El Beato José Gregorio Hernández Cisneros: análisis hermenéutico de sus retratos en obras pictóricas. Falsedad y autenticidad de los símbolos que lo acompañan

Dra. Claudia Blandenier de Suárez1

Resumen

El objetivo principal es hacer un análisis hermenéutico de los elementos que se exhiben en los retratos y en obras artísticas realizadas al beato José Gregorio Hernández. Se utilizó la metodología heurística, es decir, la búsqueda de fuentes documentales, apoyo a la investigación y análisis de los argumentos expuestos. Estas representaciones pictóricas difieren en estilo, técnica y grado de fidelidad o autenticidad, de acuerdo con la intención o mensaje del autor o artista. Muchas de sus imágenes, parecen salidas de figuraciones, iconos preconcebidos y hasta de sueños, ensoñaciones y alucinaciones de sus autores. Se concluye que la profusión de retratos del beato obliga a considerar la posición del retrato de un personaje como un medio de comunicación y a reflexionar sobre las características que debe presentar este género. Algunas imágenes del beato no se consideran como “retrato” propiamente dicho, porque se carece del consentimiento expreso del sujeto o de sus familiares. En los retratos informales, la fantasía de algunos autores, se desborda de una manera que podría ser más ordenada e incluso reglamentada. Grave moralmente son aquellos casos donde el retrato está asociado a la comercialización de objetos, generalmente medicinales.

Palabras clave: Beato José Gregorio Hernández, retratos, hermenéutica, simbolismo, microscopio.


Abstract

Blessed José Gregorio Hernández: hermeneutic analysis of his portraits in pictorial works. Falsity and authenticity of the symbols that accompany it

The main objective is to make a hermeneutical analysis of the elements that are exhibited in the portraits and in artistic works made to Blessed José Gregorio Hernández. The heuristic methodology was used, that is, the search for documentary sources, research support and analysis of the arguments presented. These pictorial representations differ in style, technique and degree of fidelity or authenticity, according to the intention or message of the author or artist. Many of his images seem to come from figurations, preconceived icons and even dreams of their authors. It is concluded that the profusion of portraits of the Blessed forces us to consider the position of the portrait of a character as a means of communication and to reflect on the characteristics that this genre should present. Some images of the Blessed are not considered as a "portrait" properly speaking, because the express consent of the subject or his relatives is lacking. In informal portraits, the fantasy of some authors overflows in a way that could be more orderly and even regulated. Morally serious are those cases where the portrait is associated with the commercialization of objects with therapeutic purposes.

Keys words Blessed José Gregorio Hernández, portrait, hermeneutics, symbolism, microscope.


  1. Profesora Titular (Facultad de Medicina, UCV). Individuo de número (Academia Nacional de Medicina, Venezuela)
  2. Correspondencia: bds.ca18@gmail.com. Telf. 0212-2577656; 0414-3222282

Introducción

Desde que fue aprobada y proclamada la beatificación del Dr. José Gregorio Hernández, “El Médico de los pobres”, el 19 de junio del año 2020, por las autoridades científicas y teológicas de la ciudad del Vaticano, nuestro médico científico, iniciador de la Técnica histológica, de la Histología normal, e Histología Patológica, de la Bacteriología, de la Parasitología y Fisiología Experimental en Venezuela”, hemos visto proliferar y divulgar su retrato en muchas obras artísticas pictóricas, escultóricas, literarias y hasta musicales, películas y videos. Su figura ha sido representada bajo todas las formas artísticas en varias exposiciones, algunas de las cuales presentaron las obras de hasta 28 y 46 artistas.

Las obras pictóricas son las más empleadas para presentar el retrato del beato en muchos estilos, en diferentes vertientes pictóricas y gráficas y con varias técnicas tales como: óleos, acuarelas, acrílicos, pastel, chimó (monocromías), carboncillo, lápiz y marcador, ilustración digital y collage, lápiz solo, e ilustración digital, fotomontaje, mixta sobre lienzo, ilustración vectorial, ilustrator, pintura al temple sobre lienzos, maderas, papel y al fresco en murales entre otros. Igualmente se utilizó la técnica a mano alzada con pinturas al frío y poli-colores como la que se observa en la obra de David Araque, donde el Beato aparece envuelto y rodeado de luciérnagas. Su figura aparece plasmada en los pendones de la iglesia de la Candelaria donde reposan sus restos y en todas las estampitas con diferentes motivos. También, el retrato de José Gregorio se expuso en vertientes cinematográficas en diferentes épocas.

Es relevante, mencionar el establecimiento de un Museo Patrimonial denominado, “El médico de los pobres”, en la casa número 5 que ocupó el Beato, ubicada en la Parroquia caraqueña de La Pastora, entre las esquinas de San Andrés y Desbarrancadero. En este museo, se premiaron: una obra pintada en óleo sobre lienzo por José Luis Vega Villarte, un joven privado de libertad perteneciente al Internado Judicial de la Región Capital “El Rodeo III” del estado Miranda y un Tallado artesanal en madera realizado por Esteban Hernández Valero del Centro Penitenciario de la Región Andina del estado Mérida. También se habilitó en esa zona, una pequeña plaza, donde se levantó un busto de José Gregorio. Entre las esculturas, destaca la escultura denominada “EL Goyo de Oro” realizada por la artista plástica merideña, Zulay Mendoza (1,2).

Generalmente, las obras de arte hablan y nos dicen “algo indescriptible”, más que producirnos en nuestra psique, emociones, sensaciones placenteras o vivencias estéticas, y por esta razón, ellas, son objeto de la hermenéutica. El arte pertenece a la hermenéutica, porque la experiencia de una obra de arte, abarca la comprensión (fenómeno hermenéutico) es decir, un encuentro personal con la obra.

Es importante relacionar las circunstancias propias vitales en el que se debe interpretar un retrato del Dr. Hernández. Por estas consideraciones, se hará en primer lugar, el retrato integral que hizo sobre su personalidad, un prestigioso médico, testigo presencial, el Dr. Luis Razetti Martínez. El Dr. Razetti escribió sobre el Beato:” Como médico práctico, el doctor Hernández ha tenido en Caracas, una de las más brillantes clientelas y sus clientes le profesan especial afecto, por la suavidad de su carácter, la cultura de sus modales y el interés con que atiende a sus enfermos. Como profesor, sus discípulos le aman porque les da con paternal cariño alimento bien sazonado de ciencia práctica; y lo respetan, porque ven en él, un maestro ilustrado que conoce y domina la materia que enseña. Como individuo social, el doctor Hernández es un carácter; practica el bien sin interés mezquino y sin hipocresía; sostiene sus convicciones con inquebrantable firmeza y jamás se ha desviado del camino que él cree debe seguir. Católico ferviente, hijo sumiso de la Iglesia de Roma, sacrifica todo ante el altar de su ideal religioso…”

En otros párrafos, Luis Razetti escribió: “El candor y la fe fueron las dos grandes fuerzas que le conquistaron la más amplia independencia espiritual, el más extenso dominio de sí mismo y la poderosa energía moral de su gran carácter. Por eso logró lo que muy raros hombres han logrado: sobreponerse a las exigencias del medio, dominarlo a su antojo y amoldarlo a su voluntad. Alimentó su alma en las más puras fuentes del ingenio humano y fue sabio y fue artista…. fue médico científico al estilo moderno: investigador penetrante en el laboratorio y clínico experto a la cabecera del enfermo; sabía manejar el microscopio y la probeta, pero también sabía dominar la muerte y vencerla “(3).

Muchos artistas venezolanos quisieron plasmar en sus obras, estos rasgos característicos, para mostrar no sólo su aspecto exterior, sino también de algún modo, su santidad y su profesión: la medicina e inclusive, su venezolanidad. En realidad, todos sus retratos son simbólicos y subjetivos, porque a partir de distintos símbolos en cada obra, se construyó un mensaje iniciado en el subconsciente del artista, para que el retratado en este caso, el doctor José Gregorio Hernández, estuviese identificado con las cualidades psíquicas y sobre todo con su actuar de acuerdo con el magisterio y la teología eclesial católica. En el retrato también se representan las emociones del artista, aportando un mensaje diferente y especial en cada retrato. En estos casos el fenómeno de la interpretación o hermenéutica, es una parte de la comprensión y explicación, para mostrar la autenticidad de los hechos, recogida en los textos, como testimonio de la fidelidad de lo representado.

En estas circunstancias nos vemos obligados a reflexionar sobre algunos paradigmas que se dan y se dieron en estas expresiones pictóricas de veneración. Como decía el Dr. José Antonio O’Daly Seraille, pionero de la Patología moderna en nuestro país: “Cuando se escribe sobre los Grandes, a menudo se falta a la verdad” (4).

En esta premisa del maestro O’Daly Serraille, existe una advertencia para aquellos que transmiten noticias de cualquier tipo. Los artistas que divulgan con sus obras, las diversas formas de veneración a nuestro Beato, son en realidad comunicadores sociales, porque son los vehículos que transmiten su personalidad al público. Por esta razón, es importante que sus mensajes sean apegados lo más posible a la realidad histórica, basados en una investigación heurística acuciosa sobre los aspectos que desean transmitir. En varias obras no se muestra la situación ni postura auténtica recogida de los textos acerca de la vida y obra del Dr. Hernández y estas circunstancias deben ser objeto de una investigación seria.

Es un hecho que hoy en día, en la posmodernidad o también llamada de “Declinación de lo auténtico”, la verdad no está de moda, porque no hay tiempo ni voluntad para buscarla y se han supuesto o inventado situaciones irreales por comodidad. La adecuación de la mente a la realidad de las cosas, es otro aspecto de “la autenticidad” y es lo que se conoce como “verdad lógica”.

