dos mil revistas sobrantes, que ocupan espacio en nuestra sede, cuando bien podrían ser útiles en manos de instituciones y personas interesadas.

Dentro de escasos 22 meses, en julio del año 2019, se cumplirá el 75 Aniversario de la Fundación de la Sociedad. A tal fin nos proponemos planificar y realizar con el mayor lucimiento, nuestro décimo primer Congreso, como acto central de esa importante efeméride. Para toda esta apasionante tarea proponemos a ustedes como consigna: Cohesión, entusiasmo y perseverancia. Como ha dicho con acierto y convicción, el muy apreciado consocio Dr. Miguel González Guerra, “tenemos pasta de academia”. Es una característica muy arraigada desde 1944, casi diría que genética, potenciada con los aportes y el testimonio de miembros notables, como mis Maestros Ricardo Archila, Juan Armando Nesi, Aníbal Osuna y Marcel Granier. Y otros también ilustres como Gabriel Briceño Romero, Rosario Beauperthuy, Tulio Briceño Maaz, Blas BruniCelli, Nora Bustamante, Francisco Plaza Izquierdo y tantos miembros de feliz memoria, para no afectar la modestia de algunos miembros tan relevantes, presentes entre nosotros. He citado al Dr. Nesi y permítanme que otra vez invoque su memoria y sus lecciones. Fue él quien me introdujo al seno de esta honorable corporación, hace ya 20 años. Siento que su sabiduría, su afecto y sus valiosos consejos, han contribuido a que mi humilde persona alcanzara la posición que hoy asumo, en presencia de ustedes, con sincera vocación de servicio, que no de poder, por ser este muy ajeno a mi condición humana.

Tarea de todos ha de ser contribuir al mayor enaltecimiento y la preponderancia que merece la Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina, por sus nobles propósitos y su relevante trayectoria, rumbo a celebrar sus Bodas de Diamante. Para todos nosotros será el cumplimiento de lo que prometimos libre y solemnemente, en hora afortunada de nuestras vidas. Hace pocas semanas la liturgia de la iglesia católica en la que milito, por vocación, y también por formación, nos recordaba en un texto del capítulo 5 de Isaías, aquella parábola de la viña estéril, de fuerte significación. Allí, el autor sagrado pone en labios de Dios una sentencia terrible: “Derribaré su cerca y será pisoteada. Porque esperaba de ella frutos, esperaba Justicia y solo percibo reclamos y gritos de dolor”. A mis compañeros en Directiva y a todos nuestros consocios les pido reflexionar y trabajar, para que, dentro de dos años, podamos recoger un óptimo resultado del ejercicio que iniciamos hoy, con altas expectativas.

Como otra demostración de que unidad, no es uniformidad, concluyo mi mensaje con aquella empeñosa cita que hizo en 1979 Luis Herrera Campins, persona que aprecié, no tanto por la homonimia, sino más bien por sus valores, su llaneza y su actuación política, aunque no compartiera algunas de las medidas que marcaron aquel quinquenio.

El fallecido mandatario finalizó su primer discurso presidencial con un párrafo de la Carta al Griego, obra emblemática y misteriosa de NikosKazantzakis (1883-1957), considerado por muchos el más notable de los escritores y filósofos griegos de nuestro siglo XX. El escritor implora a su ilustre compatriota y gran pintor, en medio de un místico arrebato: “Ayúdame a llegar, hasta donde no pueda”. Percibo claramente limitaciones personales, que acrecen con el avance de mi periplo vital; en el propósito compartido de enaltecer nuestra institución, ruego a ustedes me ayuden a llegar, “hasta donde no pueda”. Muchísimas gracias.

Caracas, 18 de octubre de 2018.

Dr. Luis E. Herrera García

ANECDOTARIO MÉDICO

El primer paciente del hospital universitario de Caracas

Dr. Daniel Sánchez Silva

El 16 de mayo de 1956 fue inaugurado oficialmente el Hospital Universitario de Caracas (HUC), en su momento la obra de ingeniería sanitaria más moderna de América Latina. El presidente de la república General Marcos Pérez Jiménez se sentía orgulloso del complejo Ciudad Universitaria y Hospital Universitario. El ministro de Sanidad era el Dr. Pedro Gutiérrez Alfaro, quien a la vez era el jefe de la Cátedra y Servicio de Obstetricia del mencionado hospital.

En una conversación que sostuve con el Dr. Miguel Yáber Pérez quien posteriormente fue jefe de la cátedra de obstetricia y director del Hospital Universitario me contó la siguiente anécdota: “La noche antes de la inauguración del hospital, el ministro Gutiérrez Alfaro me llamó y me dijo: - Yáber, yo quiero que sea mi cátedra la que inaugure el hospital. Así que vas a traer de la maternidad Concepción Palacios a una paciente multípara en trabajo de parto para que de a luz en el hospital durante la inauguración”.

El 16 de mayo -durante los actos de apertura del HUC- se encontraban presentes los doctores: Pedro Gutiérrez Alfaro (Ministro de Sanidad), Jorge Soto-Rivera (Director del Hospital Universitario), Pastor Oropeza eminente pediatra venezolano entre otras personalidades. A las 10:30 am cumpliendo lo encomendado por el Dr. Gutiérrez Alfaro, el Dr. Yáber se presenta en una ambulancia que venía desde la maternidad con la señora Mercedes Arráiz de 26 años procedente de Rio Chico (estado Miranda), multípara y en trabajo de parto.

Aquello fue todo un gran espectáculo pues la ambulancia venía escoltada desde la maternidad hasta el HUCy tocando sirena para abreviar la carrera y anunciar su llegada. Inmediatamente el ministro de sanidad se vistió de ropa quirúrgica para atender personalmente el parto, junto al Dr. Miguel Yáber Pérez. El pediatra encargado de examinar al recién nacido fue por supuesto el Dr. Pastor Oropeza y el Dr. Jorge Soto-Rivera director del hospital, realizó la historia clínica de la paciente. A las 10:27 de la mañana nació un varón de 3 Kg de peso y una talla de 50 cm, en buenas condiciones generales y a quien pusieron por nombre “Marcos” en honor al presidente de la república.

De esta manera y con todo este espectáculo preparado fue inaugurado el Hospital Universitario de Caracas con su primera paciente atendida en el servicio del ministro de sanidad. Como dato complementario, el ministro de sanidad también era el obstetra de la primera dama de la república, Doña Flor Chalbaud de Pérez Jiménez.

Fig 1. El doctor Pedro Gutiérrez Alfaro, tras asistir el parto de la Sra. Mercedes Arráiz, primera paciente ingresada en el Hospital Universitario (Mayo 16, 1956). También aparecen los Drs. Miguel Yáber, Oscar Beaujón, Pastor Oropeza, Ernesto Figueroa y Luis Capecchi.
Fig 1. El doctor Pedro Gutiérrez Alfaro, tras asistir el parto de la Sra. Mercedes Arráiz, primera paciente ingresada en el Hospital Universitario (Mayo 16, 1956). También aparecen los Drs. Miguel Yáber, Oscar Beaujón, Pastor Oropeza, Ernesto Figueroa y Luis Capecchi.

Fuentes

  1. Yaber Pérez Miguel. Comunicación Personal
  2. Plaza Izquierdo Francisco: Historia del Hospital Universitario de Caracas. Ediciones del Rectorado de la UCV. Caracas, 1986. p. 1150