Quiero expresar mi sincera gratitud al distinguido grupo de médicos que forma esta “Sociedad Venezolana de Historia de la Medicina”, por haberme honrado al invitarme a colaborar en ella a tan patrióticos fines.

El núcleo de profesionales que la integra, es pequeño en cuando al número, pero grande por sus nobles aspiraciones!

Mas yo deseo, si no justificar, al menos explicar mi presencia en ella, aparte la generosidad empleada conmigo.

En 1906 fundé en Caracas la primera de mis publicaciones profesionales, y la intitulé “Las Clases Médicas”, enarbolando así la bandera de la confraternidad de las profesiones afines.

Pero años después, analizando idiomáticamente la evolución del concepto que titulaba mi Revista, me encontré descentrado en ella, y le cambié su denominación, desde luego que la Farmacia es una ciencia alidada, no dependiente de la Medicina.

Las Clases Médicas las forman la agrupación biológica de los médicos, los cirujanos, las parteras, los dentistas y los veterinarios; y la Clase Farmacéutica, los farmacéuticos y los químicos; esto es, la agrupación de los que militan en la ciencias físicas y naturales.

Pero de la conjunción de estas agrupaciones, surge otra que las aglutina con el nombre de Clases Sanitarias, que se ocupan con la defensa de la salud y la conservación de la vida del hombre y el animal.

Y por ello transformé Las Clases Médicas en la “Revista Científica de Venezuela”, tendiendo a reflejar en sus páginas las diversas manifestaciones del pensamiento de nuestras profesiones.

Y bajo la égida de esta idea máter, no miro al sector de la Medicina ni al de la Farmacia, sino a un campo muy vasto, iluminado por el sol de la Ciencia: Venezuela intelectual.

Por lo cual, entre vosotros, me siento médico con alma, vida y corazón!..

V. M. Ovalles

Caracas: 6 de febrero de 1945.