Esta posición es la que no siempre se ve reflejada en los retratos del Beato José Gregorio Hernández. Muchas de sus imágenes, parecen salidas de figuraciones, iconos preconcebidos y hasta de sueños, ensoñaciones y alucinaciones de sus autores.

El simbolismo como fenómeno filosófico, apareció como una posición intelectual contra el empirismo científico y el positivismo filosófico. De tal manera que los símbolos, son una forma de expresión o de lenguaje que se muestran en los retratos personales. Es evidente que algunos de ellos, introducidos al lado de la figura del beato, tienen como intención revelar y acentuar las características de su profesión como médico y científico. Sin embargo, en varios retratos no se expresa la “verdad lógica”, y en estos casos no hay autenticidad en la representación.

No pretendemos adentrarnos en los aspectos de la moral. Sin embargo, en muchos retratos se han representado objetos o aparatos médicos que no usó nunca el beato, como el estetoscopio y el maletín médico, o se han representado otros símbolos que no eran auténticos.

Según Bresson, el fotógrafo toma su fotografía con un ojo muy abierto que observa al mundo a través del visor de su cámara, mientras que el otro ojo, cerrado, mira al interior de su propia alma. Martínez y Omaña, opinan que vivimos en la era de la imagen, ya que la publicidad y los “mass media” proclaman el auge de una cultura visual. La estructura del mundo actual se fundamenta en lo que podemos ver. “Sólo lo que se puede ver, existe “premisa de nuestro materialismo. Según Lezama, la imagen es la realidad del mundo invisible. El artista trabaja con las posibilidades de esa realidad, con la forma de un cuerpo que va acaeciendo, como un diálogo entre la obra y el mundo. Tal vez tengan razón quienes se han arriesgado a relacionar la función de ficción del retrato con el mito, ya que ambos profetizan la realidad, la descubren y la reinventan en la imagen. Hay fantasía y también ocultamiento de lo real (5). La percepción visual es, en sí misma, inteligente: automáticamente, selecciona, organiza, completa, jerarquiza y discrimina todo lo que observa. El orden interno de las imágenes, se expresa visualmente a través del color, la forma y, la textura entre otros atributos. Asimismo, lo visual afecta directamente el “inconsciente”, estimula nuestra memoria visual activando las referencias emocionales y sensoriales.

Por todas estas opiniones, es importante hacer un análisis hermenéutico de los retratos del Beato José Gregorio Hernández y su relación con el proceso científico venezolano y artístico del siglo XIX. Es indiscutible, tomar en cuenta los elementos específicos de la cultura nacional donde se han formado tanto el observador como el autor del retrato.

El análisis hermenéutico profundo de sus retratos se realiza tomando en cuenta los aspectos socio-históricos, institucionales y contextuales con las formas simbólicas e iconográficas expuestos para comprender el sentido de los mismos (6).

Objetivos y Metodología:

El objetivo principal de este ensayo, es hacer un análisis hermenéutico de los elementos que se exhiben en los retratos y en algunas obras artísticas realizadas en honor al beato José Gregorio Hernández Cisneros.

Los objetivos específicos de este análisis fundamentalmente, son:

  1. Describir el mensaje real que representan los elementos físicos expuestos en los retratos del Beato, basado en la comprensión y explicación de los mismos.
  2. Señalar los símbolos que aparecen en los retratos de José Gregorio y comprobar si corresponden a la verdad lógica de la época.
  3. Describir el mensaje espiritual que sugieren los rasgos que tenía el beato en el desempeño de su vida exhibidos en los retratos y obras.
  4. Señalar las diferentes corrientes artísticas exhibidas por los artistas en los retratos del Dr. Hernández, para acentuar el simbolismo y la subjetividad de sus obras.

Para la realización de este ensayo se utilizó la metodología heurística, es decir, la búsqueda de fuentes documentales, apoyo a la investigación y análisis de los argumentos expuestos.

Desarrollo.

Los retratos. Definición y clasificación.

El retrato ha sido uno de los géneros artísticos más utilizado antes que la fotografía.

No es un solo registro de los aspectos antropomórficos de una persona o de una escena compuesta por varios seres y objetos, sino que también comprende muchos elementos estéticos y semánticos. Por estas razones, su interpretación, es muy compleja, como lo han considerado muchos autores.

Un retrato es una pintura, imagen, dibujo, fotografía o escultura que refleja la figura de una persona, o podríamos decir, que es la representación directa de una persona, de sus rasgos faciales y corporales realizados con diferentes métodos. El retrato es una de las formas más universales y perdurables de arte que se remontan a las civilizaciones antiguas de Fenicia, Siria, Mesopotamia, Egipto, La India, China, Grecia y Roma.

Para algunos investigadores, el retrato debe ser la representación humana de la apariencia física (cuerpo humano) y de sus características sicològicas (alma y espíritu). Igualmente, debe comunicar las pruebas de la presencia y las manifestaciones de la esencia de la persona representada. Cada tipo de retrato refleja algo diferente y muestra opiniones e ideas en el silencio. Estos retratos que exponen los rasgos corporales, muchas veces distorsionan la verdadera imagen del modelo. En cierto modo, el retrato es una forma de comunicación entre el autor, el representado y el público en general (7). Para los creyentes católicos, la imagen del Dr. José Gregorio Hernández está dotada de un poder misericordioso y de sanación, así como el de una protección divina concreta y superior, celeste en conexión con Dios, Uno y Trino.

Los retratos simbólicos realizados por nuestros artistas no siempre pretendieron destacar una visión fidedigna del modelo, sino de mantener un significado oculto, entre luces, sombras, el consciente y el inconsciente. Por esta consideración queda en entredicho, la coherencia de la mayoría de los simbolismos en estos retratos. Desde el siglo XV, la nota esencial del retrato es la representación fiel o mímesis / imitación del sujeto retratado quien representa a un individuo único, sin importar su tiempo, lugar o circunstancia. La representación se refiere a un individuo especifico y reconocible (8).

Los retratos según su formalidad y su contenido se clasifican en varios tipos tales como: retratos formales, retratos informales, retratos documentales etc. (9)

La fotografía como inspiración para las obras artísticas sobre el beato José Gregorio Hernández.

La fotografía muestra la dialéctica de la visibilidad e invisibilidad de la historia, es decir, se logra ver lo vivido que aparece y también, lo invisible. En el caso de las obras artísticas realizadas sobre el Beato José Gregorio, la fotografía tuvo un impacto decisivo en la historia de su retrato. La mayoría de los retratos, se basan en los rasgos físicos del beato, así como de su vestimenta, plasmados en las formas originarias de la fotografía o daguerrotipo. Por ejemplo, una de las fotografías del beato, en Paris en 1890, es de ese tipo, implementado desde 1853 en esa ciudad francesa. La fotografía tomada por el doctor Hernández dos años antes de fallecer, en New York, en 1917, es el modelo más utilizado por los artistas y aparece inclusive en su relicario. Sin embargo, es importante recordar que los autores de retratos, no pueden aspirar a un grado mayor de mímesis e iconicidad que la fotografía.

El retrato de José Gregorio Hernández de autor desconocido. Una pintura venezolana al margen del arte vanguardista, de la abstracción y el impresionismo.

El retrato más conocido y divulgado del Beato José Gregorio Hernández está representado en una pintura sin firma, lo que la hace anónima, como ocurría en la Edad Media. Sin embargo, en una de las estampas publicada se lee en idioma italiano: proprieva Riservata. Made in Italy. 127-Z El siervo de Dios Doctor José Gregorio Hernández Cisneros 1864-1919 zodiaco. El pintor desconocido, muestra en la figura del Dr. Hernández, la copia de la fotografía de New York mencionada anteriormente, en la cual plasmó de manera precisa su vestimenta impecable, su tradicional sombrero entre otros detalles. Es tal la minuciosidad de la obra que nos muestra también sus zapatos lustrados y brillantes. Freddy Torrealba, nos hace una descripción detallada de la obra, donde se presenta al Dr. José Gregorio Hernández como el médico de pie, delante de un moribundo atendido por una enfermera en un campo que, por las características de las montañas, corresponde a una región andina identificada en la fotografía como Isnotù. Por el aspecto del enfermo, se trata de un pobre hombre, a quien se atiende en su ambiente natural. Según Torrealba, el pintor, quizás proviene de las escuelas del paisajismo y la figuración que prevalecía en Venezuela antes de los años 50. Es sin duda una creación artística bien lograda de la primera mitad del siglo XX. El cuadro se titula:” Novena a José Gregorio Hernández”, lo que indirectamente nos indica el marcado espíritu religioso del pintor o de las personas que encargaron el retrato pintado al óleo o que tomaron este retrato para la página frontal de la novena. Para, Torrealba, el cuadro reúne: dolor, afecto, drama, fe, trabajo, mística profesional, meditación misticismo y naturaleza (10). Figura 1.

Figura 1. Oleo anónimo que representa la función médica del Dr. José Gregorio Henández con los pobres. La figura del beato se basó en la fotografía original realziada en New York en 1917.
Figura 1. Oleo anónimo que representa la función médica del Dr. José Gregorio Henández con los pobres. La figura del beato se basó en la fotografía original realziada en New York en 1917.

Retrato y obras formales.

El retrato “formal”, no es cualquier representación espontánea de las posturas, expresiones y sobre todo de la mirada de un sujeto. En el retrato formal, el artista hace un pacto con el modelo, de tal manera que la representación es genuina. En el caso del retrato del Dr. José Gregorio Hernández realizado por Guillermo Locatelli, se dan estas condiciones, excepto, que no se hizo en presencia del beato. Este retrato fue realizado por el pintor mencionado, bajo la dirección del sobrino del beato, el Dr. Temístocles Carvallo, quien más que nadie podía indicar las características del modelo, por haber vivido con él desde su adolescencia. Este tipo de retrato es también considerado como un “retrato fotográfico” y en el caso de José Gregorio, se captó su imagen genuina reflejando su estado espiritual e intelectual, en ese momento de su vida, como lo expresó otro de sus sobrinos. Según Marcel Carvallo Ganteaume ese óleo expresa las características de su tío: figura del gran señor que, ha logrado el pleno desarrollo de sus facultades intelectuales y de sus virtudes morales (11) Figura 2.

Figura 2. el Dr. José Gregorio Henández. Pintura al óleao realizada por el pintor Guillermo Locatelli bajo la dirección del Dr. Tomísclotes Carvallo Hernández, sobrino del beato.
Figura 2. el Dr. José Gregorio Henández. Pintura al óleao realizada por el pintor Guillermo Locatelli bajo la dirección del Dr. Tomísclotes Carvallo Hernández, sobrino del beato.

Basado en estos principios, el reconocido biógrafo del beato, Alfredo Gómez denunció la publicación de una foto inédita del Beato y pone como ejemplo de foto genuina, la descrita anteriormente. Este biógrafo relata textualmente: “Está circulando por internet una supuesta foto inédita del Beato Doctor José Gregorio Hernández, se pudo comprobar después que esa foto era una modificación de una foto falsa que fue presentada en junio del año 2003. Me gustaría citar una obra de arte de una imagen de nuestro Beato, realizada por el artista Guillermo Locatelli y que aparece en la portada del libro titulado: “José Gregorio Hernández Obras Completas” del año 1968, escrito por el Dr. Fermín Vélez Boza. Lo particular de este retrato, obra pintada al óleo, es que para su ejecución fue realizada bajo inspección y dirección de su sobrino; el Dr. Temístocles Carvallo Hernández, es decir lo que se conoce hoy como un “retrato hablado”. Por lo antes expuesto, podemos afirmar que el margen de error de dicha obra en cuanto a su parecido es bajo y lo que podríamos decir que allí estaría plasmada su verdadera imagen” (12). Figuras 3.

Figura 3. Carátula del libro José Gregorio Henández OBRAS completas. Autor Dr. Fermín Vélez Boza. Foto falsa del beato José Gregorio modificada (Alfredo González)(12)
Figura 3. Carátula del libro "José Gregorio Henández" OBRAS completas. Autor Dr. Fermín Vélez Boza. Foto falsa del beato José Gregorio modificada (Alfredo González)(12)

Retratos informales.

Todos los demás retratos del Beato José Gregorio, son informales, caracterizados por una auténtica espontaneidad, donde el autor deseaba captar las emociones y su personalidad de una forma natural cuando estaba ejecutando una actividad, por ejemplo, asistir a un enfermo o estar en camino de atenderlo. En todos estos retratos, el modelo no estuvo presente y se da paso a la nueva estética: la estética “de la repetición”, actitud propia del posmodernismo o de la fase de declive de la creatividad artística. Los retratos informales o caricaturas del Beato Dr. José Gregorio Hernández generalmente, se acompañan de un anunció acerca de un acontecimiento o de sus aspectos personales externos como, de la vestimenta del beato, constantemente repetida en las obras. Por ejemplo, el sombrero negro que el beato se ponía en New York, conjuntamente con un traje negro, es un elemento figurativo, que aparece en muchos retratos y que es simbólico de la presencia física del personaje como squiere indicar, por ejemplo, en los relicarios. Figura 4.

Figura 4. Ejemplos de retratos informales del Beato José Gregorio Henández. Fotografías de Google Venezuela.
Figura 4. Ejemplos de retratos informales del Beato José Gregorio Henández. Fotografías de Google Venezuela.

La mayoría de los retratos que observamos del Beato José Gregorio Hernández, son alegóricos, porque tienen como objetivo principal señalar las características más importantes de su personalidad. Figura 5.

Figura 5. Retratos alegóricos del beato José Gregorio Henández, destacada el retrato de José Gregorio Henández con la guacamaya mascota de la Copa América 2007 celebrada en Venezuela, representativa del país por los tres colores de la bandera nacional en el plumaje. Fotografías Google Venezuela.
Figura 5. Retratos alegóricos del beato José Gregorio Henández, destacada el retrato de José Gregorio Henández con la guacamaya mascota de la Copa América 2007 celebrada en Venezuela, representativa del país por los tres colores de la bandera nacional en el plumaje. Fotografías Google Venezuela.

Los autores desean, elogiar y, resaltar el modelo de un médico misericordioso, amante de los pobres, un santo buen patriota venezolano comparable con Santos médicos de otros países, y, un santo que es modelo para las futuras generaciones.

Retratos documentales

Los retratos documentales muestran la realidad como la captura de hechos naturales. Ejemplos de retratos documentales y formales, son los Iván Chariston Belsky, famoso pintor polaco-ucraniano-venezolano, residenciado en Mérida y fallecido en Canadá en el año 2003. En Mérida, Belsky, dejó un testimonio de su gran obra representada en muchos cuadros épicos y religiosos. Sus cuadros sobre la vida del doctor Hernández, están expuestos en Isnotù, donde el artista tuvo la intención de realizar una obra veraz y sincera sobre las actividades docentes, médicas y de varias vivencias religiosas e inclusive, la representación del accidente fatal del Beato. Figura 6.

Figura 6. Oleos del pintor Iván Belsky que documentan o muestran aspectos reales de la vida del beato José Gregorio Henández. Fotografías Google Venezuela.
Figura 6. Oleos del pintor Iván Belsky que documentan o muestran aspectos reales de la vida del beato José Gregorio Henández. Fotografías Google Venezuela.

Para realizar estas obras, este artista, se instruyó y adquirió un conocimiento exacto de los principales episodios de su vida, su estilo íntimo y personal y supo con paciencia plasmar estos sucesos reales y construirlos en el momento exacto que quería mostrar. Aplicó la hermenéutica al comprender y explicar, los acontecimientos más importantes que ocurrieron en la vida del Dr. Hernández. Sus cuadros pretenden captar la atención de los espectadores, para su divulgación con fines religiosos y didácticos, es decir, despertar la piedad y devoción de los fieles que los observan (13). Uno de los retratos documental, excepcional por su contenido, con símbolos “no repetitivos”, es una obra denominada” José Gregorio y las Bellas Artes”. Figura 7.

Figura 7. Obra intitulada José Gregario y las Bellas Artes, realizada por la Acuarelista Milagros Pérez Alonso, presentada en la Exposición Homenaje al Dr. José Gregario Hernández, humanista. médico y cristiano ejemplar, en los Espacios Culturales de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR) y en la III Exposición del Museo Sacro de Caracas.
Figura 7. Obra intitulada "José Gregario y las Bellas Artes", realizada por la Acuarelista Milagros Pérez Alonso, presentada en la Exposición "Homenaje al Dr. José Gregario Hernández, humanista. médico y cristiano ejemplar", en los Espacios Culturales de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR) y en la III Exposición del Museo Sacro de Caracas.

Es una acuarela que “está inspirada en una faceta poco conocida del Dr. José Gregorio Hernández, como el hombre sensible, culto, amante del arte como lo dijo su autora, la reconocida Acuarelista Milagros Pérez Alonso. En este caso, la artista se compenetró e interpretó la obra escrita por el Beato, “Elementos de Filosofía” en 1912, en la cual José Gregorio se refiere a las” bellas artes, las cuales tienen por objeto, la concepción realización de la belleza, pero en igualdad de la misma perfección…. la poesía, la música, la pintura, la escultura y la arquitectura”. Al igual que Iván Belsky, la autora de esta obra (retrato del beato y sus aficiones artísticas), se instruyó intensamente y asimiló el pensamiento y la sensibilidad del retratado y de sus realizaciones. Por ejemplo, la artista representó el violín que José Gregorio adquirió en la Feria Internacional de París en 1890. También realza la figura del piano, instrumento que José Gregorio aprendió a tocar, cuando, adolescente estaba internado en el Colegio Villegas y que posteriormente, adquirió para que, en sus escasos momentos libres, pudiera ejecutar las piezas favoritas que lo delectaban y las cuales, como una oración, y lo elevaban más a Dios. Muchas veces, tocaba en su casa antes de comenzar su consulta y los pacientes que lo esperaban también sentían la paz que confiere la belleza de Dios, expresada en la música (14). Esta obra se presentó en los Espacios culturales de la Universidad Experimental Simón Rodríguez (UNERSR) y en la III Exposición del Museo Sacro de Caracas organizado por el curador Orlando Campos y el director del Museo, Presbítero Eduardo Lairet.

Dr. José Gregorio Hernández y los microscopios fotónicos en los retratos.

El Dr. Rafael Caldera en su libro intitulado “Tres discursos sobre José Gregorio Hernández”, refiriéndose a las obras sobre el doctor José Gregorio Hernández escribió: “Si algún símbolo gráfico debería acompañar sus imágenes, debería escogerse un microscopio”. Si consideramos que uno de los eslóganes falsos más repetidos, reza: “José Gregorio Hernández trajo el primer microscopio, o trajo el primer gran microscopio a Venezuela”, es lógico admitir que, si hubiese sido la realidad, la sentencia del Dr. Caldera era lógica, ya que se trataba de un hecho de primera categoría que ameritaba el primer puesto en los retratos del Beato (15). Figura 8.

Figura 8. En estos dos afiches, se asegura (ver indicaciones en rojo), que el Dr. Hernández trajo e introdujo el primer microscopio en Venezuela. Libro del Dr. Rafael Caldera intitulado Tres discursos sobre José Gregario Hernández, donde se expone que el supuesto primer microscopio fue introducido por José Gregario Hernández. Fotografías de Google Venezuela.
Figura 8. En estos dos afiches, se asegura (ver indicaciones en rojo), que el Dr. Hernández trajo e introdujo el primer microscopio en Venezuela. Libro del Dr. Rafael Caldera intitulado "Tres discursos sobre José Gregario Hernández", donde se expone que el supuesto primer microscopio fue introducido por José Gregario Hernández. Fotografías de Google Venezuela.

Sin embargo, esta afirmación es la sentencia más representativa de lo que es una” falacia”, es decir, un engaño, implantado en la mente de los venezolanos. Si se considera como “mito” a un relato, o narración tradicional que refiere la actuación memorable y ejemplar de uno o varios personajes extraordinarios, en un tiempo prestigioso y lejano”, en nuestro mito, el personaje que realizó una actuación memorable y ejemplar” fue el Beato José Gregorio Hernández. Ese mito “del primer microscopio” es contrario a una realidad histórica, cuando se somete a una comprobación formal. La verificación mediante la exploración documental metódica indica que José Gregorio, no trajo el primer microscopio a nuestro país”. En este caso se cumplía la sentencia de Joseph Goebbels, el asesino nazi: “una mentira repetida mil veces, se convierte en una verdad” (16).

Las únicas acciones memorables, ejemplares que realizó el beato José Gregorio Hernández en Venezuela, fueron: fundar el primer laboratorio de Técnica histológica, Histología normal, Histología patológica, Bacteriología, Fisiología Experimental y Embriología, traer los cinco primeros microtomos y el primer tensiómetro a Venezuela.

Fue el Dr. Fermín Vélez-Boza, profesor universitario, médico y acucioso biógrafo del Dr. Hernández, quien desde 1981, desmontó el “mito del primer microscopio” repetidos miles de veces por catedráticos, maestros, hombres y mujeres de todos los oficios y condiciones en: conferencias, carteleras, ensayos, artículos históricos, en la prensa, entre muchos medios de comunicación como entrevistas, presentaciones etc. En su excelente trabajo histórico, Vélez afirmaba que el primer microscopio compuesto fue traído a Cumaná en 1799, por los científicos Alejandro de Humboldt y Aimé Jacques Alexandre Goujau llamado Bonpland, durante su viaje a las regiones equinocciales del nuevo continente. Después de estos exploradores, Vélez-Boza menciona, que el investigador Luis Daniel Beauperthuy, natural de la isla de Guadalupe, radicado en Cumaná, poseía un moderno microscopio acromático de Vincent Chevalier (1839, París), el cual utilizó para sus investigaciones descubriendo el agente causal de la fiebre amarilla el mosquito Aedes aegyti, antes que el Dr. Juan Carlos Finlay. También, el Dr. José María Vargas poseía un microscopio de Gooddingston con varios lentes (no acromáticos).

Pocos años después, en 1842, Vargas hizo traer de Francia para el Gabinete de Física Experimental, el primer microscopio de Amici con objetivos acromáticos y tres oculares y demás accesorios. A su muerte, estos microscopios pasaron a ser propiedad de la Universidad en 1854, por esta razón el Dr. Vargas se considera como otro de los precursores de la “Microscopia aplicada a la biología “y, sobre todo a la medicina. En el siglo XIX, otros profesores de la Universidad Central, poseyeron microscopios, los Dres.: Manuel Vicente Díaz suegro de Luis Razetti, Adolfo Ernst, Manuel María Ponte, Vicente Marcano, Guillermo Morales, Calixto González yRafael López Baralt en Maracaibo, quien trajo el primer microscopio binocular para el anfiteatro anatómico del Hospital Chiquinquirá y en el Instituto Pasteur de Maracaibo (17).

Posteriormente, el también profesor universitario de renombre, Tulio Arends reveló que el primer microscopio llegó a Venezuela con la Expedición de Límites de don José de Iturriaga y Aguirre en 1754, en la cual venía, Pehr (Peter/Pedro) Loefling, un botánico sueco. Se trataba de la primera expedición botánica financiada por España en América del sur. Loefling traía consigo, además de los imprescindibles textos de botánica, un microscopio (el primero introducido en Venezuela), un termómetro, una balanza hidrostática y otros instrumentos facilitados por la Academia de Ciencias de su país. Venía acompañado de dos dibujantes y dos médicos (18-21). Figura 9.

Figura 9. lmagen de Pehr Loefling que se encuentra en la pared del Colegio que lleva su nombre, en Puerto Ordaz, Ciudad Guayana, Bolívar, está basada en la idea de cómo pudo haber sido el aspecto del sabio botánico. Según una testamentaria de Loefling, este era el tipo de vestimenta que poseía entre sus pertenencias, al fallecer. Portada del libro escrito por él en Venezuela. Microscopio de Cuffy y microscopio acuático de John Ellis. Estampilla y Efigie del botánico que figura en la Placa en honor a Perh Loefling, en el Puerto de Santa María, España. Fotografías de Google Venezuela.
Figura 9. lmagen de Pehr Loefling que se encuentra en la pared del Colegio que lleva su nombre, en Puerto Ordaz, Ciudad Guayana, Bolívar, está basada en la idea de cómo pudo haber sido el aspecto del sabio botánico. Según una testamentaria de Loefling, este era el tipo de vestimenta que poseía entre sus pertenencias, al fallecer. Portada del libro escrito por él en Venezuela. Microscopio de Cuffy y microscopio acuático de John Ellis. Estampilla y Efigie del botánico que figura en la Placa en honor a Perh Loefling, en el Puerto de Santa María, España. Fotografías de Google Venezuela.

En varios trabajos consultados, no existe una descripción acerca del tipo de microscopio que el usaba. Sin embargo, como Loefling era discípulo de Carl von Linneo (Linnaeus), el pionero de la taxonomía de la centuria del 18th, suponemos que su discípulo, utilizó el mismo tipo de microscopio. El modelo diseñado por John Cuff, londinense, fue el tipo de microscopio utilizado por Linneo, modelo derivado del microscopio diseñado por Edward Culpeper en 1734. Ese microscopio era simple, poseía un vidrio reloj el cual contenía el espécimen a estudiar, en agua. El vidrio descansaba en una plataforma circular y la lente se colocaba en foco con un brazo transversal. El microscopio de John Ellis, fue también mencionado como instrumento de Linneo, era una copia simplificada del microscopio de Trembley-Cuff. Peter Loeffler, falleció por haber contraído malaria, con apenas 27 años de edad, en la Misión de San Antonio de Caroní, a orillas del río Caroní, Guayana, no sin haber descrito sus hallazgos sobre la flora del país. Fue enterrado al pie de un naranjo junto a la iglesia en la Misión de Santa Eulalia de Merecuri. Aparentemente no existe ningún retrato confirmado de Pedro Loefling o Pehr Loefling.

Algo más sobre los microscopios en Venezuela. Características de los cuatro microscopios traídos a Venezuela por el Dr. Hernández.

Según los biógrafos médicos y profesores universitarios, Dres. Fermín Vélez-Boza, Miguel Yàber y Antonio Sanabria, el Dr. Hernández, trajo cuatro (n=4) microscopios manufacturados en la fábrica alemana Zeiss, de Gena (Alemania). Mediante un análisis heurístico acerca de la manufactura de los microscopios de la casa Zeiss mencionada y de la evolución de los modelos fabricados, pudimos deducir que el modelo de los microscopios que trajo el Dr. Hernández era: Carl Zeiss, Jena Stativ VI a. (Estativo VI a.), el cual salió al comercio en 1890. Los microscopios eran verticales, monoculares, con óptica según los cálculos de Ernst Abbe. Dos de estos microscopios estaban provistos de campanas de vidrio para su almacenamiento. Los microscopios no poseían un revolver de intercambio de objetivos, es decir estaban provistos de un solo objetivo, con aumento diferente para cada microscopio, de tal manera, que cada vez que se iba a cambiar de aumento, había que colocar un nuevo objetivo o usar otro microscopio. El objetivo de mayor aumento, era de inmersión; el Dr. Hernández usaba el aceite de cedro para estos lentes y trajo dos frascos de este material. Además, todos los microscopios poseían un condensador que permitía iluminar y controlar correctamente el brillo de la preparación, evitar la dispersión de la luz y un diafragma debajo de la plataforma. La iluminación se hacía por reflexión, ya que poseían un espejo que recogía la luz natural o artificial y la desviaba hacia la preparación. En relación a los aumentos de los microscopios, no existe un consenso, entre los biógrafos del doctor Hernández. No hay datos sobre la resolución de los mismos ni sobre los aumentos de los objetivos y oculares por separado. Figura 10.

Figura 10. Fotografías de los microscopios Zeiss y objetivos apocromáticos que representan los cuatro microscopios que trajo el Dr. José Gregario Hernández, para establecer el primer laboratorio científico en Venezuela. Se señala los aumentos de los microscopios indicados en la lista oficial de instrumentos que adquirido en París en 1891. Además, trajo dos cámaras: una clara y otra húmeda y, un aparato para tomar microfotografías. Memoria de Instrucción Pública. l. pág. 416. Caracas, 1892 Separata Rev Ven San Asís Soc. 1977; XLII (3-4): 424-425
Figura 10. Fotografías de los microscopios Zeiss y objetivos apocromáticos que representan los cuatro microscopios que trajo el Dr. José Gregario Hernández, para establecer el primer laboratorio científico en Venezuela. Se señala los aumentos de los microscopios indicados en la lista oficial de instrumentos que adquirido en París en 1891. Además, trajo dos cámaras: una clara y otra húmeda y, un aparato para tomar microfotografías.
Memoria de Instrucción Pública. l. pág. 416. Caracas, 1892 Separata Rev Ven San Asís Soc. 1977; XLII (3-4): 424-425

Según el Dr. Antonio Sanabria, eran cuatro microscopios, tres de ellos con 1500X, y uno, con 1250X aumentos. De acuerdo con las descripciones del Dr. Fermín Vélez-Boza, los microscopios tenían un solo objetivo y un ocular Leitz, con aumentos que iban desde 420X hasta 1500X diámetros. En la lista del inventario oficial de instrumentos y libros que constaba en el laboratorio adquirido por el Dr. Hernández, se comprueba que los cuatro microscopios tenían cada uno, un aumento diferente: de 420X, 865X, 1250X y 1500X. (22,23).

Como se explicó anteriormente, cada microscopio era portador de un solo objetivo y por lo tanto no poseía revólver como lo exhibe el microscopio que se exhibe en la Iglesia La Candelaria y como se representan en los microscopios fotografiados en algunos textos. De tal manera que el modelo de microscopio que se consideraba o aún, que se presenta por la “vox populi”, como el primero en Venezuela traído por el Dr. Hernández, no corresponde a ninguno de los cuatro aparatos que trajo el Beato para su laboratorio. Figura 11.

Figura 11. A. Imagen del microscopio del Dr. José Gregario Hernández representado en el libro escrito por el Dr. Caldera (15). Véase que no corresponde al modelo de microscopio Zeiss que trajo el beato. Obsérvese que posee un revolver con dos objetivos. B. El microscopio que se presenta como el microscopio que trajo el Dr. Hernández. Igual que el microscopio A, posee revolver. C. Modelo de los microscopios Zeiss que trajo el Dr. Hernández para su laboratorio. No posee revolver sino un solo objetivo. D. Custodia que contiene la reliquia del Dr. José Gregario Hernández. El microscopio que soporta el sombrero es el modelo correcto: con un solo objetivo.
Figura 11. A. Imagen del microscopio del Dr. José Gregario Hernández representado en el libro escrito por el "Dr. Caldera (15). Véase que no corresponde al modelo de microscopio Zeiss que trajo el beato. Obsérvese que posee un revolver con dos objetivos. B. El microscopio que se presenta como el microscopio que trajo el Dr. Hernández. Igual que el microscopio A, posee revolver. C. Modelo de los microscopios Zeiss que trajo el Dr. Hernández para su laboratorio. No posee revolver sino un solo objetivo. D. Custodia que contiene la reliquia del Dr. José Gregario Hernández. El microscopio que soporta el sombrero es el modelo correcto: con un solo objetivo.

La importancia del modelo moderno de microscopios que introdujo José Gregorio Hernández en Venezuela.

La importancia que tenían los microscopios que introdujo José Gregorio Hernández en Venezuela, era que poseían los objetivos más modernos que se habían fabricados hasta entonces: los objetivos apocromáticos. Por esta razón, se considera que fue una de las adquisiciones más importantes para la ciencia en nuestro país, ya que los microscopios existentes en ese momento, poseían objetivos acromáticos. Esta característica es la que les dio una primacía a los microscopios adquiridos por el Beato. Históricamente, este modelo de microscopio no podía ser fabricado antes del período 1878 -1886, porque en ese período de tiempo, fue cuando Ernst Abbe introdujo los cambios más importantes en la fabricación de los lentes objetivos. En 1878, este físico, fundamentó el sistema de inmersión homogénea y utiliza por primera vez, el aceite concentrado de cedro, el cual se usa hasta nuestros días, eliminando la luz por reflexión y la aberración esférica logrando un poder de resolución de una micra con magnificaciones de hasta 1200 diámetros. El maestro Abbe en colaboración con las casas Schott y Zeiss, pudo construir los mejores objetivos que existían en el mundo. En 1886, Zeiss introdujo en el comercio, los modelos de microscopios con los lentes apocromáticos (APO), de tal manera que los microscopios que trajo el Dr. Hernández, eran lo último elaborado con avance tecnológico en la microscopia.

Consideramos que otro insumo importante que trajo el Dr. Hernández y que era de lo más avanzado para esa época, fue un aparato o una cámara para tomar microfotografías, marca Leitz y un objetivo micrómetro. Además, para el examen microscópico de algunas muestras, trajo cinco cámaras húmedas de Ranvier y 5 de Malassez y un hematoscopio. También con el equipo, trajo una cámara clara para dibujar las muestras histológicas.

Semiotecnia. Instrumentos y métodos médicos que utilizó el beato José Gregorio Hernández: sus símbolos en los retratos.

Presencia del estetoscopio y maletín médico en los retratos del Beato José Gregorio Hernández.

Es muy frecuente encontrar en muchos retratos del beato José Gregorio Hernández, el estetoscopio como un instrumento de examen médico, para la auscultación no solo del corazón sino de otros órganos. Inclusive la obra maestra develada y presentada el día de la beatificación del doctor Hernández, luce un estetoscopio. Esta obra monumental de 3 metros de alto x 2,2 metros de ancho, fue elaborada por el artista larense Luis Enrique Mogollón, durante tres meses para ensamblar 3200 piezas de cerámica, vidrio y espejos, traídas del extranjero. Este retrato fue creado, desde el año 2019, por el mencionado autor devoto del beato después de una experiencia de dos curaciones en familiares. Figura 12.

Figura 12. Retratos del beato José Gregario Hernández con el estetoscopio que nunca el beato usó en la realidad. Fotografías de Google Venezuela.
Figura 12. Retratos del beato José Gregario Hernández con el estetoscopio que nunca el beato usó en la realidad. Fotografías de Google Venezuela.
Como fue expresado anteriormente, existen en los retratos, símbolos, que tienen como finalidad resaltar la profesión médica del beato, pero que no fueron realmente utilizados por él, y por lo tanto no son símbolos auténticos y el estetoscopio es uno de ellos. Esta aseveración se basa en los testimonios de sus biógrafos médicos, conocidos galenos, profesores universitarios de gran credibilidad y de sus familiares. La realidad es que, en su ejercicio profesional en Caracas, nunca usó maletín ni estetoscopio (auscultaba directamente colocando un pañuelo sobre la piel), no se sentaba mientras veía a sus pacientes y escribía el récipe de pie. El Dr. Hernández, prefería la auscultación directa como lo hacían aún, muchos clínicos antiguos. En varias biografías, se menciona que el Dr. Hernández usaba el termómetro y un reloj (de faltriquera), para medir las pulsaciones. También, el Dr. Hernández, usaba la percusión inventada por el médico austriaco Leopoldo von Auenbrugger en 1761, descrita en su obra “Inventum novum”, la cual se puso a valer cuando Jean Nicolas Corvisart, tradujo esta obra del latín al francés en 1808. Figura 13.
Figura 13. Representación del beato José Gregario Hernández, en su función de médico con maletín y estetoscopio, los cuales nunca usó. En el capítulo Rasgos peculiares de la personalidad de José Gregario, Anécdotas, se presenta al beato examinando un paciente y se destaca el uso del reloj de faltriquera que usaba. El Dr. José Gregario Hernández auscultaba directamente como se observa en una pintura que data de 1889. (Luis Jiménez Aranda, Museo del Prado). El Dr. Hernández también usaba la percusión en su examen físico. Termómetros y oftalmoscopio tipo Helmholtz, del siglo XIX, cuyos modelos probablemente era de los que utilizaba José Gregario Hernández. Fotografías Google France y Venezuela.
Figura 13. Representación del beato José Gregario Hernández, en su función de médico con maletín y estetoscopio, los cuales nunca usó. En el capítulo" Rasgos peculiares de la personalidad de José Gregario, Anécdotas, se presenta al beato examinando un paciente y se destaca el uso del reloj de faltriquera que usaba. El Dr. José Gregario Hernández auscultaba directamente como se observa en una pintura que data de 1889. (Luis Jiménez Aranda, Museo del Prado). El Dr. Hernández también usaba la percusión en su examen físico. Termómetros y oftalmoscopio tipo Helmholtz, del siglo XIX, cuyos modelos probablemente era de los que utilizaba José Gregario Hernández. Fotografías Google France y Venezuela.

La manera de como el Dr. Von Auenbrugger, inventó ese método de examen físico, es anecdótica; la idea surgió en su juventud, cuando, veía a su padre darles golpecitos a los barriles de vino para saber cuán llenos estaban. Cuando ejercía medicina en Viena, se le ocurrió hacer lo mismo: ponía sus manos en el pecho del paciente y luego daba golpecitos con un dedo para sentir o escuchar las vibraciones. De esta manera se daba cuenta si el pulmón estaba lleno de aire o lleno de líquido en los casos patológicos. El Dr. Antonio Sanabria, catedrático importante, profesor titular de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela, y también, el eminente profesor de la Facultad de Medicina, exdecano, Dr. Miguel Yàber escribieron:” Ernesto Hernández Briceño, sobrino del beato narraba el ejercicio médico de su tío de esta manera;” José Gregorio nunca usó maletín de médico en sus visitas a los enfermos ricos o pobres, ni para las clases. Sólo usaba el termómetro para tomar la fiebre al enfermo y el reloj para medir el tiempo. En las auscultaciones no usaba ningún aparato, pedía un pañuelo de seda que colocaba en la parte que iba a auscultar y aplicaba directamente el oído. Otras veces sobre el pañuelo colocaba juntos los dedos medio e índice del mano izquierdo y con el dedo medio de la mano derecha, golpeaba ligera y suavemente sobre la parte afectada. José Gregorio permanecía de pie en sus visitas médicas; escribía las fórmulas siempre de pie, en papel sin membrete, de pequeños bloques que compraba por docenas. A veces mientras escribía las fórmulas pasaba una de las piernas por delante de la otra formando tijeretas”. “De las ocho a las once y cuarenta y cinco minutos de la mañana, José Gregorio practicaba la visita domiciliaria de los enfermos pobres o ricos diseminados en la ciudad, primero la de los que estuvieran graves, a los que visitaba de día o de noche, y tantas veces como fuera necesario conforme lo requería el estado del paciente”. Este hecho lo atestiguaba su discípulo y preparador el doctor Martín Vegas, por él asistido durante un grave ataque de fiebre tifoidea, como otros que fueron también pacientes” (24,25).

Según el Dr. Sanabria, el doctor Hernández contribuyó al desarrollo de la Semiotecnia en Venezuela. Recién graduado de médico, en Isnotù (diciembre de 1888) y en otros pueblos andinos, aprendió el manejo del laringoscopio, el esfigmomanómetro, el oftalmoscopio y el examen otológico, aunque auscultaba sin estetoscopio. Decía: “He tratado de hacer un examen oftalmoscópico, pero como para esto se necesita hacer la dilatación previa de la pupilar y además un alumbrado perfecto, pienso dejarlo para después, cuando me dedique a repasar las enfermedades del oído y del ojo…Porque estoy convencido de que para la práctica lo que uno necesita saber es como se examinan los diversos órganos. Respecto al uso del laringoscopio el Beato se expresaba: “... ahora estoy dedicado a estudiar el laringoscopio, y, después de muchos ensayos infructuosos por fin logré ver las cuerdas vocales superiores e inferiores justamente con la epiglotis… es un órgano sumamente curioso, hay momentos en que uno cree que tiene voluntad y hasta caprichos, de tal modo el reflejo que la vivifica es poderoso. ..Pienso estudiar mucho esto.. he tenido la fortuna de encontrar que uno de mis hermanos, Benjamín, tiene tan poco sensible la faringe que tolera durante largo rato el espejo dentro de la boca, solamente le perturba la risa que le produce verme con mis anteojos puestos los del laringoscopio y eso aumenta la sensibilidad o, mejor dicho, la irritabilidad propia de la epiglotis (26).

Víctor Bravo en su novela, dos vidas, gráficamente nos describe:” Gregorio tenía ya tres años que había regresado de Europa y a la par que organizaba el laboratorio de Bacteriología en la Universidad e inauguraba su flamante cátedra de Histología, había empezado a traer a Caracas a sus hermanos y sobrinos para que estudiaran. Había arreglado un amplio salón de su casa como clínica y había colocado a la salida un bolsón, colgando y allí, los pacientes podían tirar las monedas que quisiera o simulaban que las tiraban como se dio cuenta, Isolina, su hermana”. “Era de admirar a ese hombre de negro caminando con prisa por la ciudad en busca de la dirección de un paciente; a pie, pues se resistía a montarse en algún vehículo. Llegaba y atendía al paciente de pie; sacaba un fino pañuelo y dándole pequeños golpes en la espalda al paciente ponía el pañuelo cerca de su oído y èste cerca del corazón del enfermo y escuchaba por unos segundos. Escribía de pie la receta, recibía los cinco bolívares de consulta y se despedía, apresurado, en busca de la dirección de otro paciente. A veces llegaba a la botica de Altagracia, que regentaba José Benigno, su hermano donde le atendía recetas de algunos de sus pacientes que no tenían recursos y él compraba el medicamento y se los llevaba” (27).

En un aparte denominado “El médico de los pobres”, su sobrino Marcel Carvallo explica: “nunca tuvo una clínica particular, ni consultorio privado en sociedad con otro y otros médicos. Recibía a sus pacientes, ricos o pobres en la sala o la antesala de la casa que habitó”. Siempre atendió a sus pacientes en el hospital Vargas, en el asilo de los huérfanos, en el asilo “La Providencia de las hermanitas de los pobres o en Asilo de Niños pobres del padre Mariano Parra (28). El Dr. José Gregorio Hernández también asistió gratuitamente a los pacientes del Sanatorio antituberculoso, el primero de este género del país, fundado por el Dr. Andrés Herrera Vegas. Merece hacer un aparte para relatar algunos aspectos de este héroe de la medicina nacional. El Dr. Herrera, fue fundador de la Liga Venezolana contra la Tuberculosis en el año 1905 y Director de Higiene y Estadística Demográfica. En 1914, funda el primer Sanatorio Antituberculoso en Venezuela, costeado por el mismo. En primera instancia, quiso instalar su sanatorio en el parque de “Los Chorros” en Caracas, pero hubo oposición a este proyecto, de tal manera que lo ubicó en Guaracarumbo, ubicado en un claro de la montaña de la Costa como lo menciona el historiador Alegría. Este sanatorio tenía la ventaja de estar situado cerca del tren que unía a Caracas con la Guaira. El Sanatorio no solo atendía a personas sin recursos, sino que tenía una dependencia para pacientes con posibilidades económicas mayores, de tal manera, que con sus aportaciones se pagaban los gastos de este hospitalito. También los ingresos de la Liga antituberculosa, financiaban el funcionamiento del dispensario antituberculoso de Caracas y el Sanatorio de Guaracarumbo. En estas dependencias se atendieron hermanitas de los pobres o en Asilo de Niños pobres del padre Mariano Parra (28). El Dr. José Gregorio Hernández también asistió gratuitamente a los pacientes del Sanatorio antituberculoso, el primero de este género del país, fundado por el Dr. Andrés Herrera Vegas. Merece hacer un aparte para relatar algunos aspectos de este héroe de la medicina nacional. El Dr. Herrera, fue fundador de la Liga Venezolana contra la Tuberculosis en el año 1905 y Director de Higiene y Estadística Demográfica. En 1914, funda el primer Sanatorio Antituberculoso en Venezuela, costeado por el mismo. En primera instancia, quiso instalar su sanatorio en el parque de “Los Chorros” en Caracas, pero hubo oposición a este proyecto, de tal manera que lo ubicó en Guaracarumbo, ubicado en un claro de la montaña de la Costa como lo menciona el historiador Alegría. Este sanatorio tenía la ventaja de estar situado cerca del tren que unía a Caracas con la Guaira. El Sanatorio no solo atendía a personas sin recursos, sino que tenía una dependencia para pacientes con posibilidades económicas mayores, de tal manera, que con sus aportaciones se pagaban los gastos de este hospitalito. También los ingresos de la Liga antituberculosa, financiaban el funcionamiento del dispensario antituberculoso de Caracas y el Sanatorio de Guaracarumbo. En estas dependencias se atendieron

El Dr. Temístocles Carvallo, sobrino de José Gregorio Hernández escribió sobre su tío: “De simpático y distinguido talante, sabía acercarse al lecho del paciente, y en postura casi humilde, de ordinario con los brazos cruzados sobre su pecho, escuchaba la historia, escudriñando con mirada viva y penetrante cuanto merecía tenerse en cuenta”.

Breve historia del estetoscopio. José Gregorio Hernández y el estetoscopio.

Los análisis impresionistas de imágenes en Internet, demostraron que el estetoscopio hoy en día siempre está asociada al médico: sea hombre o mujer. Simboliza generalmente el diagnóstico `pero no indica “una autoridad en medicina”. Cuando el joven José Gregorio Hernández se graduó de Doctor en Medicina, en 1888, presentó dos disertaciones (Tesis), una de las cuales trataba de la doctrina de Laennec, sobre la unidad de las lesiones tuberculosas. Estamos seguros de que José Gregorio, uno de los alumnos más destacado de su promoción e ilustrado en materia médica actualizada, conocía el hecho de que René Teòphile Hyacinte Laennec, había sido el inventor del estetoscopio muchos años antes en 1819, en París. Laennec fue el inventor del estetoscopio (stethos: pecho; skopein: mirar), cuando casualmente ideó aumentar su poder auditivo con una hoja de papel enrollada en forma de cilindro, para aplicarla sobre el tórax del enfermo en la parte más estrecha y oír los ruidos por el otro extremo de tubo de papel. Laennec denominó a su primitivo instrumento como el “cilindro”. Después de muchos ensayos, Laennec, publicó su trabajo” De l’auscultation mediale ou traitè de diagnostic des maladies del poumons et du coeur fondè principalement su ce Nouveau moyen d’exploration”, en 1819, cuando ejercía en “EL Hospital Necker- Niños Enfermos” en Paris. Seguido de varios modelos fabricados con madera, cuatro en total, Laennec, correlacionaba lo que oía con los síntomas y signos físicos e inclusive con los hallazgos de autopsia, cuando el mismo las practicaba. Esta importante conducta permitió comprobar la teoría unicista de las lesiones pulmonares tuberculosas contrariando la posición del patólogo alemán Virchow quien mantenía que las lesiones exudativas de la tuberculosis eran diferentes que las productivas (Teoría dualista) (31).

Diez años después, el Dr. Pierre Adolphe Piorry, en el famoso Hotel-Dieu de Paris, comenzó a fabricar un nuevo modelo de estetoscopio con otros materiales como el marfil, plomo o cuero. La técnica de Piorry fue adoptada por prestigiosos médicos de la época como Armand Trousseau (1801-1867), Pierre Louis (1787-1872), en París; por Josef Skoda (1805-1878) en Viena; y por William Stokes (1804- 1878) en Dublin. En 1829 aparece el modelo biauricular rígido de Comyn y en 1881, Paul Constantino fabricó un estetoscopio flexible biauricular con ventosa inmóvil. En 1895, Adolphe Pinard , un obstetra francés, diseñó un instrumento de madera en forma de trompeta para escuchar a los bebés en el útero. Fue solo en 1960 cuando David Littmann profesor de Harvard inventó un estetoscopio más liviano y con un mejor sonido. A partir de 1990, los estetoscopios electrónicos se hicieron de moda. Actualmente IArek Loubani con un estetoscopio de Littman de base, inventó el estetoscopio impreso en 3D (32,33).

El primer estetoscopio en Venezuela.

El primer estetoscopio llegó a Venezuela en 1838, antes del nacimiento del beato José Gregorio Hernández. Luis Daniel Beauperthuy, fue quien trajo a Venezuela, el estetoscopio de madera de Piorry, cuando llegó a Cumaná como viajero naturalista del Museo de Ciencias Naturales de París y echo raíces en esta ciudad al casarse con Ignacia Sánchez Mayz (34,35). Figura 14.

Figura 14. Estetoscopios. El primero fue inventado por Laennec y el segundo modelo que apareció en Paris, fue el de Pierre Piorry. Libro de Laennec sobre la auscultación mediata y las enfermedades del pulmón y del corazón. Aspecto del microscopio de Luis Razetti. Retrato de Luis Beauperthy quien trajo el primer estetoscopio a Venezuela. Hospital Necker de Paris donde se usó por primera vez el estetoscopio.
Figura 14. Estetoscopios. El primero fue inventado por Laennec y el segundo modelo que apareció en Paris, fue el de Pierre Piorry. Libro de Laennec sobre la auscultación mediata y las enfermedades del pulmón y del corazón. Aspecto del microscopio de Luis Razetti. Retrato de Luis Beauperthy quien trajo el primer estetoscopio a Venezuela. Hospital Necker de Paris donde se usó por primera vez el estetoscopio.

Uno de los médicos, profesores de la universidad, contemporáneo del Dr. Hernández, que poseía y utilizaba el estetoscopio, fue Luis Razetti. Este estetoscopio expuesto en Galería, no está identificado con un nombre. Es un estetoscopio de metal con tubos de plástico. El embudo o campana se colocaba en el abdomen del paciente para escuchar los latidos fetales y en la región precordial para escuchar el ritmo cardiaco. Este aparato era sostenido mediante un cintillo de metal que calzaba en la frente (36).

Razones por las cuales el Dr. José Gregorio Hernández nunca utilizó el estetoscopio.

Cuando el estetoscopio fue inventado a mediados del siglo XIX y publicado en 1819, un grupo de médicos franceses no adoptaron este aparato como instrumento de auscultación. Posiblemente porque había una resistencia a toda innovación, como sucede aún en nuestros días, con los galenos que no usan las computadoras como un instrumento auxiliar muy importante en la práctica y en la investigación médica. Muchos clínicos y casi todos los cirujanos de aquella época, se sintieron “invadidos o atacados” por esa nueva especie de investigadores de aparatos. Algunos médicos sentían que su histórico y honorable arte, era rechazado porque no era científico. Un ejemplo de esta posición la tuvo Pierre Grondin Cirujano canadiense de renombre. Fue el primer cirujano que colocó un injerto cardíaco en Canadá. Sin embargo, nunca usó el estetoscopio y decía:” en los viejos y buenos tiempos, los cardiólogos se servían solo de su oído y de los síntomas para decidir la conducta terapéutica incluyendo una operación a corazón abierto para colocar una prótesis valvular” o un puente coronario. Muchos hombres de laboratorio, como bacteriólogos y fisiólogos experimentales en Francia, rechazaron este instrumento por ser poco científico. Justamente, los dos años de estudios del Beato José Gregorio transcurrieron en esos tipos de laboratorios científicos y no es de extrañar que el adoptara la misma conducta que sus maestros. También algunos autores franceses aseguran que los defensores de las especialidades médicas, eran un grupo de médicos, claramente comprobados de “mentes estrechas”, si se comparaban con los médicos generales. El Dr. Hernández se formó como especialista en: Histología normal y Patológica, Embriología, Bacteriología y Fisiología experimental es decir con profesores médicos especialistas, considerados como “mentes estrechas” por sus colegas clìnicos. Por otra parte, existía la duda de que el uso del termómetro, del estetoscopio e inclusive la incorporación del microscopio en el diagnóstico, eran elementos que podían inducir al error. Los fisiólogos como el profesor del beato, Richet y otros, se consideraban a sí mismos como caballeros, poseedores de la cultura, y del requerido carácter moral. Estas actitudes prevalecieron en Inglaterra y Estados Unidos países donde los doctores consideraron como enemigos a los investigadores franceses y sus seguidores. Mientras que, en París, los médicos generales clínicos, habían adoptado el estetoscopio como un instrumento para explorar el interior del cuerpo, los médicos en Londres, preferían usar las orejas directamente y el dedo. Le daban importancia a la experiencia clínica o conocimiento tácito. Según ellos “el sentido intuitivo para hacer buenos diagnósticos, ayudaba a desarrollar un” buen ojo”. Era evidente que estos conceptos no se podían reducir a un instrumento, reglas y números. Para este grupo de galenos, el médico tenía que mantener su dignidad y sentido de “vocación.”

Estas posiciones cedieron en parte por los trabajos de William Osler, quien demostró que la medicina podía y debía ser un arte y una ciencia. Osler era partidario y preconizaba los exámenes de orina, hemogramas, exámenes de esputo por ser el arma más poderosa contra todo “tipo de charlatanes”. En este aspecto, el Dr. Hernández estaba totalmente de acuerdo y de esta manera lo practicó. Sobre todo, cuando al año de establecer su laboratorio en Caracas, apareció el charlatán más famoso de Venezuela, Telmo Romero, apoyado por el presidente Joaquín Sinforiano de Jesús Crespo, y posteriormente, el hierbatero y Parasitólogo, Jesús María Negrín, graduado de esta manera por el dictador, protegido del General Juan Vicente Gómez.

El primer tensiómetro introducido en Venezuela.

Algunos autores afirman que el Dr. Hernández, fue el primero en enseñar a manejar los tensiómetros modernos en Venezuela cuando regresó de París. Sin embargo, existen datos contradictorios acerca del tipo de tensiómetro moderno que el Dr. Hernández, trajo por primera vez en Venezuela (37). Según Traviezo-Valles, antes de la llegada del Dr. Hernández, se utilizaba en Venezuela, solamente el tensiómetro de Pachón para medir la tensión arterial. Este aparato solo medìa la tensión sistólica. Algunos autores, refieren que, a su regreso de Francia en 1891, el Beato introdujo por vez primera el tensiómetro aneroide de Vásquez-Laubry (Henri Vásquez y Charles Laubry), el cual permitía medir tanto la tensión sistólica como la tensión diastólica (38). Muci-Mendoza afirmó que, el doctor Hernández, trajo dicho tensiómetro en 1916, tres años antes de su fallecimiento. Figura 15.

Figura 15. Retrato del Dr. Pierre Car! Édouard Potain quien diseñó el primer esfigmomanómetro en 1889 en París, modelo que introdujo el Dr. José Gregario Hernández en Venezuela en 1891. Fotografía de un tensiómetro aneroide de Vásquez-Laubry, el cual supuestamente fue el modelo que introdujo el beato a Venezuela.
Figura 15. Retrato del Dr. Pierre Car! Édouard Potain quien diseñó el primer esfigmomanómetro en 1889 en París, modelo que introdujo el Dr. José Gregario Hernández en Venezuela en 1891. Fotografía de un tensiómetro aneroide de Vásquez-Laubry, el cual supuestamente fue el modelo que introdujo el beato a Venezuela.

Según esta información, el Dr. Hernández, traería este tensiómetro moderno, años después de haber traído el primer esfigmomanómetro en Venezuela, como lo refiere el Dr. Angulo Arvelo cronista de la Facultad de Medicina (39). Según Angulo- Arvelo, la aportación del Dr. Hernández, en la exploración clínica fue importantísima, porque introdujo el primer aparato para medir la presión arterial en el hombre en nuestro país: el esfigmomanómetro de Potain. Con este aparato le tomó la tensión arterial a todos sus alumnos como se lo manifestó en una comunicación verbal, el doctor Federico Lizarraga, discípulo del doctor Hernández, a los doctores Félix Pifano y a Luis Alejandro Angulo-Arvelo (40).

Pierre Carl Édouard Potain, uno de los fundadores de la Cardiología en Francia, diseñó el primer esfigmomanómetro en 1889, tomando las ideas de la esfigmomanometría clínica inventada por Samuel Siegfried von Basch. Fue autor de un trabajo que versaba sobre la presión arterial de los seres humanos en estados normales y patológicos, medida mediante su aparato:” Du sphygmomanomètre et de la mesure de la pression artérielle chez l'homme à l'état normale et pathologique. (1902)”. Previamente, en el año 1828, el fisiólogo francés Poiseuille, había empleado una columna de mercurio como primera idea de instrumento de medición de la presión arterial, invento que le valió una medalla en la Academia de Medicina francesa (41,42).

Esfigmógrafos y electrocardiógrafos para la cátedra de Fisiología experimental que fundó José Gregorio Hernández en la Universidad Central de Venezuela.

Cuando José Gregorio regresa de sus estudios en los laboratorios de Francia, Wilhem Einthoven no había inventado todavía el electrocardiógrafo entre 1901 y 1906. Hernández, introduce por primera vez en Venezuela, un galvanómetro, instrumento precursor del electrocardiógrafo y el cardiógrafo de Marey, explorador con tambor para hombre. También usó en sus experimentos de Fisiología, los esfigmógrafos, de fabricación sencilla que constaba de un artilugio de palanca provisto de un estilete que grababa los movimientos pulsátiles. Los polígrafos de modo simultáneo, obtenían datos sobre los cambios de presión de la vena yugular y de la arteria radial, al tiempo que registraban el ritmo respiratorio. Trajo 4 tambores de Marey y sondas cardíacas que fueron utilizadas para explorar las cavidades cardíacas de los animales de experimentación, siendo esta práctica, la precursora del cateterismo cardíaco humano. Entre los primeros aparatos para medir la presión arterial experimentalmente, trajo para su laboratorio: el manómetro doble de Francois-Frank y los manómetros fabricados por Marey, como el manómetro compensador y el manómetro inscriptor, así como el esfingmoscopio de Chauveau y Marey. Este aparato, podía medir las variaciones de la presión arterial sin los inconvenientes de los manómetros y, solo era utilizado en animales de experimentación. Estos aparatos registradores fueron útiles para observar un gran número de fenómenos que se estudiaron en Fisiología especialmente los fenómenos circulatorios (43). Figura 16.

Figura 16. Algunos aparatos traídos desde Francia por el Dr. José Gregario Hernández. Fotografías: Suárez, López Loyo
Figura 16. Algunos aparatos traídos desde Francia por el Dr. José Gregario Hernández. Fotografías: Suárez, López Loyo

Algo más sobre los retratos del beato José Gregorio. De la manera de cómo llegó su retrato a otros países.

Un retrato del Beato José Gregorio que ha pasado las fronteras de nuestro país para llevar un mensaje de paz y amor, es aquel que se expuso en los pasillos de la clínica Advent Health Almonte Spring de Orlando en Estados Unidos. Anduy Golliat, un joven venezolano merideño oriundo de Egido, de 22 años presentó su obra en un concurso en febrero de este año (2021). Este trabajo lo realizó con devoción y logró que su pintura obtuviera un lugar en la exposición de la clínica a miles de kilómetros del origen de su veneración. El cuadro denominado The Medical Saint of the Poor, tiene como símbolos a una guacamaya y un farol, que representa la iluminación que emana del beato para aquellos que se encuentran necesitados y pobres. La guacamaya pintada tiene los colores de la bandera (ara macao y fue el ave que se eligió como mascota venezolana de la Copa América (44). Figura 17.

Figura 17. Aspecto externa e interno de la clínica Advent Health Almonte Spring de Orlando, donde se expuso en sus pasillos el cuadro The Medical Saint of the Poor. El Cuadro expuesto del Dr. Hernández, con la guacamaya es símbolo de Venezuela y la lámpara, la luz santa que emite el beato. Abajo, un mural realizado por Eduardo Sanabria, expuesto en la Calle 25 con la 5ta Avda. en Wynwood, Miami-Dade. Fotografías de Google Venezuela.
Figura 17. Aspecto externa e interno de la clínica Advent Health Almonte Spring de Orlando, donde se expuso en sus pasillos el cuadro The Medical Saint of the Poor. El Cuadro expuesto del Dr. Hernández, con la guacamaya es símbolo de Venezuela y la lámpara, la luz santa que emite el beato.
Abajo, un mural realizado por Eduardo Sanabria, expuesto en la Calle 25 con la 5ta Avda. en Wynwood, Miami-Dade. Fotografías de Google Venezuela.

En la Calle 25 con la 5TA. Avenida en pleno corazón de Wynwood, Miami- Dade, Estados Unidos, se observa un mural realizado por el caricaturista venezolano Eduardo Sanabria. El artista tomó como modelo una ilustración que había realizado llamada” José Gregorio a cuatro tiempos” donde muestra a José Gregorio médico, también vestido de civil porque fue muy bondadoso. El artista manifestó que la acogida fue “muy brutal”.

¿El aspecto sobrenatural? de un inusual retrato de José Gregorio Hernández, no realizado por artista ninguno.

El insigne y reconocido neuroftalmólogo e internista, profesor universitario, doctor Muci-Mendoza se refiere al Beato como:” el único médico con más de cien años de servicio “activo” en el Hospital Vargas de Caracas que no ha sido condecorado con ese mamotreto que llaman Condecoración por Mérito al Trabajo. Nos refiere el autor.” Y este aserto podríamos ilustrarlo con una anécdota a la vez impresionante e inexplicable: En la tomografía computarizada cerebral, la madre de un joven que había tenido un traumatismo craneal, viendo la radiografía , si se quiere contra natura, reconoció de inmediato la imagen del Siervo de Dios. Figura 18.

Figura 18. Imagen semejante al rostro del Dr. José Gregario Hernández que se observó en la radiografía invertida de una tomografía computarizada cerebral de un joven que había tenido un traumatismo craneal. Fotografía cortesía del Dr. Rafael Muci-Mendoza
Figura 18. Imagen semejante al rostro del Dr. José Gregario Hernández que se observó en la radiografía invertida de una tomografía computarizada cerebral de un joven que había tenido un traumatismo craneal. Fotografía cortesía del Dr. Rafael Muci-Mendoza

La madre aseguró la buena evolución clínica que su hijo tendría. Llamada la La madre aseguró la buena evolución clínica que su hijo tendría. Llamada la verse, no pudo distinguir nada inusual pero la madre, tomó la placa en sus manos, la colocó al revés y señaló el sitio del inusitado hallazgo. Desde la posición anómala la colocó al revés y señaló el sitio del inusitado hallazgo. Desde la posición anómala porción ventral hacía el contorno de la cabeza; los pedúnculos cerebrales, el rígido cuello de su camisa; la cisterna interpeduncular de gris más atenuado, se constituía en bigote; y parte de la cisterna quiasmática en el nudo y la porción más proximal de su corbata. Por supuesto, no un milagro, sólo un inexplicable artefacto” (46). Sin embargo, los milagros no se pueden explicar, su palabra lo indica: son fenómenos inexplicables por la razón humana.

Discusión y Conclusión.

A partir del presente año, hubo varias exposiciones importantes donde a través de profusas expresiones bidimensionales y tridimensionales en pinturas y esculturas, se exhibieron aspectos de la vida del Dr. Hernández. En la Galería de Arte Nacional, en la Exposición del Museo de Bellas Artes de Caracas (MBA), en la Exposición “Homenaje al Dr. José Gregorio Hernández, humanista, médico y cristiano ejemplar” en los espacios Culturales de la Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez (UNESR), en la Exposición en el Museo Sacro de Caracas y también en la Exposición del Museo Arturo Michelena (MAM) entre otras. En la “Exposición Nueva iconográfica Artística del Doctor José Gregorio Hernández, Beato”, realizada en la Casa Amarilla Antonio José de Sucre, 28 artistas plasmaron el testimonio histórico espiritual y biográfico del beato José Gregorio Hernández, en una cantidad considerable de retratos de todo tipo. La intención de los artistas era plasmar los valores socioculturales y caritativos de la venezolanidad del beato. Un acontecimiento digno de mencionar en honor al Dr. José Gregorio Hernández, fue la 1ra Exposición Virtual “El Médico de los Pobres”, procedente de la Vela de Coro, donde se realizó el encuentro de las obras de 55 artistas procedentes de 14 estados de Venezuela. En este evento, se exhibieron fotografías, pinturas, esculturas y videos sobre el Doctor José Gregorio Hernández. Según Leonel Vera coordinador de la exposición todos los artistas eran devotos del Beato.

Esta profusión de obras artísticas obliga a considerar la posición del retrato de un personaje como un medio de comunicación y, a reflexionar sobre las características que debe presentar este género. El análisis hermenéutico de todas las fuentes consultadas y su posterior conclusión ordenada, ha sido la base de este escrito. Fue casi obligatorio introducir en el texto, algunos datos históricos relativos a instrumentos, métodos de exploración médica y aquellos del propio José Gregorio Hernández.

En primer lugar, es importante recordar que estamos en el siglo XXI, donde existe un amplio número de movimientos artísticos y filosóficos que se amparan bajo el término: posmoderno, posmodernización y/o posmaterialismo. Muchos retratos del Dr. José Gregorio Hernández presentan los aspectos de esta corriente estética. Desde el año 2016, aparece el término “posverdad” (Diccionario Oxford) término que se refiere a las circunstancias en las que la apelación emotiva es más efectiva que la argumentación de los hechos. Esta posición explicaría lo que vimos en muchos retratos del Dr. José Gregorio Hernández, símbolos no apegados a la verdad lógica. Es evidente, que varios autores se refieren a esta actitud como una falta de profundización académica. Está demostrado que, en los procesos de “posverdad”, intervienen los medios de comunicación y los ciudadanos como actores activos quienes, por ejemplo, siguen insistiendo en que el Dr. José Gregorio Hernández trajo el primer microscopio a Venezuela y que usaba el estetoscopio y el maletín médico entre otros aspectos no auténticos.

En general, en el retrato se exponen las cualidades tanto físicas como psíquicas del personaje en cuestión, de su papel en la sociedad en donde existe o existió. En el caso del beato José Gregorio Hernández no hubo consentimiento o acuerdo entre el retratado y el artista. Algunas imágenes o caricaturas del beato no se consideran como “retrato” propiamente dicho, porque se carece del consentimiento expreso del sujeto o de sus familiares. En los retratos informales, la fantasía de algunos autores, se desborda de una manera que podría ser más ordenada e inclusive reglamentada. Una de las razones de esta desviación se debe en gran parte porque, el artista no penetró en la mente ni en la vida del modelo, sino que sus obras fueron producto de experiencias místicas de sanaciones y milagros. En estos casos, los retratos tuvieron afinidades con las formas literarias de la biografía y era un tema también de síntesis. Grave moralmente son aquellos casos donde el retrato está asociado a la comercialización de objetos, generalmente medicinales.

Si consideramos el impacto que tienen los retratos del Beato en el público venezolano e inclusive de otras áreas geográficas, debemos reconocer que a pesar de que los fines son de orden biográfico, estéticos o documentales, tiene un efecto de “inmortalidad” porque están asociados con el pasado, la memoria, la enfermedad y con la muerte. Su retrato puede tener en la mayoría de los fieles católicos creyentes, un efecto esperanzador, de paz y de acercamiento a Dios.

Algunos autores opinan que, en nuestros días, el retrato no solo es una caracterización social genérica, como representación de un “tipo”, sino una disección del “yo”, de aquellas características que le confieren a una persona, una impronta individual, personalísima e irrepetible.

Así, el retrato ofrece una promesa de trascendencia, de potenciación del ser. Es propio del posmodernismo afrontar el retrato con una constante duda porque hoy en día existen criterios ontológicos y teleológicos que se refieren a la esencia misma del retrato. Esta última postura es la que nos hizo reflexionar sobre este tema relacionado con nuestro único beato venezolano médico clínico e investigador y Académico, cofundador de nuestra Academia Nacional de Medicina (49).

Conflicto de intereses: sin conflicto

Agradecimientos: Al Dr. José Antonio O’Daly Carbonell por su valiosa cooperación y orientación

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